viernes, 28 de agosto de 2015

SEMILLAS

Todas las personas influyen en su ámbito, en su entorno. Puede ser su lugar de trabajo, su familia o el lugar a donde concurre habitualmente por hobby, deporte, etc.....
Pero es indudable que algunas personas influyen más que otras.....hay las que arrastran multitudes y hay quienes pasan inadvertidas. Todos, en alguna medida, queremos ser apreciados por los demás, o queremos destacar en nuestra actividad....quien más, quien menos.
La mayoría esperan llevar por buen camino a sus hijos. Y mucho es.
Hay quien lleva mejor su vida privada que su vida profesional y a la inversa. El colmo de las maravillas es llevar bien las dos. DIFÍCIL, pero no imposible.
Metafóricamente me viene a la mente alguien que va soltando semillas en un campo a lo largo de su vida. La cosecha posterior es una incógnita. Aunque a veces, sólo a veces, resulta que de alguna de esas semillas sale una trémula plantita que con su verdor lo alegra todo. Exactamente esto me pasó a mí hace unos 2 años con un joven paciente. Se llama Juan Carlos y toca el clarinete.
Cuando vino a mí a hacerse un tratamiento de ortodoncia salió el tema del conservatorio y el clarinete de marras. Entre bracket y bracket le dí un papelito con el nombre de BENNY GOODMAN. Y a partir de ahí me olvidé del tema.
BENNY GOODMAN es un extraordinario músico que nació en Chicago en 1909 y murió en Nueva York en 1986. Era hijo de inmigrantes polacos judíos y empezó a tocar el clarinete con 10 años.
Llegó a conocerse como el rey del swing y a tener a HARRY JAMES como trompetista y a la mismísima ELLA FITZGERALD como cantante en su orquesta. Era amigo de LIONEL HAMPTON y GENE KRUPA y competencia de ARTIE SHAW y GLENN MILLER. Yo los conozco como si fueran de mi familia porque crecí con esa música.
Entonces y como homenaje a esos tipos y tiempos divinos decido poner sus orquestas a sonar en mi ordenador porque hace bastante que no las escucho.
Cierro los ojos y mágicamente me encuentro en el living de mi casa natal viendo girar hipnóticamente el disco en el tocadiscos de mi papá, adorador del jazz y de la buena música en general. Esos sonidos me devuelven los aromas de la cocina y el jardín de mi casa en Témperley. También me retrotrae a esa luz que se colaba por el patio central lleno de plantas, la chimenea, mi perro RICKET, las charlas de mis tías, el consultorio odontológico de mi papá, discretamente apartado de la casa. Recorro mentalmente el pasillo, a la izquierda la entrada del garaje donde había de todo menos coche y con la escalerilla al misterioso altillo oliendo a polvo; en una esquina una vieja biblioteca destartalada con la colección completa del READER'S DIGEST. La camita escondida de una rata blanca llamada MARÍA, a la que la llamábamos por su nombre y venía y que hacía las delicias de los chicos y el espanto de las madres.

A los dormitorios los imagino de mañana y la casa entera ventilándose con las cortinas al vuelo. Mis recuerdos son con buen tiempo, cálido y soleado. Aunque los días de lluvia también los recuerdo con cariño y especialmente a mi padre encendiendo la caldera al llegar el frío. Esos acordes de Benny Goodman y otros acompañan a los ravioles de los domingos.
Pero sin duda lo que atesoro en lo más hondo es esa sensación de protección en el dormitorio cuando afuera los rayos atronaban e iluminaban fantasmagóricamente el paisaje. El terror estaba servido, pero nosotros estábamos a salvo.
Toda una época en la que soñábamos mi hermano y yo con nuestro futuro. Hemos sido afortunados: mis padres nos cuidaron regalándonos la INOCENCIA, la seguridad, las ilusiones y LA MÚSICA.

Pero a lo que iba: mi pequeño paciente, Juan Carlos, inesperadamente por lo menos para mí, tomó en cuenta el nombre de Benny Goodman y ahora, 2 años más tarde, me entero que formó un grupo de jazz en el instituto y puedo verlo en you tube. Por lo visto mi dato le sirvió y, de paso, actualizó la trayectoria musical sobresaliente de Benny Goodman, ese hijo de polacos inmigrantes a USA que muchos han olvidado ya y cuya familia huyó de las guerras, las persecuciones, la miseria y el odio al igual que lo hacen hoy los pobres sirios. A diferencia de mi familia que tuvo la suerte de crecer en medio de una paz duradera.
Gracias a la magia de la tecnología trasladaron al rey del swing a Zafra, una ciudad de Badajoz (Extremadura) y esos sonidos son reinterpretados por unos jovencísimos chicos ochenta años más tarde....
LA SEMILLA HABÍA CAÍDO EN TIERRA FÉRTIL.  

jueves, 20 de agosto de 2015

CHANA


Ayer murió una señora maravillosa, Chana.
Hoy murió una señora famosa, Lina Morgan.
Las dos tenían más o menos la misma edad. A ninguna de las dos las conocí personalmente. De Lina Morgan sé lo que sabe todo el mundo: que era una gran actriz y que llenó de risas años de nuestras vidas. Con ella pasa lo que con muchos artistas: que a uno le parece conocerla por verla con tanta frecuencia en la pequeña pantalla. Deja un recuerdo precioso.
Pero sí estuve en el velatorio de Chana porque su nieta Miriam trabaja conmigo. Y allí pude hacer un montón de observaciones que me dejaron pensando.
Chana era una joven de setenta y pico de años, coqueta, alegre y con una gran fortaleza interior. Era una de esas personas que cementan a una familia, que son como un pilar fundamental en cualquier estructura, ya sea una casa o una familia.
Hay infinidad de dichos circulando en las redes sociales con frases hechas sobre las maravillas de tener una familia:"que no hay como la familia, que al final lo que queda es la familia, que su amor es eterno e incondicional", bla, bla, bla, bla.........., pero todos sabemos y conocemos familias que son un verdadero infierno.
Hemos visto madres y/o padres que abandonan, que sobreprotegen, que golpean sistemática y cruelmente a sus hijos propios o adoptivos. Hemos sido testigos de hijos que maltratan a sus padres y hasta los matan.....o sea, que la ETIQUETA de FAMILIA no es garantía de NADA. Hay familias neuróticas que conviven por necesidad. Pero la cosa no es tan sencilla, porque hay muchas de ésas familias que logran una cotidianeidad razonablemente sana y otras no.
Algunas familias "normales" envenenarían al viejo tío rico por un dólar falso.
Algunas familias se unen porque no tienen más remedio o carecen del valor para emanciparse si las cosas no van bien y terminan odiándose. Y otras aparentemente disgregadas están como una piña cuando es necesario, con auténtico cariño, solidaridad y entrega. En cuanto a familias hay de todo como en botica.
El individualismo posterior a una época de prosperidad económica suele separar las familias porque alimenta la codicia, la ambición y la competencia; aunque eso también depende de la calidad humana de sus componentes.
La migración es un verdadero martillo destructor de familias, porque la lejanía anestesia mucho los afectos y se pierde el día a día. Aunque yo tengo una amiga que ha alimentado esos vínculos durante casi 30 años vía telefónica, fax, mail, skype y lo que se invente en el futuro.
"El roce hace al cariño", dice un adagio muy antiguo, aunque no siempre se cumple, porque todos hemos visto que hay roces que fabrican monstruos.
Entonces ¿cómo se gesta una familia cariñosa? ¿Cuáles son sus ingredientes? Porque la gente es, en general, GRIS...quiero decir, la mayoría de los humanos no somos ni tan malos ni tan buenos, sino promedio. Todos cargamos con nuestras ñañas, simpatías y manías. (Los dioses y los demonios se salen de la estadística, aunque también los hay).
Pero volvamos a Chana: evidentemente esa señora era lo que a mí, que no la conocía en persona, me parecía por lo que contaba su nieta Miriam: cariñosa, alegre, voluntariosa, coqueta, vital, con carácter y, lo más importante, UNA PERSONA QUE UNE: UNA AMALGAMA.
Hay personas muy buenas pero que no saben unir, por ejemplo, mi padre. Mi padre se ocupó minuciosamente de alejar a la familia de mi madre y luego a la suya propia, por eso nos quedamos solos los cuatro, la familia nuclear.
Ese alejamiento trajo inimaginables consecuencias para todos, muchos años más tarde lo supe.
Supongo que hay PERSONAS CLAVE, PERSONAS LLAVE, que tienen en su poder el orientar la vida de los que las rodean en el sentido más positivo: la cercanía. Tienen el poder de limar asperezas y sembrar la concordia, ponen a buen resguardo los comentarios negativos y resaltan los positivos, alimentan las buenas tendencias y rechazan las malas.
Exactamente lo contrario de aquéllos que SIEMBRAN CIZAÑA.
Y en las familias es como en toda actividad humana: hay personas clave en la política (que influyen mucho, pero ya es más complicado afirmar si es para bien o para mal, porque es a largo plazo), en el arte, en el deporte....
Siempre que alguien como ella se va, nos queda un enorme consuelo: su fantástica trayectoria vital, en la cual sembró el AMOR y llegó a cosecharlo porque si el objetivo de Chana fue tener una linda familia, desde luego que lo logró.
Supongo que por eso había tanto pesar en ese velatorio, tanta orfandad, tantas lágrimas....porque Chana era mucha CHANA. Pero bueno... ahora ya sabemos que hay una nueva estrella en el cielo preparando pucheros cargados de amor.