"Llegó la pandemia y nuestros organismos de bienestar de afanan en coordinar los servicios sociales para atender a la ciudadanía". (...)
"El Estado parece operar así sobre el cuerpo social como si fuera un objeto, como si no estuviera integrado por personas. Por eso tal vez sería interesante pensar en el coronavirus no ya tanto como riesgo o enfermedad, sino como una representación de la sociedad que somos, de nuestras aprensiones". (...) "Como ocurre con la religión, son nuestros miedos y fantasías los que ofrecen en bandeja a los poderes públicos la tentación de imaginar a la población como una biomasa regulable mediante disposiciones sobre higiene, educación, demografía y cuidados del cuerpo, ese objeto diluido y alienado por la burocracia. Foucault lo llamó "el poder pastoral del Estado", (...) los pastores cuidando de sus ovejas. En el fondo, el mito de la eficacia del Estado funciona también dentro de los parámetros de la creencia. Debemos tener fe laica en que sabrán resolver las crisis, una fe inevitable ante esa ausencia posible de alternativa que explícita nuestra carencia de poder, nuestra íntima naturaleza vulnerable". (...)
"Porque lo que rige en abstracto, ese supuesto mecanismo racional que nos protege, tiene también otra cara que, sin esa ética del cuidado, menoscaba nuestra autoestima al recibir un trato paternalista, degradante o punitivo, cuando se culpabiliza o estigmatiza a quien, por su situación, no puede sino sentirse vulnerable. Si, en palabras de Butler, "nuestra vida está siempre en manos de otro", esforcémonos al menos por no hablar solo de metas y frías cifras estadísticas".
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