Wisława Szymborska nació en Polonia, en 1923, fue una poeta, ensayista y traductora polaca, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1996. Fue una niña con gran imaginación que amaba leer, en su casa todos amaban la lectura, incluso se animó a escribir unos primeros versos a los cinco años, si al padre le gustaban, le daba una moneda. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando su escuela fue clausurada, tomó clases de manera clandestina con las monjas ursulinas. Fue en esta época que empezó a escribir sus primero poemas (libro “Canción negra” publicado por Nórdica), los cuales hablan de guerra y muerte. En enero de 1945 cuando las tropas soviéticas ocupaban Cracovia, organizaron un recital de poesía al cual asistí y fue donde conoció al también poeta Milosz, con quien entablaría una amistad para toda la vida. Con la llegada del comunismo, debuta como poeta y se adapta al estilo exigido. Sin embargo, a lo largo de su vida, el desencanto se incrementaría y terminó desilusionándose con esta ideología. Tras sus dos primeros libros, Wisława rechaza al líder comunista Stalin.
Wisława Szymborska también adquirió una gran popularidad gracias a sus traducciones al polaco de obras maestras universales.
A MI CORAZÓN EL DOMINGO
Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.