martes, 28 de febrero de 2023

GABRIELA

 MIEDO

Gabriela Mistral


    


Yo no quiero que a mi niña

golondrina me la vuelvan,

se hunde volando en el Cielo

y no baja hasta mi estera;

en el alero hace el nido

y mis manos no la peinan 

Yo no quiero que a mi niña

golondrina me la vuelvan.


 Yo no quiero que a mi niña

la vayan a hacer princesa.

Con zapatitos de oro

¿cómo juega en las praderas?

Y cuando llegue la noche

a mi lado no se acuesta...

Yo no quiero que a mi niña

la vayan a hacer princesa.


Y menos quiero que un día

me la vayan a hacer reina.

La pondrían en un trono

a donde mis pies no llegan.

Cuando viniese la noche

yo no podría mecerla...

Yo no quiero que a mi niña

me la vayan a hacer reina!


sábado, 25 de febrero de 2023

OVIDIO

 


EL ARTE DE AMAR

Publio  Ovidio Nasón (43 a.C.-17 d.C.)

"Prefiero una amante que haya sobrepasado la edad de 35 años y encuentre ya cabellos canos en su melena: que los apresurados beban el vino nuevo; a mí me gusta más una mujer madura que conoce su placer. Tiene experiencia, que constituye todo el talento, y conoce en el amor mil posiciones. La voluptuosidad en ella no es falsa. Y, cuando la mujer goza al mismo tiempo que su amante, es el colmo del placer. Odio el abrazo en que uno y otra no se dan enteramente. Odio esas uniones que no dejan exhaustos a los dos. Odio a una mujer que se entrega porque hay que hacerlo, que no se humedece, que piensa en sus labores. No quiero una mujer que me dé placer por deber. ¡Qué ninguna mujer haga conmigo el amor por obligación! Me gusta oír que su voz traduzca su alegría, que murmuró que es preciso ir más despacio, que debo contenerme todavía. Me gusta ver a mi amante con los ojos vencidos y que desfallezca y no permita que la acaricié más".

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Irene Vallejo nos cuenta en su maravilloso libro EL INFINITO EN UN JUNCO, las alternativas de la caída en desgracia del gran poeta Ovidio, el primer romano que se atrevió a hablar del placer sexual con tal transparencia y sinceridad y en igualdad de condiciones con la mujer. 

Ovidio cometió la insensatez de escribir en verso esas pasiones que rara vez podrían ocurrir dentro del matrimonio, ya que las uniones matrimoniales eran por intereses económicos y la mujer era un simple peón en ese juego de ajedrez que manejaba su padre. Así que Ovidio chocó frontalmente con un programa de moralización del emperador Augusto y, sobre todo, con sus Leyes Julias que castigaban el adulterio. Así que en el año 8 d.C. Ovidio fue desterrado repentina y vengativamente a un lugar inhóspito y atrasado, donde murió años más tarde. 

viernes, 24 de febrero de 2023

EL FÉMUR

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En una conferencia, un estudiante universitario preguntó a la antropóloga Margaret Mead, cuál consideró que era el signo más antiguo de civilización en una cultura. El estudiante esperaba que Mead hablara de lanzas, ollas de arcilla o piedras de moler. Pero no, Mead respondió que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que había sido roto y luego curado. 

Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber o buscar comida. Eres una presa fácil para los depredadores y saqueadores. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso se cure. Un fémur roto y curado es evidencia de que alguien se dio al trabajo de quedarse con quién se lo rompió, apretó la herida, lo llevó a un lugar seguro y lo ayudó a recuperarse. Mead dijo que ayudar a alguien necesitado es donde comienza la civilización de nuestra especie.

jueves, 23 de febrero de 2023

LUCIO

 

Niños Expósitos

Diana Sperling

LA HISTORIA DEL HORROR  ( del muro de Alejandra Boero )

Hay espantos que nos sacuden como si fueran nuevos: hechos que nos sorprenden y nos aterran, situaciones para las que nunca estamos preparados porque rozan lo inconcebible.

Sin embargo, muchos de esos horrores son tan antiguos como la humanidad. La historia abunda en ejemplos de actos malvados. Pero muchos de ellos eran, en ciertas épocas, “naturales”, formaban parte de la vida normal de la gente hace milenios y hasta estaban contemplados y codificados por la ley. El filicidio que hoy nos estremece era una práctica relativamente habitual, ya fuera por razones religiosas, cívicas, políticas o “sanitarias”.

El sacrificio de niños está atestiguado en numerosas culturas, desde las orientales hasta las latinoamericanas. Las célebres momias de Llullaillaco, que pueden observarse -no sin cierto temblor- en nuestro Museo de la Alta Montaña (Salta), son una prueba patente. Niñas vírgenes y pequeños, muchas veces primogénitos, eran ofrendados a los dioses como bienes preciosos para poner su voluntad a favor de los mortales. 

Una de las costumbres perfectamente aceptadas, tanto en Grecia como en Roma, era la llamada “exposición del niño”. Si el progenitor, por alguna causa, no quería conservar al recién nacido, simplemente lo dejaba en algún lugar público. A veces el chico era recogido por alguien que se hacía cargo de su crianza, frecuentemente con el propósito de convertirlo en esclavo o venderlo. Pero lo más habitual era que la criatura quedara ahí, como un objeto desechable. La muerte era su destino más seguro. Edipo, Rómulo y Remo y tantos otros personajes del mito y la literatura son casos que ilustran tal costumbre.

En Roma se lo depositaba en el suelo de la propia casa. Si su progenitor lo levantaba, eso significaba que lo aceptaba como hijo. De esa manera el adulto se convertía en padre. Como decía Eva Giberti, todo hijo es adoptado: es preciso que medie una operación simbólica de acogimiento del nacido para que la paternidad/maternidad advenga. Se sabe: ser padre o madre no es un hecho biológico, sino cultural y legal. 

Pero, si esos actos filicidas eran aceptados en la antigüedad, ¿qué es lo que cambió? ¿Por qué ahora constituyen la máxima aberración?

Es Jean-Jacques Rousseau, en su libro Emilio o De la educación, de 1762, el primero que concibe al niño como un ser con características propias, diferente al individuo ya crecido. Hasta ese momento (siglo XVIII, ayer nomás!), el infante era tan solo un “adulto en miniatura”, es decir, una todavía-no-persona, un mayor fallido. Su inmadurez implicaba un defecto que le impedía entrar en la categoría de ser humano cabal. Así, constituía más bien un objeto, algo de lo que se podía hacer uso y abuso ya que no contaba como ser completo.

Las consideraciones de Rousseau -en vísperas del Iluminismo- dan el puntapié inicial para cambiar esa mirada y otorgarle al pequeño el status de persona. Deberán pasar todavía más de dos siglos para que se dicten los Derechos del niño, en la huella de los también revolucionarios Derechos del Hombre (luego, Derechos humanos). Pero la realidad es que, durante milenios, ese estatuto de persona y de sujeto de derecho -que tenemos asumido e incorporado- era algo absolutamente impensable. 

El homicidio del pequeño Lucio nos retrotrae a las épocas más oscuras de la historia. Esa mujer, su genitora -imposible llamarla madre-, hizo de la criatura el blanco de una crueldad que excede todo lo que podamos imaginar. Usando como justificación (¿ante sí misma?) una ideología falsamente feminista, profesaba un recalcirante “odio al varón” y lo actuaba sin miramientos. Es imprescindible tomar en cuenta tal factor: en algunas vertientes del feminismo se confunde función paterna con patriarcado. Se pretende prescindir por completo del padre, como si este fuera un monstruo o un tirano. Está visto que la tiranía, el sometimiento y la opresión no tienen género. Si en esta rara configuración familiar hubiera habido un padre mínimamente a la altura de su función, habilitado por la ley y reconocido por la “madre”, tal vez habría podido evitar el terrible desenlace, separando al chiquito de una mujer (ya dudo incluso de llamarla así) devoradora, que cosificaba al niño y lo degradaba hasta lo más atroz. 

Reducir el hijo a la condición de cosa descartable -es decir, anularlo, volverlo nada- era el sentido de esas prácticas antiguas en Grecia y Roma, paradójicamente, las cunas de nuestra cultura. Tal vez no se ha reflexionado lo suficiente al respecto.

Las criaturas abandonadas en plazas, templos o portales mediante la exposición eran, literalmente, expósitos (expuestos). Quiso la mala fortuna, la casualidad o no sé qué diabólica coincidencia que ese sea el apellido de la homicida: Magdalena Espósito. Alguien podrá decir: cruel ironía del destino. Tragedia o muerte anunciada. Sin embargo, acá no hubo dioses en cólera exigiendo sangre de niños sacrificados, rituales de una cultura que “cree” en tales acciones, impuestas por la tradición y las normas de su comunidad. No, no es una tragedia, donde el héroe tiene poco margen de elección. En el caso que nos desvela, hubo plena conciencia del crimen, de la diferencia entre bien y mal, de las consecuencias inevitables que sobrevendrían. Las asesinas eligieron torturar y matar. 

Ese vientre del que nació Lucio no lo dio a luz (otra resonancia con el nombre) sino a la más tenebrosa oscuridad. Tampoco se debe confundir deseo de madre con capricho o antojo de posesión. La maternidad es una de las situaciones más complejas y difíciles de la especie humana. Ni angelical ni natural, es más bien un rol que se elige, una función a construir, con fallas y aciertos, con dudas e incertidumbres. Pero tiene como condición ineludible la capacidad de alojar al recién nacido indefenso y frágil, ligarlo filiatoriamente y darle un lugar en la propia existencia. Solo así madre e hijo se vuelven humanos. Elección, responsabilidad, amor y trabajo: los hilos del manto que protege la nueva vida.


Diana Sperling

Bs. As, febrero 2023

sábado, 18 de febrero de 2023

ATAHUALPA

 CUANDO ATAHUALPA YUPANQUI CONOCIÓ A EDITH PIAF

Héctor Roberto Chavero Aramburu, conocido mundialmente como Atahualpa Yupanqui, es el cantautor por excelencia del folclore argentino, tanto así que se puede decir que Facundo Cabral y la querida ‘negra’ Mercedes Sosa estaban posesos por ‘Don Ata’ (como se le decía cariñosamente). Sus temas, mil veces versionados eran la musicalización del alma del paisano, del caminante y de la tierra misma; por ello quien lo escuchaba se escuchaba a sí mismo, por ello Atahualpa Yupanqui fue y es tan grande, a pesar de que ahora brinde recitales en las nubes.

Atahualpa Yupanqui, cantautor y escritor argentino recorrió el mundo repartiendo su cantar, es así que un día conoció a la gran Edith Piaf, encuentro casual que impulsó la carrera de “el que vino de lejanas tierras para decir algo”.

En 1949, después de unos recitales, hizo un alto en París donde conoció a los poetas franceses Aragon y Paul Eluard. Con Aragon no simpatizó pero con Paul Eluard se estableció una amistad basada sobre una gran estima recíproca. Un día, Eluard le dijo: “Esta noche ven con tu guitarra, te voy a dar una sorpresa”. Y fue efectivamente una gran sorpresa cuando vio entrar al departamento del poeta a Edith Piaf, que estaba en el apogeo de su carrera.

Cuando la Piaf lo escuchó, quedó deslumbrada y le preguntó: “¿Dónde trabajas?”, a lo que Don Ata le respondió: “En ninguna parte, ya me voy, ya me voy a mi país.” Algo emocionada, la cantante francesa replicó en voz alta una especie de orden y súplica: “No, París tiene que escucharte. Ven mañana a las 8 al Athenée con tu guitarra. Te mandaré el auto al hotel.” Al día siguiente, cuando el secretario de Edith Piaf vio que Yupanqui vivía en un hotelucho de ‘pulgas numeradas’, como él mismo decía, le contó sorprendido a la cantante.

Aquella noche del 6 de junio de 1950, Edith abrió el recital y cantó más de veinte canciones, para luego tomarlo de la mano y presentarlo al público. “Les presento a Atahualpa Yupanqui, un músico de mucho talento, a quien dejo cerrar el espectáculo. Quiero que lo escuchen como lo merece”, dijo la cantante ante un público sorprendido y curioso. Luego de interpretar sus zambas y sus milongas, el cantautor argentino recibió los aplausos más conmovedores de su vida.

Alargando su estancia en la ‘ciudad luz’, pocos días después firmó un contrato con Chant du Monde, y la Academia Charles Cros lo distinguió entre 350 artistas de todos los horizontes al otorgarle el Primer Premio al Disco Extranjero. En ese mismo año dio más de 60 recitales en toda Francia. Así comenzó su carrera internacional. Cosas del destino.

jueves, 16 de febrero de 2023

INCAS

 Cada mes de junio, desde hace más de seis siglos, el cañón del río Apurímac -en Canas, Cuzco, a 3.792 metros de altitud- acoge una de las tradiciones más curiosas del Perú, la construcción del último puente inca que queda sobre la tierra: el Q’eswachaka.

Q’eswachaka es uno de los muchos puentes que los incas construyeron durante su Imperio en Perú con el objetivo de moverse a través de la accidentada geografía andina. Esta necesidad de trasladarse de un lado a otro de los Andes Centrales dio lugar a una red de caminos llamada Qhapaq Ñan, que unía los territorios del llamado Tahuantinsuyo, el gran imperio de los Incas conformado por cuatro regiones -Collasuyo, Contisuyo, Chinchaysuyo y Antisuyo-. A través de este sistema de enormes rutas, los incas lograron conectar las grandes ciudades de la costa y la sierra en una red de caminos que se dividían entre el sector cordillerano y el llano costero.

La implementación de esta red de rutas requirió de la colocación y fabricación de numerosos puentes a lo ancho y largo del territorio. Construcciones hechas de forma artesanal, conformadas a base de paja, piedra y madera, que permitían a los incas trasladarse a través de la agreste geografía andina con la peculiaridad de que debían ser reconstruidos cada cierto tiempo. Estas obras de ingeniería temporales eran elaboradas por todos los trabajadores de la comunidad mediante la minka, un trabajo realizado por turnos que tenía como fin la realización de grandes obras públicas como la construcción de los caminos o los puentes o el cultivo de las tierras.

Este arte o saber hacer, el de la elaboración o construcción de los puentes entorno a la comunidad, se ha ido transmitiendo de generación en generación, permitiendo que a día de hoy se haya logrado mantener intacto uno de los mayores testigos de la civilización incaica. Desde entonces, y como si de una fiesta se tratase, con la llegada del equinoccio de invierno comienza la preparación de un puente que, más que construido, es tejido y que se elabora de manera manual año a año, un ritual histórico que hizo que en 2013 fuera declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

La ceremonia se inicia con el desarme del puente construido el año anterior. Exactamente, cuando se cortan los puntos o sostenes de cada lado y lo dejan caer al río. A partir de ese momento, las mujeres y los niños comienzan a recolectar la qoya o ichu, un material de paja con el que se tejen las sogas que sirven para construir la base y las barandillas. Los días siguientes, con las sogas tejidas y entrelazadas, son los hombres los que se unen para comenzar a colocarlas junto a una extensa alfombra elaborada con ramas que cubrirán por completo el suelo de la plataforma. Una vez conformado y tejido el puente, son los líderes de cada comunidad los que frente al resto inauguran la nueva construcción mientras disfrutan de una gran fiesta vestida de guisos, tragos y danzas tradicionales. 

Una festividad en la que este saber, transmitido de generación en generación, ha conseguido trasladar de forma viva el arte, las técnicas y la cultura del mundo andino desde hace varios siglos atrás.

domingo, 12 de febrero de 2023

POETA MALDITO

 CHARLES BUKOWSKI

Sí, sí 

Cuando Dios creó el amor no ayudó mucho

cuando Dios creó a los perros no ayudó a los perros

cuando Dios creó las plantas no fue muy original

cuando Dios creó el odio tuvimos algo útil

cuando Dios me creó a mí, bueno, me creó a mí

cuando Dios creó al mono estaba dormido

cuando creó a la jirafa estaba borracho

cuando creó las drogas estaba drogado

y cuando creó el suicidio estaba deprimido

cuando te creó a ti durmiendo en la cama

sabia lo que hacia

estaba borracho y drogado

y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo

cometió algunos errores

pero cuando te creó a ti durmiendo en la cama

se derramó sobre su Bendito Universo



155 cm

 JAIRO ROMAN


155 cm

El recuerdo viene a mi mente, mi hermano mayor está peleando, entra corriendo a la casa, saca un cuchillo y sale de nuevo, yo me asomo a la puerta y lo veo enfrentarse a dos hombres que le hacen gavilla, los tipos tienen cada uno un machete, y mi hermano ahí parado, temerario. Luego, al momentico llega mi otro hermano y la vaina se pone pareja, dos hombres contra dos hombres: yo estaba aterrado, por suerte algunas veces la policía llega a tiempo y eso es suficiente. Pero esto es solo para poner en contexto: la imagen llega a mi memoria diseminada por una luz tenue generada por un bombillo de 120 voltios de esos que desprenden una luz amarilla. No se exactamente que pasó, si fue por algo que dijo mi hermano mayor, sólo vi como esa mujer de escasos 155 cm de estatura le partía un palo de escoba en la espalda, luego vi aquel hombre, el mismo que se batía en duelo contra dos hombres, agachar la cabeza y salir en silencio. Lo mismo le pasó a mi otro hermano, algo le dijo que no le gustó, esta vez fue el trapero, iba directo a la cabeza pero mi hermano alcanzó a poner la mano; lo recuerdo usando una venda los días siguientes, no se si se la fracturó, ninguno dijo nada, se mamaron el palazo en silencio, sin reclamar. Yo miraba a esa señora y me preguntaba qué iba hacer cuando me tocara; lo que sí estaba claro era que usted podría ser putas afuera, batirse en duelo con otros hombres, pero en esa casa existía una mujer de escasos 155 cm que era la que mandaba. 

Recuerdo el día que me tocó, lo recuerdo bien, no dije nada, palabra que no dije nada; hay una máxima que dice: “bienaventurados los necios que atienden consejo porque se harán sabios a costa de los errores ajenos”. Yo ya sabía cómo reaccionaba la vieja cuando le contestaban mal, por eso no dije nada, ni pio, solo le alcé los hombros, eso fue lo único que hice, no hice nada más, palabra. Cuando veo que esa señora gira la cabeza como buscando algo... cuando vi que clavó la mirada en un rincón donde estaba la escoba; yo era un niño, ingenuo, salí en pura hijueputa y me metí bajo de la cama. Parece yo nunca había visto tanta sevicia, a lo bien, es mejor que le partan el palo en la espalda, un solo dolor; ni cuando con los amigos encendiamos a piedra las ratas de alcantarilla, créame nunca había visto tanta sevicia. Un consejo: nunca se escondan bajo la cama, se lo digo con cariño.

Esa mujer de escasos 155 cm era temeraria; sola era padre y madre, sola con cinco hijos enfrentándose al mundo: había que respetarla. Yo se que esta sociedad es machista, pero algunos crecimos bajo el manto sagrado del matriarcado. 






viernes, 10 de febrero de 2023

MANTELES DE LECHE

 

Salvo el crepúsculo

JULIO CORTÁZAR 

Si he de vivir sin ti, que sea duro y cruento

la sopa fría, los zapatos rotos, o que en mitad de la opulencia

se alce la rama seca de la tos, ladrándome

tu nombre deformado, las vocales de la espuma, y en los dedos

se me peguen las sábanas, y nada me dé paz.

No aprenderé por eso a quererte mejor

pero desalojado de la felicidad

sabré cuanta me dabas con solamente a veces estar cerca.

Esto creo entenderlo, pero me engaño:

hará falta la escarcha del dintel

para que el guarecido en el portal comprenda

la luz del comedor, los manteles de leche, y el aroma

del pan que pasa su morena mano por la hendija.

Tan lejos de ti

como un ojo dentro del otro

de esta asumida adversidad

nacerá la mirada que por fin te merezca...

Salvo el crepúsculo, Buenos Aires, Ed. Alfaguara, 1996.


martes, 7 de febrero de 2023

¿UNOS MATES?



                              CELIA

El mate (...) "Es... besar estas tierras, correr de norte a sur, besar esas estrellas que son la cruz del sur" The arlequín.

Con el primer sorbo de mate, vuelo instantáneamente a la calle Callao, entre Bartolomé Mitre y Cangallo (hoy se llama Perón, creo) y charlo con mi amiga Celia Acevedo que no para de reírse. La mujer más linda del mundo. Su risa, esa risa que me desborda de calidez el cuore; sus pinturas, que me rodean por doquier cuando voy a su casa. 

                Pintura de Celia Acevedo

También ha venido Osmar Villaflor que trabaja de cartero pero que no pierde la oportunidad de soltarnos un monólogo de Benedetti, ensayo actual de su amado teatro. Mientras, Maximiliano, el hijo de Celia saborea un helado y mira con curiosidad a un bebé que descansa relajadamente en una cuna azul reciclada que le queda enorme. Es Camilo, mi primer hijo que nació hace pocos días. En una pared, justo pegada al lado de la cuna, hay una cartulina gigante y amarilla llena de animalitos de colores que pinté para la ocasión y que atraen hipnóticamente la mirada del bebé porque le hablan por las noches con mugidos, berridos y cacareos. 

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(...) "Tengo la costumbre de andar por los caminos mirando a derecha e izquierda, y de vez en cuando para atrás... y lo que veo a cada momento es aquéllo que nunca antes había visto". Fernando Pessoa. 

Caminando por un carril de mi barrio gaditano escucho en una casa lejana el sonido característico de un partido de ping pong y las risas de los que juegan. Instantáneamente me transporto al club Lawn Tennis de Témperley donde el gordo Pería y Adolfo Hasenbalg le pegan con furia a la pelotita. Los hermanos Szeche (no sé si se escribe asi), Lía Carruthers, Erika Gargiulo, Graciela Capelli, los hermanos Seara, Tito Garona, Susana Lugones y otros tantos miramos el partido distraídamente. Vamos y venimos. 

                        ERIKA

Nada puede superar el placer estético que me produce ese lugar en el mundo; un pequeño club de barrio. El color ladrillo de las canchas de tenis, los verdes de las ligustrinas y los turquesas de la pileta se mezclan en translúcidas aguadas de un lienzo imaginario. Club de juventud con olor veraniego.

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Una avioneta pasa ronroneando entre nubes indecisas en los cielos hispanos y en ese preciso momento me despierto en mi cama de Cangallo 274, en Témperley y miro por la ventana. Es un frío dia de invierno y mi papá está, como siempre, leyendo el diario en la cocina, subrayando y recortando artículos interesantes o fragmentos para no olvidar; de manera idéntica a como lo hago yo hoy en día. 

                   MARIO ANÍBAL

Mi hermano Mario y su amigo Pipe Ruffa esperan con paciencia para armar un barrilete con la ayuda de papá. Mamá y sus blancos dientes de conejo charlan con una vecina. El perro Riquet, llamado así por el cuento de Antole France, está atento a todo haciéndose el dormido, siempre a los pies de mi papá. 

               FAMILIA BARDI

(...) "Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada; cuál es el sol, que tiene luz tan solo y no la sensación de que me llamas". Jorge Luis Borges. 

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Al pasar al lado de un jazmín que me tira flores y olores como serpentinas de un loco carnaval, instantáneamente estoy en Espora 51, Témperley, subiendo la escalera de la casa de Pily Fernández con Sonia Samaniego, Stella Botti, Ana Nowacke y Horacio Lazzatti.

                    PILY

Esos peldaños desembocan en un amplio living a la izquierda y a la derecha a un patio soleado lleno de plantas. Allí no nos quedaremos. Claro que no; sino que subiremos otro tramo de escalera a la buhardilla a seguir con nuestras conspiraciones; largas charlas vespertinas olvidadas en su contenido pero nunca en sus emociones, llenas de pertenencia a un selecto grupo de rebeldes sin causa. Mientras, las chicas esperamos entre suspiros secretos que aparezca Carlos, el hermano de Pily, el tipo más interesante y churro del mundo mundial. 

                   STELLA MARIS

Me ha enviado Stellita una música de THE MAMAS AND THE PAPAS para que un recuerdo estalle en mi cabeza. Estamos en la calle 25 de Mayo y hay asalto en la casa de la familia Botti. 

                       SILVIA

Chicos con pantalones patas de elefante y chicas con minifalda que transpiran "bailando con lobos", aunque estos son lobitos amigos, no como las tóxicas manadas testosterónicas de hoy en día. Están los mellizos Muñoa, los hermanos Page, Jaime Palacios, Carlitos Frieiro, Silvia y Susie Ferramola y otro montón de sombras queridas que se van perdiendo, se van esfumando. Y mientras se evaporan no dejan de bailar como fantasmas desencajados que algún día desaparecerán del todo. Por eso escribo esto: para que mis queridos fantasmas duren un poquito más, así, queridos e idealizados por las veladuras del tiempo. 

(...) "Rabia de no haberme traído el pasado robado en la mochila" Fernando Pessoa. 





viernes, 3 de febrero de 2023

NADA LOGRAMOS SABER

 FAUSTO (Goethe)

Ilustración de August Von Kreling
El sueño de Fausto

¡Ah! Filosofía, jurisprudencia, medicina y hasta teología, todo lo he profundizado con entusiasmo creciente, y ¡heme aquí, pobre loco, tan sabio como antes! Es verdad que me titulo maestro, doctor, y que aquí, allá y en todas partes cuento con innumerables discípulos que puedo dirigir a mi capricho; pero no lo es menos que nada logramos saber. Esto es lo que me hiere el alma. Sin embargo, sé más que todos cuanto necios doctores, maestros, clérigos y religiosos se conocen: ningún escrúpulo ni duda me atormentan; nada temo de todo aquello que causa a los demás espanto; pero, merced a esto mismo, no hay para mí esperanza ni placer alguno. Siento no saber nada bueno, ni poder enseñar a los hombres cosa alguna que logre convertirlos o hacerlos mejores. No tengo bienes, dinero, honra ni crédito en el mundo: ni un perro podría soportar la vida bajo tales condiciones: por eso no he tenido otro recurso que consagrarme a la magia. ¡Ah! ¡Si por la fuerza del espíritu y de la palabra me fuesen revelados algunos misterios! ¡Si no me viese por más tiempo obligado a sudar sangre y agua para decir lo que ignoro! ¡Si me fuese dado saber lo que contiene el mundo en sus entrañas y presenciar el misterio de la fecundidad, no me vería, como hasta ahora, obligado a hacer un comercio de palabras huecas! ¡Reina de la noche, dígnate dirigir tu última mirada sobre mi miseria, ya que tantas veces, después de la media noche, me has visto velar en este pupitre! Siempre me mostrabas entonces, pobre amiga, sobre un montón de libros y papeles. ¡Ah! ¡Si me fuera dado ahora trepar a tu dulce fulgor las altas montañas, flotar en las grutas profundas con los espíritus, danzar a la hora de tu crepúsculo en los prados, y, libre de todas las ansiedades de la ciencia, poder bañarme rejuvenecido en tu fresco rocío! Miserable agujero de pared tenebrosa, en el que sólo a duras penas penetra la grata luz del cielo, y en el que por todo horizonte descubro este montón de libros roído por los gusanos y legajos de papel empolvados que llegan hasta el techo. No veo en torno mío más que vidrios, cajas, instrumentos carcomidos, única herencia de mis antepasados. ¡Y eso es un mundo, y eso se llama un mundo! ¿Y aún preguntas por qué el corazón late con inquietud en tu pecho? Porque un dolor inexplicable detiene en ti toda pulsación vital, porque vives entre el humo y la carcoma, porque en lugar de la naturaleza viva en que Dios colocó al hombre, no tienes en tu derredor más que huesos de animales y esqueletos humanos. Huye y audaz lánzate al espacio. ¿Acaso no es un guía suficientemente seguro ese misterioso libro escrito por Nostradamus? Entonces conocerás la marcha de los astros, y si la naturaleza se digna instruirte, se desenvolverá en ti la energía del alma, y sabrás cómo habla un espíritu a otro espíritu. En vano por medio de un árido sentido intentas conocer ahora los signos divinos. ¡Espíritus que flotáis en torno mío, respondedme, caso de que llegue mi voz hasta vosotros!