UN CUENTO INVERTIDO CON FINAL FELIZ
David Gómez Olivares. Cazorla (Jaén)
22/12/2019
Érase una vez un cuento invertido, donde los malos triunfaban y los buenos sufrían de la manera más cruel los dictados del poder. Robin Hood robaba a los ricos para dárselo a los pobres. El valiente Robin se enfrentaba en el bosque contra el ejército del Rey y la nobleza para repartir el botín entre quienes más lo necesitaban. Así se forjó la leyenda inglesa de este personaje que ha trascendido a la literatura y al cine por sus valores morales, su gran corazón y la defensa de los más desvalidos.
Mientras, en otro lugar del mundo llamado Madrid, la clase política vendía -regalaba- 3000 viviendas sociales a fondos buitre. Muchos de los inquilinos tuvieron que marcharse de sus viviendas por no poder pagar una subida repentina y salvaje del alquiler o un inalcanzable precio de venta.
Pero en este cuento, la justicia existe: un juez ha declarado nula la venta de esas viviendas sociales a fondos especuladores de ricos accionistas. Robin Hood, el príncipe de los ladrones, intentaba dignificar la vida de los más pobres, mientras la derecha española sigue engañando al pueblo para lucrarse desmantelando la educación, la vivienda, la sanidad o las pensiones.
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