Tengo un día sumamente salvaje, si por salvaje entendemos mirar y amar (desde lejos, como corresponde, para no invadirlos), especies no domésticas a las cuales se acercan los fotógrafos con cuidado. Les pido que me entiendan y, para ello, explicareme: vivo en una urbanización muy bonita situada en Chiclana de la Frontera (todas las ciudades que tienen agregado "...de la frontera" significa que, durante la convivencia de árabes y cristianos había una especie de "tierra de nadie" donde cruzaban y comerciaban los de ambos bandos...interesante) cerca de la playa en la provincia de Cádiz.
Resulta que, en verano, esto se llena de gente, mientras que, en invierno, de las 300 viviendas hay poquísimas ocupadas. Viene de todo, pero, como todo el mundo sabe, unos pocos pueden romper fácilmente la armonía de un grupo. Y esos pocos odian a nuestros gatos, que primorosamente cuidamos entre casi todos los vecinos del invierno. Casi todos ellos castrados (porque había que poner un límite a la cantidad), sanos, vacunados y alimentados.
Aún así se oyen voces salvajes (ahora sí, salvajes) de : ¡¡nene, no te acerques al gato que es de la calle y tu padre es alérgico!! (Esto en la puerta de la casa de los dueños del gato), Respuesta: "Señora, tranquila, el gato está sano y es un bebé." "¡¡No te acerques, nene!!". El niño, perplejo. "Señora, el que no se tiene que acercar es su marido, en todo caso". Respuesta: ¡¡Te voy a denunciar!!.
"Bueno, ¿qué está esperando?"y piensa: "menudo ejemplo para un niño pequeño". (Aquí, por estos lares, la denuncia es la palabra mágica: resabios del franquismo, supongo).
Mi vecino temporal (MENOS MAL) se lleva de la mano a su hija de unos 2 años diciéndole: "¡¡Cuidado, que ese gato negro te va a comer!!". El gato negro (los gatos negros tienen mala prensa) es Emilio, mi pacífico y asustadizo gato que observaba la escena desde adentro de mi cocina, por la ventana. Seguro que pensaría: "¿eso será un gilipollas, como dice mi ama?" (Si el tarado supiera que estoy criando, en mi jardín, una arañita inofensiva que sólo buscaba dónde tejer su hogar, pensaría que soy un arma de destrucción masiva)
Señores: que por favor se acabe el verano porque así el porcentaje de gilipollas va a estar más diseminado.
Jajaja!!!! Es hermoso como lo presentas, con que amabilidad has tratado a tu vecinilla, y Emilio ¿Cómo está? Aunque no lo creas los otros días me dije...voy a preguntar a Mónica por su gatito. Sabes aquí las playas de la costa, están llenas de pobres perros que con éste frío no sé como resisten,Este año el intendente está haciendo una campaña de castración. Lo más lindo es verlos los días de sol corriendo a las gaviotas o retozando en la arena, bueh ya charlamos un poquitin. Besote a la distancia Betty.
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