A veces, las amigas nos cuentan cosas que les ocurrieron y que nos asombran muchísimo. Cosas que, en situaciones límite ponen al descubierto realidades larvadas que están ahí escondidas entre los pliegues de lo cotidiano. Eso me ocurrió hace un par de semanas de una testigo directo de un hecho histórico. Mi amiga se llama Pepa y ella trabajaba en la UGT cuando participó de los hechos que a continuación, narraré. La UGT es la Confederación Sindical Unión General de Trabajadores de España, fundada en 1888.
Pero antes, el contexto: en Madrid, el 23 de febrero de 1981 a las 18:23 hs. un nutrido grupo de guardias civiles con Antonio Tejero a la cabeza asaltó el Palacio de las Cortes durante la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. (Finalmente, a la una de la madrugada el rey Juan Carlos, vestido con el uniforme de capitán general de los ejércitos se dirigió a la nación por televisión para situarse en contra de los golpistas y a favor de la Constitución). Pero volvamos a unas horas antes.
Cesar Braña, que era el director de alimentación de UGT, avisó a Pepa del golpe, quien, inmediatamente, reunió los listados de los afiliados y todos los papeles que pudieran ser utilizados para perjudicar a la gente, si el golpe tenía éxito. Bajó corriendo las escaleras y piso por piso fue avisando lo que estaba ocurriendo y que recogieran a toda velocidad el material comprometedor. En la primera planta trabajaban tanto hombres como mujeres pero ellos se habían ido y habían dejado su número de teléfono con el aviso de que no durmieran en su casa por si el golpe tenía éxito y pudieran comenzar las represalias.
Pepa y todas las demás mujeres, incluída la secretaria general de Química, Matilde Fernández, se pusieron a organizar la resistencia allí mismo, antes de salir huyendo en taxis. Pero solo estaban ellas. No quedó un solo hombre porque todos habían huído antes para PONER A SALVO SUS COCHES.
Sin comentarios.
Las mujeres, en todos los ámbitos, somos más generosas, solidarias y trabajamos y protegemos tanto a nivel individual como en grupo. Lo humano, lo más importante. Los 🚗 jajaja, al final
ResponderEliminarTriste realidad. Entiendo lo del coche, pero en ciertas circunstancias... joder, ese auto de mierda que solo da gastos? Hay que priorizar la escala de valores. Somos tan hipócritas? Ojo, no es mi caso. Vivo solo. Primero mi coche!
ResponderEliminarUna pregunta, esas mujeres, habían llegado allí en sus propios automóviles?
ResponderEliminarSeguramente no. Pero además, no se podía hacer ambas cosas, salvar los papeles con información, y A LA VEZ, escapar?
Porqué arriesgar cuando se es un civil desarmado, y no tiene sentido crear una resistencia a las apuradas, que lo más seguro iba a fracasar con gran posibilidad de morir o quedar herido?
Y el auto! Si te lo destruyen de que vale ser "héroe"? Ser víctima y quedarse a pié?, vamos!
Esas mujeres ya eran suficientemente independientes y pudientes como para tener auto propio. Y sus coches estaban abajo, en el aparcamiento del sindicato.
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