sábado, 4 de octubre de 2014

EMIGRANDO: CAPÍTULO IX: CARTAS DE AMOR.

No se me cansen...ya me queda poco carrete. Habíamos quedado en que el HMIDMV (el hombre más importante de mi vida) y yo volvíamos a nuestra casa en Algeciras, después de encarar cada uno por su cuenta y por diferentes medios el camino de la legalidad.
Al volver ví que los chicos seguían con sus descubrimientos aunque ya sin accidentes, menos mal. El sistema educativo fué lo peor de sus vidas de inmigrantes. Porque ni los profesores ni los programas me parecían buenos y la alternativa era un colegio privado del Opus Dei, lo cual descarté de inmediato, como comprenderán los que lo comprendan y los que no lo comprendan, que Dios y el Papa Francisco los perdone.  
Cuando nos encontramos  ÉL y yo.....bueno, se imaginarán. Era un poquito peliagudo el asunto. No era cuestión de pedir demasiados detalles. Sin embargo, ÉL me aseguró que había podido salir airoso de la situación, con lo cual en realidad, al igual que lo políticos, me decía algo sin decir nada. Lo que no me gustaba es que siempre que comentaba "el asunto", lo hacía con una entonación y una expresión como de "vos me obligaste". Lo cual era, como todos ustedes saben, muy, pero que muy INJUSTO. En fin, decidí correr un tupido velo (expresión autóctona sumamente ilustrativa) y seguimos adelante porque para atrás era complicado. Aunque los hechos hablaban por sí mismos: ÉL se había casado por obligación y estaba presentado ya su pedido de residencia.
Los dos teníamos que esperar.
Asimismo, como factor agregado a nuestra realidad de inmigrantes,  corría la voz de que iba a haber una AMNISTÍA, o sea, que el gobierno deseaba regularizar a los indocumentados ya establecidos en España y que tuvieran empresa contratadora.
Pero claro, eso se oye pero no se ve, hasta que llega al Boletín Oficial del Estado, que es cuando sí se ve DE VERDAD.
En ésas estábamos cuando empezaron a llegar a casa unas cartas misteriosas dirigidas a mi "peor es nada" con el remitente M.B.
Y pensé: "Mónica Bardi soy yo, pero yo no le mando cartas a ÉL. ¿Quién será?"
Un día en el que llegó otra de ésas (demasiado frecuentes) cartas, estábamos mi amiga Loli y yo mirándola con curiosidad de entomólogo y entonces ella dijo: "¿Y si la abrimos?". Yo le espeté en la cara desde lo más alto de mi púlpito moral: "Si algo me enseñaron de chica es que las cartas ajenas NUNCA deben abrirse; te digo más: ni siquiera husmear el remitente; no solamente no hacerlo sino ni siquiera pensarlo....está mal, muy mal y es una falta de respeto a la intimidad ajena!!!" Mi amiga quedó sumamente avergonzada y creyó (después me lo dijo) que habíamos tenido un grave choque cultural hispano-argentino.
Pero, claro, una cosa es un púlpito y otra muy distinta un pálpito y yo tenía la sensación de que ese humilde sobre blanco con la críptica identificación podía contener información "sensible", como dicen ahora, muy útil para mi. De modo que, pensando, pensando, le susurré a mi amiga: "Entonces, Loli, cuando digo nunca es nunca....salvo...salvo quizás como ahora porque...porque...bueno, se trata de algo trascendental para la seguridad nacional". Acá tampoco entendió Loli que participación podía tener esta carta en los destinos del reino.  Pero el meollo de la cuestión sí lo entendió, así que nos pusimos manos a la obra con el viejo truco del vapor de agua.
Se acercó mi hija y nos miró con curiosidad. Entendí al instante que ésta era una oportunidad única para darle a mi pequeña hija con sus principios en gérmenes de formación, una lección inolvidable, así que le dije: "hija mía, esto nunca, pero nunca lo debes hacer....¿te ha quedado claro?".
-"Clarísimo, mamita, pero entonces ¿por qué lo estás haciendo vos?"
La miré severamente y le dije a mi amiga: - "¿Ves, Loli, a qué me refiero cuándo te digo que los hijos no aprenden y sólo plantean preguntas impertinentes? ¡niña, a tu cuarto!" Lo que me faltaba, una Mafalda en casa.
Y así pudimos seguir nuestra insigne tarea sin ser molestadas.
Al desplegar la carta me quedé como cuando leí "Elogio de la madrina" de Vargas Llosa, deslumbrada con una prosa erótica florida y muy explícita. En este caso se trataba, claro, de ÉL y la tal M.B:, o sea, Margarita Burdeos, precisamente la flamante novia española de mi compañero. Me imagino que para cualquier persona tales propuestas íntimas serían casi irresistibles, ¿por qué no para mi pobre y débil hombre, siempre atento a la llamada de la testosterona?
Bueno, parece ser que la boda se había CONSUMADO...y evidentemente no se había CONSUMIDO.
Loli y yo nos miramos, cerramos de vuelta la carta y allí quedó el asunto. NO COMMENT.
Siempre es bueno tener un as en la manga, una última bala en el cargador....por lo que putas pudiera, ¿vió?.
Mi premonición no resultó infundada. Lo que ocurrió un tiempo después me lo demostró.
ES BLEIBT SPANNEND...................... 
 



1 comentario: