Según sus palabras, hay un fuerte retroceso en este movimiento causado por el dogmatismo de la religión, que, como todo dogmatismo es incuestionable.
El feminismo islámico quiere compatibilizar igualdad entre hombre y mujer con creencias, siguiendo los textos sagrados, tan apegados a la misoginia (odio a la mujer), muy frecuente en las religiones monoteístas y más en el islam.
En este libro Najat escribe : "...las reivindicaciones de las mujeres blancas occidentales no son representativas de las mujeres musulmanas y, además, se las acusa de estar ejerciendo sobre el resto de las mujeres la misma dominación que los hombres blancos ejercen sobre ellas..." "¡Que a estas alturas me digan que un problema como mujer se debe a lo que haga la mujer blanca occidental es de locos!"
Este discurso ridículo se propagó, como no, a través de las redes sociales: son las HIYABISTAS y venden la idea de la compatibilidad de la modernidad con la religión. ES FASHION. "LO QUE NO APARECE ES LA CARGA PATRIARCAL QUE SUBYACE".
"No estamos vacunados frente al fundamentalismo islamista. Cuesta ver que lo que propone es un doble desarraigo: de la sociedad en la que vivimos, porque las normas que impone hacen muy difícil la convivencia, y de nuestras familias y origen porque si no practicamos la religión como dice, no somos buenos musulmanes".
"Eso nos deja en lo que el antropólogo JORDI MORERAS llama "identidades a la intemperie".
"Me deja perpleja" prosigue "cómo, desde la izquierda, se facilita que el elemento religioso penetre en la esfera pública".
"ME SIENTO DECEPCIONADA: ESTO TIENE UN COMPONENTE RACISTA".
"Cuando se defiende que hay que respetar el velo porque es una cuestión de identidad
no se tiene en cuenta que lo que persigue el
feminismo islamista es aislar a las mujeres musulmanas".
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