lunes, 5 de febrero de 2024

TODO ME SALE MAL.

 

Dice Irene Vallejo: amo a esta escritora argentina recóndita, humilde, desconocida gran parte de su vida. Hebe Uhart, nacida en Moreno en diciembre de 1936, estudió filosofía en Buenos Aires. Se dedicó toda la vida a la enseñanza en escuelas públicas y talleres literarios. Su escritura secreta le proporcionó una gran libertad. Logró una extraordinaria perspicacia para contar aparentes minucias capaces de revelar un carácter o una época.

En “Un día cualquiera”, la niña protagonista reflexiona: «Yo no entendía nada ni a nadie. Nadie era lo que parecía, yo tampoco. Tampoco entendía por qué persistía en hacer esas guirnaldas con palos, alambres y ramas esperando un resultado maravilloso y todo después resultaba una soberana porquería. Tampoco entendía por qué cuando repasaba los muebles (era mi odiada tarea) no levantaba nunca el vidrio de la mesa de luz ni limpiaba las patas de la mesa por dentro; solo limpiaba lo que se veía. Yo no me metía en profundidad con la limpieza, lo hacía para que vieran que había limpiado. Tampoco tejía apretado; tejía flojo y se me escapaba algún punto. Entonces pensé que si todo me salía mal iba a leer más y así lo hice; tenía una biografía de Beethoven niño, con ilustraciones. En el libro decía que era músico y era sordo; se ve que se podía. Por lo menos, en los libros se podían muchas cosas. En los libros yo entendía todo. Hice un trato con el librero de la esquina: si yo compraba dos libros, él me regalaba uno, y cuando compraba otro libro ya eran dos y yo los canjeaba por uno nuevo. A mí no me quedaba ningún libro y todos volvían a la librería, pero me leí todo lo que él tenía en los estantes; no podía mancharlos de jugo de fruta, él no los aceptaba manchados».

#HebeUhart #LiteraturaArgentina

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