Por Mónica Bardi
Los colores giraban a mi alrededor, vivos y solemnes. El mundo parecía verse a través de una lupa, agigantado y con seres apresurados. Un tenue silencio lo bañaba todo. ¿Por qué nadie hablaba?
Luego el universo tornaba al azul marino, al violeta intenso y los contornos de las cosas se difuminaban. Las hojas acariciaban al viento y éste traía misteriosos mensajes de polen. ¿Qué mundo estaba yo habitando? ¿El cielo o el agua? ¿O fue todo un sueño?
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