Hoy toca mitología mesopotámica, región situada entre los ríos Tigris y Éufrates que desembocan en el Golfo Pérsico y son la cuna de la escritura en caracteres protocuneiformes sumeria y cretense.
Unos 4500 años antes de Cristo la gente creía en dos divinidades: ENLIL, quien separó el cielo de la tierra y ENKI, dios de las aguas dulces. También había una fémina INANNA, diosa del amor y de la guerra, que representaba los aspectos pasionales. (Posteriormente, los griegos las separaron en Atenea, de la guerra y Afrodita, del amor).
Pero en el 2° milenio a. C. Nabucodonosor I (no el de los jardines colgantes, ese fue después) decidió conscientemente promover a un dios local por razones políticas y propagandísticas e inventó un ENUMA ELIS (himno de los dioses) con una leyenda algo diferente a conveniencia de los intereses de la élite. Contó a la gente que primero fue el caos y los dioses vinieron a poner orden. El dios del agua dulce APSU se unió a la diosa del agua salada TIAMAT dando lugar a una segunda generación de dioses. Pero como eran muy ruidosos y, por lo visto, a los mesopotámicos eso les molestaba mucho, decidieron aniquilarlos para recuperar el silencio. Pero un dios se apiadó de ellos y engendró a una tercera generación que dió lugar al omnipotente, guapo, fuerte, valiente y generoso dios MARDUK.
Mientras tanto, la viuda de ASPU, TIAMAT, furiosa por haber perdido a su progenie, adoptó la forma de una serpiente gigantesca que ocupaba todo el mundo conocido, que estaba dispuesta a devorar a sus hijos y a sus nietos. Frente a semejante monstruo todos los dioses huyeron cobardemente, menos MARDUK que logró matarla usando el viento y los relámpagos. Con sus restos creó la Tierra, recogió su sangre y, mezclándola con barro, creó a los seres humanos. Estos humanos tenían una chispa de divinidad por la sangre de la diosa pero habían sido creados exclusivamente para trabajar para los dioses.
Nadie protestaba porque todos creían en la leyenda y llevaban ofrendas, cosechas y animales al zigurat, donde vivían los dioses y, sobretodo a MARDUK, el dios héroe. Se decía que en agradecimiento a su gran valor los dioses le construyeron un divino zigurat que se cree que podría ser la torre de Babel de los hebreos, que aparece en la Biblia.
Los zigurats eran enormes y lujosos lugares donde también vivían los sacerdotes, los reyes y una legión inmensa de sirvientes que se ocupaban de alimentar, vestir y perfumar a una estatua de madera, donde se suponía que moraba el dios.
Cuando la estatua se arruinaba con el tiempo, construían otra y mediante rituales muy complicados y estrictos, se aseguraban de que el dios hubiera entrado en ella.
La gente del pueblo tenía totalmente prohibido entrar a los zigurats. Sólo veían a su dios una vez al año cuando todos los demás dioses acudían a visitarlo y entonces salían en procesión para el gran festival. Por lo visto, las personas corrientes, segurísimas que dentro de esa estatua de madera estaba el dios, caían en ataques místicos, cantaban y gritaban, mientras avanzaba la procesión.
Todo fue bien durante un tiempo hasta que empezó a molestar que los humanos muy ruidosos se multiplicaran en exceso y, siempre según la leyenda, los dioses deciden mandar una gran inundación que sería nuestro conocido diluvio universal. Pero otra vez un dios se apiada de ellos y les avisa. Unos pocos se ponen a salvo junto con las demás especies y empiezan de nuevo. Entonces aparece un nuevo obstáculo: los dioses, como todo el mundo sabe, son inmortales. Al ser los hombres también inmortales surgía un tema peliagudo e incompatible. Para solucionarlo la leyenda crea a la Muerte que aparece por primera vez y resuelve el tema para que los humanos no se multipliquen indefinidamente. Pero esa pequeña chispa de divinidad que tuvieron al ser creados les permitía salir del cuerpo que se pudría en el inframundo y seguir adelante de alguna manera: así se inventó el alma. Como seguramente habrán ya deducido, seguimos más o menos con la misma narración.
Toda esta interesantísima información se ha podido recuperar de las tablillas de arcilla con escritura cuneiforme que continuamente se siguen encontrando en las excavaciones arqueológicas. Yo lo he resumido de la largas explicaciones que he visto en YouTube de la profesora de historia antigua de la Universidad de La Rioja (España), Eva Tobalina, una extraordinaria comunicadora que no me cansa. Espero que les guste.
En definitiva, siempre lo mismo. Desde ´el cuco´ el ratón Pérez, el conejo de Pascua, el hombre de la bolsa, el pecado original, los pecados, el infierno, la vida eterna... Somos nuestras creencias y siempre un dios o diosa creadores de historias y seres retorcidos. Y a pesar de la Parca, los humanos siguen multiplicándose.
ResponderEliminarMuy interesante, gracias Moni
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