sábado, 11 de febrero de 2012
Agustín y Adrián
Los dos amiguitos se pasaron unos días conmigo. Ellos felices y yo, bueno, también, quizás más que ellos pero al borde del colapso por agotamiento. Y eso que ellos se entretienen solos, comen solos y se bañan solos. Yo sólo hago de chófer y les hago la comida, estoy pendiente, les busco lugares divertidos pero en calidad de zombi...sobre todo al final. Hay que reconocer que son muy queribles, tengo que aprovecharlos todo lo que pueda antes que lleguen a la "insoportable levedad del ser" de la adolescencia. Entonces no van a querer ni verme. Estos dos se conocen desde los dos años y medio y yo traté siempre de mantener el espacio y el tiempo para que la amistad perdure. Y hasta ahora perdura.
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