IMPOTENCIA DE LAS POTENCIAS
Antes los estragos del virus, en especial ante la situación de Italia y España donde el sistema de salud está colapsado, pensaba que si se tratara de matar, Estados Unidos, por ejemplo, estaría en condiciones de ayudarlos o ayudarse a sí misma y en menos de una semana podría mandar miles de aviones de combate, una decena de buques de guerra, miles de marines, y toneladas de armas, drones, misiles, bombas y municiones, asesores militares y técnicos en operaciones.
Pero esta vez no se trata de matar, se trata de mantener las vidas, entonces ni la primera ni la segunda ni ninguna potencia tienen potencia valga la redundancia, a todas se les ha mojado la pólvora de la vida.
Todos sabemos que lo invertido por las grandes potencias en preservar la vida es infinitamente menor a lo invertido para destruirla, "matar para atacar o defenderse", con lo que cuesta el material nuclear y todos los instrumentos modernos de guerra, se podrían haber hecho miles de hospitales, adquirido respiradores, tomógrafos, otras aparatologías y equipos médicos de protección.
Pareciera que se investiga más veces en nuevas armas que en nuevas vacunas o terapias para las enfermedades, solo que esta vez esa diferencia brilla en toda su miserabilidad, y sobre todo en las potencias, ahora impotentes.
Julio Zoppi.
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