Aristóteles afirmaba que las estrellas jamás cambian. Él creía que la Tierra estaba formada sólo por
cuatro elementos: tierra, agua cuya dirección vertical las empuja a caer y fuego y aire, cuya dirección vertical las impele a subir. Pero las estrellas y los planetas, decía, ruedan a través del cielo, mucho más allá de la Luna dentro de esferas transparentes inmutables en un elemento distinto que él llamó "ÉTER". El éter ("eterno", en griego), sostenía, nunca envejece ni cambia. Esta idea halló una cálida recepción en los teólogos católicos que consideraban incorruptible el cielo y decadente y condenada la Tierra (yo digo: la Tierra es preciosa qué duda cabe...los decadentes somos los humanos, pero bueno, dejémoslo ahí). Pero la estrellas, siempre empecinadas en llevar la contraria, cambiaban y cuánto más cambiaban, tanto peor parecía la cosmología de Aristóteles y Tolomeo. Otros descocados que no obedecían la teoría eran los cometas pero Aristóteles los barrió bajo la alfombra reduciéndolos a "fenómenos de la atmósfera terrestre". Pero cuando TYCHO BRAHE (el más grande observador astronómico del siglo XVI), estudió un brillante cometa en 1577 y llegó a la conclusión que estaba más lejos que la Luna se enfrentó al paradigma aceptado en la época. Durante la vida de TYCHO BRAHE,
GALILEO Y KEPLER hubo una aparición fortuita de dos supernovas. Estas estrellas aparecen, en violenta explosión, en un lugar del cielo donde no había nada visible ("nova", nueva) y pueden aumentar su brillo cien millones de veces en pocos días (a pesar de lo cual verlas sin telescopio es raro). Luego de la aparición de estas 2 gigantes pasaron siglos hasta que en 1987 una estrella azul explotó en LA GRAN NUBE DE MAGALLANES para deleite de los astrónomos de Australia y los Andes chilenos. Las 2 supernovas que adornaron el RENACIMIENTO causaron gran conmoción, dando origen a nuevas visiones y, sobre todo, a nuevas ideas. P.D.: en 1910, cuando nos visitó el cometa Halley, una delegación de sheriffs intervino para impedir el sacrificio de una niña virgen en Oklahoma por una secta llamada Los Seguidores Sagrados, que querían apaciguar al dios cometa...¡¡los norteamericanos, cuando no!!. (Párrafos de "LA AVENTURA DEL UNIVERSO, de TIMOTHY FERRIS).
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