Las ex-alumnas exhiben hoy en día, un amplio y, a veces, contradictorio, abanico de opiniones y recuerdos sobre las monjas, las profesoras y las compañeras de estudio y lo que más llama la atención es de qué manera tan diferente han quedado impresas esas vivencias; por no hablar de los agujeros negros en la memoria de unas, o nítidos recuerdos en la memoria de otras, de hechos ocurridos en la misma época y con las mismas personas.
Yo me incluyo entre las amnésicas y no creo que sea por las drogas y el alcohol que pudieron haber hecho estragos en mis neuronas posteriormente, sino que desde pequeña he sido la antítesis de FUNES, EL MEMORIOSO.
Nuestra noble institución ha sido también rebautizada de su nombre original en latín ORTUS CONCLUSUS a ORTO INCONCLUSO, sin querer por ello aludir, de ninguna manera, a la circunstancia, aleatoria y pasajera, de la cualidad de vírgenes de nuestras queridas monjas. Ateniéndonos estrictamente a ese origen semántico, en asamblea general constituyente, decidimos ser, de ahora en adelante, LAS CHICAS DEL ORTO.En esas dilatadas y caóticas conversaciones de piantadas nos hallábamos, cuando una pandemia nos pilló desprevenidas. ¡Una pandemia! Suena a maldición bíblica (seguro que nos la mandaron las monjas del orto porque habíamos agotado las amonestaciones). A eso de la quinta semana de confinamiento por cuarentena por Covid-19, nuestras energías van destinadas principalmente a la cercana y diaria observación de la curva de nuevos contagiados, ya que, lógicamente, nuestra futura libertad depende de esos datos estadísticos.
Como somos personas resolutivas, hemos decidido rebautizar también esos datos que nos brinda la pequeña pantalla, en nuestro particular TEOREMA DEL ORTO. La artífice de este prodigio matemático ha sido la marquesa de los pies a la cabeza, (Grace para los íntimos),
con la inestimable colaboración intelectual de la torda cardiologista (Elvirita para los íntimos).
A la marquesa le ha sido otorgado dicho título nobiliario por su natural elegancia y su boda ventajosa con un marqués al que sacó de la ruina económica.
Y la torda, por otra parte, ha obtenido el título en dudosas circunstancias, aunque en la práctica ha desarrollado una carrera meteórica con la tapadera de su marido, obviamente de la misma profesión.
Pero a lo que íbamos: el teorema del orto, representado gráficamente en un eje cartesiano ortogonal nos indica que cuánto más se achata la curva de marras, menos chota es la situación de la enfermedad. O sea, son inversamente proporcionales: más achatada menos achotada. La palabra "chota", aunque no figure en la Real Academia de la Lengua, se podría definir como "algo jodido, peligroso o tóxico" y no tiene nada que ver con sus homófonos "tacho" (recipiente) o "tocha" (grande).
Llegado el anhelado momento de una curva nada chota y sumamente achatada (signo inequívoco de finalización de la peor parte de la pandemia), no estaría de más homenajearnos con un dulcísimo horchata de chufa, típica bebida valenciana donde las haya, que ahuyenta la mufa y rima con chata.
Sabedoras de que carece de alcohol y, conociendo el paño y la tendencias etílicas de algunas niñas del orto, dejaremos al alcance de quien lo desee, algunas otras opciones espirituosas más apropiadas para inducir carcajadas (y a veces, vómitos).
Sin más nada que agregar, esperemos la chatura total para poder agarrarnos un buen pedal.
SALUDOS A TODAS.
Espectacular Dra Bardi. Como integrante del grupo del orto la felicito por su teorema!!!!
ResponderEliminarEspectacular Dra Bardi. Como integrante del grupo del orto la felicito por su teorema!!!!
ResponderEliminarMuy bueno Mónica, aunque tarde, siempre hay tiempo para agradecer tan buen relato!
ResponderEliminarBuen teorema del otro. Nuevamente me hizo reír. Muy ingenioso.
ResponderEliminarGracias a todas por la inspiración que originaron en mí.
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