miércoles, 13 de marzo de 2024

TINTERO

 


𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚

"Cuando te voy a escribir

se emocionan los tinteros:

los negros tinteros fríos

se ponen rojos y trémulos,

y un claro calor humano

sube desde el fondo negro.

Cuando te voy a escribir,

te van a escribir mis huesos:

te escribo con la imborrable

tinta de mi sentimiento".


-- Miguel Hernández (30 de octubre de 1910, Orihuela, España; 28 de marzo de 1942, Alicante, España), fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX.

martes, 5 de marzo de 2024

SI VAS AL CAMPO...

 

                 GLORIA FUERTES

Si vas al campo,

no subas por los almendros.

Ni cojas nidos,

ni caces pájaros,

ni mates insectos negros.

¡Ay, esa flor, esa flor

que ahora muere entre tus dedos,

sus novecientas hermanas

la están echando de menos!

Si vas al campo,

sé bueno.

¡Échate en la hierba,

canta,

estate quieto!

No deshagas las casas

de los insectos

.......................................................................

Esta poesía profundamente sensible cayó en mi vida en oportuno momento. Arranqué unos azahares de mi naranjo con delicioso perfume y los puse en varios floreros. Con el paso de los días veía a sus hermanos no arrancados proseguir con sus vidas. Y pensé: ¿por qué los habré arrancado? Ellos tenían mucha vida por delante hasta ser frutos. Si igual puedo disfrutar su aroma saliendo al jardín. No lo haré más. 😊 

martes, 27 de febrero de 2024

SALVAR ÁRBOLES


PANCHO MASSA

 Plantar un árbol 🌳.

En el año 1980 mi padre se enteró que el padre de una amiga suya había decidido cambiar de cultivos en su chacra. Había decidido matar sus árboles de pécanos de 50 años cosecheros. A mi papá le dio pena y se los pidió regalados. Eran unos árboles 🌲 enormes, así que papá esperó el mes de agosto, en otoño, donde los pécanos pierden sus hojas, podó sus ramas más grandes y con mucho cuidado excavó sus raíces. Con gran delicadeza y la ayuda de docenas de obreros los extrajo y se los llevó a trasplantar a su fábrica de la Tinguiña en ICA - Perú , donde ahora funciona Precio UNO . 

Los pécanos prendieron, dieron frutos,  dieron sombra y prosperaron. Allí permanecieron 40 años; ya acumulaban 90 años .

Cuando mi familia vendió la fábrica a PRECIO UNO, pusieron como condición que muden la maquinaria en 30 días y que maten los árboles. Que no quede nada, que quede pampa .

Ese día nos acordamos de la proeza del trasplante de los pécanos de papá.  Panchito, mi hijo mayor, decidió salvarle la vida a los viejos pécanos de 90 años y volver a trasplantarlos teniendo los mismos cuidados que su abuelo había tenido 50 años atrás . Esperó a agosto, el otoño, esperó que se caigan sus hojas y esta vez ya no con una docena de gentes sino con el empleo de maquinaria, con retro excavadoras y grúas hizo lo mismo que papá y los trasladó y trasplantó en el Barrio Chino de ICA , por segunda vez .

Ahora los árboles están felices, hermosos, dan sombra y frutos, además de oxígeno.

El secreto, decía papá, es respetar la posición original en su nacimiento de cuando fueron recién sembrados de semillas y cuidar su posición en relación de cara al sol, además de cuidar los vellos absorbentes de sus raíces .

Los pécanos de papá están por cumplir 100 años. Papá trascendió con sus árboles. ¿Y que es trascender ?, creo que es dejar algo bueno para la humanidad.

Nota : en la foto mamá y yo disfrutando de la sombra y del oxígeno de los árboles de papá.

lunes, 5 de febrero de 2024

TODO ME SALE MAL.

 

Dice Irene Vallejo: amo a esta escritora argentina recóndita, humilde, desconocida gran parte de su vida. Hebe Uhart, nacida en Moreno en diciembre de 1936, estudió filosofía en Buenos Aires. Se dedicó toda la vida a la enseñanza en escuelas públicas y talleres literarios. Su escritura secreta le proporcionó una gran libertad. Logró una extraordinaria perspicacia para contar aparentes minucias capaces de revelar un carácter o una época.

En “Un día cualquiera”, la niña protagonista reflexiona: «Yo no entendía nada ni a nadie. Nadie era lo que parecía, yo tampoco. Tampoco entendía por qué persistía en hacer esas guirnaldas con palos, alambres y ramas esperando un resultado maravilloso y todo después resultaba una soberana porquería. Tampoco entendía por qué cuando repasaba los muebles (era mi odiada tarea) no levantaba nunca el vidrio de la mesa de luz ni limpiaba las patas de la mesa por dentro; solo limpiaba lo que se veía. Yo no me metía en profundidad con la limpieza, lo hacía para que vieran que había limpiado. Tampoco tejía apretado; tejía flojo y se me escapaba algún punto. Entonces pensé que si todo me salía mal iba a leer más y así lo hice; tenía una biografía de Beethoven niño, con ilustraciones. En el libro decía que era músico y era sordo; se ve que se podía. Por lo menos, en los libros se podían muchas cosas. En los libros yo entendía todo. Hice un trato con el librero de la esquina: si yo compraba dos libros, él me regalaba uno, y cuando compraba otro libro ya eran dos y yo los canjeaba por uno nuevo. A mí no me quedaba ningún libro y todos volvían a la librería, pero me leí todo lo que él tenía en los estantes; no podía mancharlos de jugo de fruta, él no los aceptaba manchados».

#HebeUhart #LiteraturaArgentina

sábado, 3 de febrero de 2024

MATEO

 


Estamos hartos de escuchar la noticia: lo único que puede vencer al odio y otros sentimientos y emociones negativas es el AMOR. Claro: estamos convencidos de eso. Pero ¿qué amor? ¿Qué clase de amor? ¿Amor eterno, amor pasajero? ¿Momentos de amor fugaces? El amor romántico es sin duda provisional, el amor a y de los hijos está condicionado por el tipo de personalidades básicas y las vivencias, el amor a los animales es relativo, el amor a los amigos es real pero a lo mejor están lejos. 

Pero ¿Y qué hay de ese amor inesperado que a veces nos regala la vida? Siempre provisional o no, no lo sabemos, pero que nos llena el corazón y nos hace olvidar de nuestros entuertos cerebrales por una horas. ¿Qué hay de ese amor que detiene una realidad pesimista y la pone a un lado, para ocuparnos de los asombrosos descubrimientos de las lombrices de tierra, de los sinuosos caminos de las  hormigas y de las mortíferas peleas de los soldaditos de plomo (ahora son de plástico) peleando por unos centímetros de terreno. "El amor es personal, como un perfume: cada quien imprime su propio yo" Flavio Giani dixit. 

Ese amor curativo plagado de descubrimientos a través de los ojos de un niño debería ser cultivado más a menudo. Siempre que se pueda. Porque es AMOR, lo digo en serio. No puede ser otra cosa. 

miércoles, 31 de enero de 2024

MARÍA TERESA LEÓN

«Estoy tan cansada de no saber dónde morirme. Esa es la tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos? Habría que hacer tantas presentaciones de los otros muertos, que no acabaríamos nunca». 

• "Memoria de la melancolía", de María Teresa León | Escritora española ~ Murió el 13 de diciembre de 1988.

Hoy recordamos a una escritora que formó parte de la Generación del 27, exiliada y comprometida. Entre 1936 y 1939 publicó en diversas revistas artículos que alentaban a las españolas a involucrarse en la historia: «La mujer popular se ha levantado sobre nuestros campos rotos con el prestigio de su derecho a intervenir en la historia de España [...] ella está resistiendo sola con su ira y su fe». Estuvo casada con Rafael Alberti. Juntos lucharon, se exiliaron, viajaron, tuvieron una hija, regresaron a España en 1977. Teresa ya sufría Alzheimer. Alberti la abandonó en un hospital psiquiátrico cerca de Madrid. Teresa murió sola y olvidada. Escribió cuentos, novelas, biografías noveladas, teatro, ensayos, artículos y guiones de cine. "Memoria de la melancolía" es su obra más conocida, dónde evoca la riqueza de su mundo.

Lamentablemente se le conoce más como "Teresa, la esposa de Alberti", que por sus propios logros; más por leer las memorias de Alberti, que por las obras de ella.

No sin razón escribió en "Memoria de la melancolía": «Zenobia Camprubí acaba de recibir el premio Nobel. Me diréis: No, estás confundida, el premio Nobel fue para Juan Ramón. Pero yo contestaré: ¿Y sin Zenobia, hubiera habido premio? [...] Fue la suya una decisión hermosísima: vivir al lado del fuego y ser la sombra».

Las esposas de los escritores, todo un tema, eh.

Ni siquiera le puedo recomendar leer a María Teresa León, porque sus obras no han sido reeditadas. Hoy la recordamos.

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#teresaleon

#memoriadelamelancolía

#autorarecomendada #obrarecomendada #leer #libros #cuandotodonolaliteraturasí #literaturaenespiral #margaritadíazdeleón

martes, 30 de enero de 2024

FIBRAS RESISTENTES

 ESTA MUJER

Circe Maia


A esta mujer la despierta un llanto:

se levanta medio dormida.

Prepara una leche en silencio

cortado por pequeños ruidos de cocina.

Mira cómo envuelve su tiempo

y en él está viva.

Sus horas

fuertemente tramadas

están hechas de fibras resistentes

como cosas reales: pan, avena,

ropa lavada, lana tejida.

Cada hora germina otras horas

y todas son peldaños

que ella sube y resuenan.

Sale y entra y se mueve

y su hacer la ilumina.




viernes, 26 de enero de 2024

HIGOS

 


Curiosidades de la Naturaleza 

Un higo no es cualquier fruta. De hecho, ni siquiera es una fruta. “Estrictamente los higos son flores invertidas” Las higueras no florecen de la misma forma que otros árboles frutales hacen, como almendros o cerezos. Los higos tienen una historia muy curiosa. Primero, técnicamente, no son fruta, sino una infrutescencia (un conjunto de frutos). Y segundo, necesitan una avispa sacrificada para reproducirse, insecto que muere dentro del higo.

En palabras simples, los higos son una especie de flores invertidas que florecen dentro de esta gran vaina oscura con tonos rojizos que conocemos como higo. Cada flor produce un único fruto de cáscara y una única semilla llamada ′′aquenio". El higo está formado por varios aquenios, lo que le dan esa textura crujiente tan característica. Así que, cuando comemos un higo estamos comiendo cientos de frutos. Pero lo más increíble es el proceso de polinización especial que las flores del higo necesitan para reproducirse. Ellas no pueden depender de que el viento o las abejas les hagan llegar el polen como otros frutos, por lo que necesitan una especie conocida como avispas de higos. Estos insectos transportan su material genético y permiten su reproducción. Por su parte, las avispas no podrían vivir sin los higos, pues depositan sus larvas en el interior de la fruta. Esta relación se conoce como simbiosis o mutualismo. Actualmente, la gran mayoría de los productores de este fruto ya no necesitan el trabajo de las avispas. La mayoría de las variedades de higo de consumo humano son partenogenéticas. Eso significa que siempre dan fruto en ausencia de polinizador.

jueves, 11 de enero de 2024

COSAS QUE ME CUENTAN (4)

 Lo que voy a contar está extraído de una de las clases de la extraordinaria historiadora y brillante divulgadora española EVA TOBALINA. O sea, que esto ocurrió porque está documentado. 

Hoy nos remontaremos al imperio romano. Año 100 a.C. cuando nace Julio César. Sus padres mueren y él, siendo un adolescente, debe esconderse cada noche durmiendo en un lugar distinto porque el emperador Cornelio Sila lo andaba persiguiendo para rebanarle el pescuezo por esas cuestiones dinásticas y de pertenencia a un grupo (los optimates, al cual pertenecía Sila) o a otro (los plebeyos, al cual pertenecía Mario, tío de Julio y subsecuentemente Julio). 

Al final, Julio César, viéndose acorralado, huyó a Asia y allí entabló una buena amistad con un rey de un país asiático. Al morir el emperador Sila y alejado el peligro el joven decide volver a Roma, para empezar su carrera política. Pero en el viaje por el Mediterráneo en dirección a Roma secuestran su nave unos piratas de Cilicia. Corre el año 74 a.C.

El caso es que Julio César se ganó la admiración de los piratas porque parece ser que en esa época se valoraba todo lo culto, no como ahora. Como vieron que el joven aristócrata y príncipe candidato al trono valía su peso en oro, decidieron pedir rescate a Roma y exigieron el pago de 20 talentos, lo cual, por lo visto, era una fortuna. Julio César se enfadó mucho porque afirmó que él valía mucho, muchísimo más. Como podemos ver, el jovencísimo ya iba demostrando su carácter dominante e impetuoso y la alta estima que tenía de sí mismo. Los piratas le hicieron caso y pidieron 50 talentos. Mientras esperaban la llegada del dinero Julio César entretenía a sus captores recitándoles poesías y narraciones fabulosas que tenían a esos salvajes hombres de mar totalmente abducidos. Hasta ordenaba a su esclavo a mandarlos callar si estaban armando jaleo y el quería dormir. 

Un día, con semblante severo les avisó a los piratas que si alguna vez los capturaba, los haría crucificar. Llegó el dinero por fin y soltaron a Julio César en una costa cualquiera (total, todo era imperio romano), quien, de inmediato reclutó galeras y mercenarios y partió raudamente a la caza de los piratas. Les dió alcance, los amarró, los llevó a Roma y allí, tal como había prometido, los crucificó. Antes de eso los estranguló para que no sufrieran ya que, por lo visto, se había encariñado con ellos. 


martes, 9 de enero de 2024

KHALIL GIBRAN

 


EL RIO TIENE MIEDO AL ENTRAR AL OCÉANO 

Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo; mira para atrás todo el recorrido, las cumbres y las montañas, el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos, y ve frente de sí un océano tan grande, que entrar en el sólo puede significar desaparecer para siempre. 

Pero no existe otra manera. 

El río no puede volver. Nadie puede volver. Volver atrás es imposible en la existencia. No hay otra manera, el río no puede volver. El río necesita aceptar su naturaleza y entrar al océano. 

Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo.  Porque sólo entonces sabrá el río que no se trata de desaparecer en el océano, sino de convertirse en océano. 

jueves, 4 de enero de 2024

OTRA ABUELA

 


Escultura de Lidia Barujel


OTRA ABUELA por Lidia Barujel


Mi otra abuela, la de Rumania,

reunía en la mesa de los miércoles

a todos los primos, grandes y pequeños,

y no podía faltar ninguno.


Tenía el pelo abundante, largo y muy blanco, 

y lo llevaba en una sublime trenza

alrededor de su cabeza matriarcal.

A nadie mostraba ese pelo suelto sobre la espalda.

A veces yo dormía en su casa y la espiaba 

cuando ella frente al espejo

cepillaba esa hermosa cascada de seda y nube.


Tampoco mostraba su torso desnudo. 

Pero a mi pedido abría su blusa

y yo podía ver (pero no tocar) su centro sísmico,

esa rara impronta geológica,

una cicatriz con forma de río desmadrado

o grieta quebrada,

que le cruzaba el pecho de este a oeste.

Allí mismo, 

en el sitio de esos dos volcanes cercenados,

habían sabido estar los generosos senos

que amamantaron a mi padre.


Ella cerraba su blusa, yo la abrazaba, 

y el mundo giraba de vuelta.

 

                                                        

sábado, 23 de diciembre de 2023

ESPECIE HUÉRFANA

 

(...) Junto a arqueólogos marroquíes, el paleoantropólogo francés JEAN-JACQUES HUBLIN, nacido hace 61 años en Argelia, descubrió en JEBEL IRHOUD (Marruecos) fósiles de Homo Sapiens mucho más antiguos que los encontrados hasta la fecha. 300.000 años y en un lugar insospechado: el norte de África. Este hallazgo cambió la geografía de la humanidad, pero también diluyó las fronteras entre lo que es humano y lo que no lo es. Nos gustaría que haya una frontera bien definida, rotunda, entre hombres y no-hombres pero Hublin no cree que haya para este asunto una respuesta solo científica, sino más bien metafísica.

Y no es que el hombre venga del simio sino que el HOMBRE ES UN SIMIO, un simio muy particular, donde es importante no confundir el parentesco con el aspecto, aunque hay características que compartimos, como la dentadura, como ejemplo más acabado, pero hay otras que son muy diferentes. Los SAPIENS que vivían hace 100.000 años son sapiens pero no son exactamente como nosotros porque la evolución nunca se ha detenido en nuestra especie. De hecho, el cerebro evoluciona de forma muy diferente al de otras especies como el neandertal, por ejemplo, ya extinto. 

Hubo muchas especies con las que convivimos aunque nos cuesta imaginarlo porque para nosotros el hombre es ÚNICO, una especie muy homogénea. Pero no olvidemos que esta situación es muy reciente: 40.000 años, muy poco en términos geológicos. Somos una especie HUÉRFANA porque todos nuestros familiares han desaparecido y somos una especie INVASIVA porque establecemos una competencia con las demás especies autóctonas que termina por conducir a muchas de ellas a la extinción. Hemos llevado el impacto sobre el medio ambiente, que siempre existió, al LÍMITE. 

Lecciones del pasado: los sapiens llegan a Australia y desaparece la MEGAFAUNA, llega a Europa y desaparecen los neandertales, llegan a América y desaparece también la megafauna. Para poder hablar de mundo natural habría que librarse totalmente de los homínidos porque la humanidad necesita extraer energía del mundo que lo rodea. "La clave está en si lo hace de manera destructora o inteligente". 

La evolución es la historia de una gran extinción porque al final la mayoría de las especies desaparecen. "Es cierto que hay esponjas o tiburones que no han cambiado desde hace muchísimo tiempo. Pero, y es una palabra que no me entusiasma, especies más elaboradas que tienen una duración bastante corta".

EXTRACTO DEL ARTÍCULO PUBLICADO EN EL PAÍS SEMANAL. 12/11/23


martes, 19 de diciembre de 2023

COSAS QUE ME CUENTAN (3)

 


Víctor.

Mi amigo Víctor me cuenta una historia de cuando era muy jovencito. Un amor a destiempo, como tantas veces ocurre. El tendría 17 o 18 años y ella, Ramona, 30 y pico, casada y con 3 hijos. Como llegaron a hacerse amantes es algo que no debería sorprendernos, ya que eran vecinos y Víctor empezó a frecuentar la casa de ella. Como un amigo que iba a ver la tele con los niños. 

Ramona se enamoró apasionadamente de ese chico y pronto ambos empezaron a frecuentar hoteles alojamiento (hoteles por horas para tener sexo) varias veces a la semana. Él se la pasaba bien, pero no estaba enamorado aunque muchos, muchísimos años después, haciendo balance de su vida, llegó a la conclusión que ninguna mujer lo quiso tanto como aquélla. Y actualmente me cuenta que su deseo de trascendencia después de la muerte es para encontrarse otra vez con ella. 

Pasaban los años y ellos seguían amándose a escondidas con una intensidad inaudita, pero no era sólo pasión. Era amor. Ella lo apoyó en muchas decisiones que luego a él lo impulsaron a una vida adulta. Era una gran compañera. 

También le costó mucho a Víctor ocultarle al marido y a los jóvenes de la vecindad esa relación que duró tantos años, con esa mujer que, además, tenía una tienda de golosinas, era muy atractiva y atendía al público. O sea, una persona conocida en el barrio. 

Un día estaban en la casa de ella. Víctor miraba el fútbol en la tele apoltronado en el sofá. Los niños ya dormían y, de golpe Ramona, sin venir a cuento, se abalanzó sobre él con una pasión desenfrenada y dispuesta a hacer el amor allí mismo. Él, sin saber por qué, la rechazó con un fuerte empujón que la dejó sentada en una silla del comedor justo enfrente. En ese preciso instante una llave giró en la cerradura de la puerta y entró el marido de Ramona.

"Hola, Víctor" dijo él tranquilamente y fue a darle un beso a su mujer. 

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Posteriormente, Víctor se puso de novio con una joven de su edad, se casó y esa relación se rompió dejando a Ramona con el corazón maltrecho. Lo que a lo mejor nunca supo Ramona, que ya murió hace años, es que ese chico jamás la olvidó y que su recuerdo se agiganta con el pasar de los años. 

Esta historia  me trae a la memoria un fragmento de CUERPO A LA VISTA, de Octavio Paz. 



lunes, 11 de diciembre de 2023

COSAS QUE ME CUENTAN (2)

 Con el anterior post titulado PEPA inauguro una serie de narraciones de amigos que yo vuelco en mi blog, exactamente como me fueron contadas,  y de los cuales ellos fueron protagonistas o testigos directos.

Davi

Mi amigo Davi me contó esta historia inverosímil y divertida de un señor berlinés. 

Un señor berlinés que tenía un puerto de amarre recibió la visita de un inspector de Hacienda y éste le pidió los contratos de todos los barcos que pagaban por estacionar allí. Concretamente las  fotocopias de dichos contratos de los inquilinos que eran 120 y cada contrato tenía 3 páginas. 

El señor berlinés se presentó en la delegación de Hacienda correspondiente con una enorme pila de papeles. Entonces el funcionario le pidió que los dejara porque los tenía que revisar. El señor se negó porque dijo que eran los originales.

El otro respondió lo acostumbrado: "Bueno, pues haga fotocopias".

"Yo no. Las vais a hacer vosotros" dijo el señor berlinés muy suelto de cuerpo, apuntándoles inequívocamente con el dedo índice.

"¿Cómo ha dicho?" se sorprendió el funcionario.

"Lo que he dicho y repito. Son 400 páginas y si las hago yo luego Hacienda me va a preguntar en qué he gastado tanta tinta y tanto papel".

Clavado e imperturbable se quedó en su asiento mientras los empleados, ya resignados, se afanaban, con su mejor cara de culo, en sacar adelante la ingente  tarea; puteando en arameo por lo bajo, obviamente, al señor berlinés. Lo inverosímil de este hecho es que a quién se le hubiera ocurrido semejante réplica y lo que es más llamativo, incontestable por parte de los funcionarios. 

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Otro día el señor berlinés estaba conversando con un joven sobre el tema de una placa solar que el primero había colocado en su tejado y el joven le estaba proponiendo ciertas maniobras con respecto a la electricidad obtenida y los beneficios que se podrían sacar de la placa solar pero orillando la ilegalidad. 

El señor berlinés lo miró muy serio y luego de un rato le contestó: "Es verdad, se puede ganar bastante con eso. El problema que yo le encuentro a esa conducta es que esta placa solar ha sido pagada por el Estado y a mí me parece que si yo y muchos otros hacemos algo así, un país no puede funcionar bien. Así que yo, por lo menos, no lo haré". 

El joven se quedó pensando y luego admitió que ese día había aprendido algo. 

Estas son las cosas que me cuentan mis amigos. 



martes, 5 de diciembre de 2023

COSAS QUE ME CUENTAN (1)

 

A veces, las amigas nos cuentan cosas que les ocurrieron y que nos asombran muchísimo. Cosas que, en situaciones límite ponen al descubierto realidades larvadas que están ahí escondidas entre los pliegues de lo cotidiano. Eso me ocurrió hace un par de semanas de una testigo directo de un hecho histórico. Mi amiga se llama Pepa y ella trabajaba en la UGT cuando participó de los hechos que a continuación, narraré. La UGT es la Confederación Sindical Unión General de Trabajadores de España, fundada en 1888. 

Pero antes, el contexto: en Madrid, el 23 de febrero de 1981 a las 18:23 hs. un nutrido grupo de guardias civiles con Antonio Tejero a la cabeza asaltó el Palacio de las Cortes durante la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. (Finalmente, a la una de la madrugada el rey Juan Carlos, vestido con el uniforme de capitán general de los ejércitos se dirigió a la nación por televisión para situarse en contra de los golpistas y a favor de la Constitución). Pero volvamos a unas horas antes. 

Cesar Braña, que era el director de alimentación de UGT, avisó a Pepa del golpe, quien, inmediatamente, reunió los listados de los afiliados y todos los papeles que pudieran ser utilizados para perjudicar a la gente, si el golpe tenía éxito. Bajó corriendo las escaleras y piso por piso fue avisando lo que estaba ocurriendo y que recogieran a toda velocidad el material comprometedor. En la primera planta trabajaban tanto hombres como mujeres pero ellos se habían ido y habían dejado su número de teléfono con el aviso de que no durmieran en su casa por si el golpe tenía éxito y pudieran comenzar las represalias. 

Pepa y todas las demás mujeres, incluída la secretaria general de Química,  Matilde Fernández, se pusieron a organizar la resistencia allí mismo, antes de salir huyendo en taxis. Pero solo estaban ellas. No quedó un solo hombre porque todos habían huído antes para PONER A SALVO SUS COCHES. 

Sin comentarios. 


domingo, 3 de diciembre de 2023

EL ENEMIGO

 

Nos cuenta Irene Vallejo en un artículo de EL PAÍS SEMANAL los peligros de las simplificaciones y generalizaciones de nuestros cerebros humanos, demasiado humanos. Y nos cuenta sobre la obra de teatro de la antigua Grecia de ESQUILO llamada LOS PERSAS, que, en lugar de subirse a ardores patrióticos, encontronazos bélicos y otros temas exitosos como ésos, se pone en LOS OJOS DEL ENEMIGO (que así titula Irene Vallejo su artículo del 3/12/23), se coloca en el punto de vista del vencido, del persa derrotado. 

Y describe la batalla de SALAMINA, ocurrida en la isla del mismo nombre, en el Mar Egeo, de una manera desgarradora. Esquilo cuenta cómo, en contra de la opinión de los ancianos que aconsejaban evitar esa guerra, Jerjes, un megalómano reinando entre palomas y halcones de su imperio va a la guerra con Grecia y la pierde. Y de una manera cobarde, huye. 

Esas guerras eran cara a cara, no como ahora. Los combatientes hundían los aceros en la carne mirando los ojos de su enemigo, peleaban entre charcos de sangre y vísceras y pisoteaban cuerpos con o sin vida hundidos en el barro. 

La escritora nos recuerda las palabras del filósofo Emmanuel Lévinas: la epifanía del rostro (del otro, del semejante, del diferente) genera la humanidad. Pero si ni siquiera entre iguales nos ponemos de acuerdo, si hasta en las familias cuesta tanto mantener la armonía, si ni siquiera con nosotros mismos, cayendo muy a menudo en dilemas y contradicciones, logramos vivir en paz ¿cómo podríamos borrar esos prejuicios que nos envenenan?

Qué se yo. El artículo termina con esta frase: "Alertados sobre los perjuicios de nuestros prejuicios, en el teatro griego aprendimos que todas las personas son excepciones a una regla inexistente". 

RESISTIREMOS

Texto de ALEJANDRO ROBIRO

En primer lugar, no se desespere y en caso de zafarrancho no siga las reglas que el huracán querrá imponerle. Refúgiese en la casa y asegure los postigos una vez que todos los suyos estén a salvo. Comparta el mate y la charla con los compañeros, los besos furtivos y las noches clandestinas, con quien le asegure ternura. No deje que la estupidez se imponga. Defiéndase.

A la estética, ética. Esté siempre atento. No les bastará empobrecerlo y lo querrán someter con su propia tristeza. Ríase estentóreamente. Mófese: la derecha está mal cogida.

Será imprescindible cenar juntos cada día hasta que la tormenta pase. Son cosas simples, sencillas, pero no por ello, menos eficaces. Diga hacia el costado buen día, por favor y gracias. Y la concha de tu madre cuando lo soliciten desde arriba. Tírele con lo que tenga, pero nunca solo. Ellos saben cómo emboscarlo en la desprevenida soledad de una tarde. Recuerde que los artistas serán siempre nuestros. Y el olvido será feroz con la comparsa de impostores que los acompaña.

Todo va a estar bien si me hace caso. Sobreviviremos nuevamente, estamos curtidos. Cuidemos a los pibes que querrán podarlos. Solo es menester bien pertrecharse y no escatimarnos amabilidades. Deberemos dejar a mano los poemas indispensables, el vino tinto y la guitarra. Sonreírles a nuestros viejos como vacuna contra la angustia diaria. Ser piadosos con los amigos. No confundir a los ingenuos con los traidores. Y aún con estos, tener el perdón fácil para cuando vuelvan con las ilusiones forreadas.

Aquí nadie sobra. Y eso sí, ser perseverantes y tenaces, escribir religiosamente todos los días, todas las tardes, todas las noches. Aún sostenidos en terquedades si la fe se desmorona. En eso, no habrá tregua para nadie.

La poesía les duele a estos hijos de puta.


Paco Urondo

miércoles, 29 de noviembre de 2023

LEGADOS

 

CONSTE EN ACTA                                                   Se entregará el collar de perlas a la muchacha que me leía los Salmos al atardecer; me hacían creer que existe otra población en otro mundo. La maceta con clemátides será de mi hermana mayor.                                                                Al invierno lego la grandeza de los fuegos de mi chimenea.                                              A la noche, la claridad.                                  A la vida, mis libros porque permaneceré con mis ojos abiertos en sus páginas.          A la parca dejo una caja vacía.                    Al atardecer, el cedro con el rocío.              A la mariposa, las imbatibles alas de mis sueños.                                                              A mi hijo lego mi vida por cuyas venas corren presurosos los versos.                                               DELFINA ACOSTA                                                     

martes, 21 de noviembre de 2023

EL BARREÑO DE ZINC

 RECUERDOS DE JUAN GARCÍA LARRONDO



Mi abuelo Paco tuvo la feliz idea de ir anotando en un diario las fechas y acontecimientos que él consideraba importantes de conservar para la memoria de la familia. Por eso sé, entre otras cosas, que su mujer, Dolores Requena Mateos -mi abuela materna- nació en Albacete un par de meses antes de que el Titanic desapareciera, en 1912. En esta vieja fotografía, posa conmigo y con mi prima Ana Larrondo a finales de los 60 en la casa de #Llerena donde pasábamos los veranos, junto al barreño de zinc en el que nos bañaban y que todavía conservo bajo el jazmín de “Villa Salvadora”. Mi abuela murió #TalDíaComoHoy hace más de 40 años, en la ambulancia que la trasladaba a Badajoz tras sufrir un ictus; durante un trayecto “de infarto” de más de una hora por una carretera llena de baches. Comenzaban los 80. Datos, fechas, vivencias y silencios que se anotan y que ya no importan a casi nadie. Me conmueve pensar en todas esas historias anónimas que nunca llegan a saberse y de las que todos provenimos por un azar inexplicable, fortuito, a menudo reinventado por los velos del tiempo que nos han de servir a todos de mortaja. Mi infancia tiene este color sepia, y está conformada, como la de todos, de momentos que ya nunca sabremos dónde están o si sucedieron como evocamos o como nos fueron contados. 
Yo aún creo oír mis dedos removiendo las aguas de aquel baño rebuscando entre las ondas el reflejo de un extraño. Ya no somos lo que fuimos ni aún somos quienes seremos. Pero hoy yo he necesitado hacer como mi abuelo y anotar sobre las nubes esta íntima efeméride para mantenerla viva entre mis sueños. 
Quizás porque siempre queda algo de verano en las hojas que se caen de los árboles y de mi corazón cada 19 de noviembre.

#ArritmiasYLeyendas de un golfo de Cádiz.

domingo, 5 de noviembre de 2023

LAS INFANTAS

 

Sobresaltos nos sobran. Solo con ver la portada de un diario ya tenemos para una indigestión. Yo tengo una amiga alemana que quería publicar un diario con las buenas noticias. Solo por eso y para eso, voy adelantando material. Esto que escribo hoy es una breve reinterpretación de lo leído en uno de esos diarios de los domingos que traen los dos tipos de noticias: las trágicas y las esperanzadoras. Pero claro: lo lúgubre vende más. 

Juntando valor hojée el diario El País y hete aquí que empiezo a leer algo positivo. Ya sabemos que la familia real española está, a imagen y semejanza del  resto de la sociedad, para el desguace. O estaba. Porque la parte de la familia real nuclear, es decir, el rey, la reina y sus dos hijas han dado muestras sorprendentes (para mí, que no estoy al tanto de las vidas de sus majestades porque no tienen mi WhatsApp) de equilibrio y buena onda. Es, repito, para mí, inmigrante documentada, un cálido aliciente enterarme que esa familia real viva en la REALIDAD, o sea, sin campos de golf, sin regatas, sin esquí de moda, sin puestas de largo o monterías, sin Sotogrande y sin mucho contacto con la rancia aristocracia española. No tengo nada personal contra las aristocracias, entre otras cosas porque no conozco a ningún aristócrata. Sé, por lo que he leído, que algunos de sus exponentes son personas cultas, decentes y que aman a  su país. Aunque, por lo general, las realezas, las noblezas y otras clases privilegiadas de muchos lugares del ancho mundo nos muestran una patética decadencia. Cayeron desde hace mucho en el culto al dólar... o al euro... o al yen... como quieran. Es fácil corromperse si hay bastante dinero, tráfico de influencias y una educación consumista y banal. Admitamos que se necesita tener alma de titanio y mucha integridad para resistir lujos y despilfarros. 

Por eso es un cálido aliciente que esa familia haya decidido criar a sus hijas sin institutrices y especies por el estilo. No tengo nada contra las institutrices, seguro que hay muchas buenísimas. Pero si hay padres, mejor. 

Letizia, la mamá, se ocupó, siempre que sus actividades se lo permitieran, de despertar a sus hijas y llevarlas al colegio con Felipe, el papá, siempre que pudo. Como todos los padres del mundo. Los dos, o uno de los dos, acudía si a una de las niñas le subía la fiebre por la noche, cuentan los allegados. La mamá Letizia, una asturiana independiente, periodista divorciada con una prometedora carrera, lo dejó todo para meterse en un avispero. Sería por amor, digo yo. Porque hay que tener lo que hay que tener para encorsetarse en una vida estrictamente reglada hasta para acudir a las llamadas del baño. 

En fin, que la cosa seguramente no fue fácil: esa gran familia española de los anteriores reyes Juan Carlos y Sofía estaba para el desguace, como dije, con problemas de corrupción y otras yerbas tóxicas. El desprestigio campaba a sus anchas. De modo que el matrimonio de  los actuales reyes, decidió cortar por lo sano y se quedaron los cuatro solos, ellos y sus dos niñas, a excepción de la abuela paterna, la reina Sofía, a la cual visitan. Felipe VI tomó duras decisiones con el propósito de recortar gastos y aumentar la transparencia de la institución para recuperar la confianza de la sociedad española. Seguramente habrá sido un palo para él alejarse de sus hermanas y de su padre. Digamos que había que salvar a la institución de un terremoto y pagar un alto precio para ello. 

Letizia, persona con la cabeza bien amueblada, gran cómplice de sus hijas desde que nacieron; con una muy alta exigencia en su educación, frecuentaron teatros, cines, exposiciones y excursiones no oficiales a otros países pero también a barrios desfavorecidos, a desahuciados, a refugiados políticos y a víctimas de enfermedades mentales, entre otros. O sea, al mundo REAL, pero no al de la realeza. ¡Si hasta los allegados dicen que cocinan de vez en cuando, cosa que yo jamás logré hacer con mis hijos en mi larga vida! 

Tanto es así que Letizia invitó a su casa a una joven yazidí, de 25 años de edad, NADIA MURAD, premio Nobel de la Paz, una de las 7000 víctimas mujeres secuestradas y esclavizadas por el ISIS, en Irak en el año 2014, que logró escapar. 

Y allí pasaron la tarde las dos princesitas con la joven árabe, entre lágrimas y suspiros por las espantosas narraciones de la pobre Nadia, a la que escucharon con gran atención y congoja hasta el final. Para aliviar el momento la reina Letizia animó a las 3 jóvenes a cantar canciones en árabe. (Las infantas aprenden árabe y están interesadas en esa cultura). Y así van creciendo las chicas, aceptando con aparente normalidad esos roles que les han tocado con escasas posibilidades de salirse del marco, sabiendo que el gran panóptico las está viendo con el zoom, día y noche. 

Lo notable es que, según los allegados, Leonor y Sofía, parecen transitar esos obligados caminos del instituto de Gales y la academia militar con agrado e interés. Si es así, esos reyes que muchos dicen que no sirven para nada nos tendrían que dar clases de "como educar hijos aparentemente felices". La pequeña Leonor nos dijo "les pido que confíen en mí". El tiempo lo dirá. Igual sigo pensando que es una buena noticia y muy apropiada para el diario de mi amiga alemana. 

En mi condición de aconfesional, no militante en ningún grupo o partido político me declaro color GRIS, sin fanatismos. Eso incluye la posición de republicana o monárquica, pero me gusta la historia y a medida que la voy estudiando no dejan de sorprenderme aquéllos sistemas, cualesquiera que sean, que han dado un resultado mejor para la paz y el desarrollo de las personas. Considerando el contexto y vaya una a saber cuántos factores más deben confluir para que la cosa llegue a buen puerto. En fin, hoy tocó monarquía.


viernes, 27 de octubre de 2023

SER ESPAÑOL

 

La joven malagueña Laura Moreno, estudiante de Bioquímica, se ha convertido en todo un fenómeno viral después de que una reflexión suya sobre "ser español" haya sido compartida más de 300.000 veces en la red social Fabebook y haya recibido casi 40.000 comentarios. Lo curioso, para los estudiosos de las redes sociales, es que la malagueña apenas tenía 400 amigos en Facebook, pero su reflexión, en pleno proceso secesionista, se ha convertido en todo un fenómeno en las redes sociales

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Ser español no es llevar la bandera, ni gritar como un berraco frases de odio que espero que no sientas. Tampoco lo es ponerse una pulserita en la muñeca, ni cantar el cara al sol. El concepto de ser español es algo totalmente distinto, o al menos lo debería ser, porque a estas alturas de la historia yo ya no sé qué decirte. Como española que soy, te voy a contar lo que para mí es ser español: 

Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca; es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe.

Sentirse español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña, enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al ver lo bonita que es Ceuta. 

Para mí ser español es presumir de que en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del País Vasco en Juego de Tronos. 

También es española la cervecita de las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas. Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas y de ser los del buen humor. 

No hay nada más español que se te pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá, atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas paradisíacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que ser grande para ser preciosa.

Así que, acho, picha, miarma, perla, tronco, tete, mi niño… eso es ser español, lo otro es política. Pero si de política quieres impregnar este concepto, también te vuelvo a decir que te equivocas: porque ser español no es desear que le partan la cara a nadie, es sufrir la situación de paro de tu vecino o el desahucio que has visto en la tele; ser español no es oprimir el SÍ o el NO de toda una comunidad autónoma, es indignarte cuando nos llaman gilipollas con cada nuevo caso de corrupción; ser un buen español es querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos atendidos en pasillos del hospital y, joder, querer quedarte aquí para trabajar y aportar todo lo que, durante tanto tiempo, precisamente aquí has aprendido.

Eso es ser español, o al menos, eso espero.

domingo, 22 de octubre de 2023

EL PAÑUELO de Herta Müller




 «¿“Tienes un pañuelo”? me preguntaba cada mañana mi madre en la puerta de casa, antes de que yo saliera a la calle. Yo no tenía el pañuelo, y como no lo tenía, regresaba a la habitación y sacaba un pañuelo. No tenía el pañuelo cada mañana porque cada mañana aguardaba la pregunta. El pañuelo era la prueba de que mi madre me protegía por la mañana. (...) La pregunta ¿“Tienes un pañuelo”? era una ternura indirecta. Una directa hubiera sido penosa, algo que no existía entre los campesinos. El amor se disfrazaba de pregunta. Sólo así podía decirse, a secas, en tono de orden, como las maniobras del trabajo. El hecho de que la voz fuera áspera realzaba incluso la ternura (...) Sólo después salía a la calle, como si con el pañuelo también estuviera mi madre».

Herta Müller

De su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura.

martes, 17 de octubre de 2023

MENSAJERÍA

 


《El cartero de Oruka》por José A. Ramírez Lozano. 

El cartero de Oruka, allá en Namibia,
jamás suele traer cartas escritas para nadie. Los nativos no fueron a la escuela. Por eso en Oruka su cartero no trae cartas escritas sino cosas que digan de por sí.

A Gladys Men le trajo un día el cartero
una lasca de fémur atada a una cachimba
con una pluma quebrada de alcatraz,
con lo que le aclaraba
que había muerto su padre en Terranova
y que él se hallaba bien. Era su hermano.

A Suna le decían una campana
pequeña de cristal y un palillo de dientes labrado con el tallo de una rosa. O sea que la querían para casada. Ella entonces le respondió que sí con una pinza de carey y un ovillo de fibra del árbol del moringo. Eso es, que para toda la vida.

El cartero de Oruka, allá en Namibia
había estudiado con los misioneros
secretariado y mecanografía.
Era un muchacho analfabeto, claro,
que a veces confundía las direcciones.

JOSÉ A. RAMÍREZ LOZANO 

viernes, 13 de octubre de 2023

CASA ABDUCIDA

 


Biografía lectora por JAIRO ROMÁN. 

En la infancia no hubo ni un solo libro. Las historias de dolor, lucha, amor y pérdida eran las que ofrecían las calles de un barrio de invasión que se abría paso desde la periferia de la Villa de Robledo, un municipio bañado por el rio La Vieja, donde los gallinazos navegan sobre cuerpos hinchados que nadan boca abajo bañados por el sol más alegre. Así, entre el potrero y la escuela transcurrieron los primeros años, ya en la adolescencia migré a la esquina entre humo, guaro y salsa. La suerte estaba echada, vivíamos al día, sin mañana; no porque no pudiéramos soñar con algo distinto, era tan solo que la vida nos parecía demasiado corta: tenía 16 años y ya había visto morir a varios amigos.  

Eran los inicios de los noventa, transcurría mi segundo año de matrícula condicional, finalizaba el segundo trimestre y ya iba perdiendo el año por faltas. Me encontraba en clase de español, el docente era un tipo llamado Pedro, un vacan, pero exigente. Llegó con unos periódicos en la mano, pensé entre mí “este loco nos va a poner a leer noticias” Fue llamando a lista: Román —me debe mil— dijo, y me pasó varias hojas de papel periódico. Lo primero que miré fueron los dibujos, el título sigue intacto en la memoria, decía La Casa Tomada. Lo leí sin entender por qué lo hacía, normalmente esperaría a que uno de los nerdos que se hacen adelante lo hiciera y me pasara el resumen, pero esta vez una fuerza extraña me hizo leer el cuento. Debo confesar que ha sido una de las cosas más aterradoras que he experimentado, no pude dormir bien en los días sucesivos, la idea de ser expulsado de la casa, de quedar expuesto sabiendo que no hay retorno, que pase lo que pase estarás sin amparo sabiéndose sin refugio, perdido en arraigo, me parecía terrible. El ensayo o lo que debiera de entregar por escrito, quedó impregnado por esta angustia, lo supe cuando el profe me devolvió el escrito con un cinco, junto una nota que decía “muy bueno” en letra cursiva pero legible. Fue extraño sería la primera vez que alguien me felicitaba de esa manera. A la semana siguiente llamó de nuevo a lista: Román —este le va a gustar— dijo, y no me cobró. Me pasó unas hojas de papel periódico con un título en negrilla que decía El Túnel. Algo pasó ese día, algo cambió para siempre: la esquina dejó de ser el universo conocido, descubrí otros mundos, tuve diálogos distintos con diferentes mentes, viví en otros, otras vidas; estas cosas pasaban en silencio, y soledad, así ha sido. Los libros se convirtieron en mi refugio, mi lugar sagrado; la casa donde sé que jamás seré expulsado.


Jairo Román 

13 de octubre de 2023

miércoles, 11 de octubre de 2023

BUENOS AIRES-MADRID

 

Supongo que un síntoma de envejecimiento (o madurez, para ser más benévolos) es que a una los recuerdos la tomen así, por asalto, cargados de sentimentalidad. Me explico: este vuelo de septiembre de 2023, desde Buenos Aires a Madrid, me ha evocado de manera sorpresiva y perentoria a otro vuelo. Un remoto viaje de un martes 13 de septiembre de 1988, con mis tres pequeños hijos. Siempre septiembre. 

Emigrábamos, lo cual no es un dato menor, o sea, no íbamos de vacaciones. 

Esos pequeñajos de 15, 13 y 11 años de edad jamás habían hecho un viaje tan largo y lleno de incertidumbres. Muchas cosas han pasado desde entonces. Pero volvamos a este particular revival mientras los demás pasajeros duermen sumergidos en sus propias historias. Los tres niños habían sido arrancados de sus rutinas escolares, de su barrio y de sus amigos. Y naturalmente sin consultarles aunque explicaciones hubo muchas. Lo pienso ahora y siento que un estilete me atraviesa el alma. 

Es evidente que las grandes decisiones requieren bajas dosis de escrúpulos y altas dosis de temeridad. Y yo, siendo todavía joven, las tenía. También tenía esa brújula interior para poder concentrar mis energías en un objetivo central y no dispersarme. Si no, no hubiera hecho nada. 

Mi querido país que tanto me había dado parecía una montaña rusa y nunca me gustaron las montañas rusas. El rodrigazo, los desaparecidos, las dictaduras militares, la inflación, el fracaso del plan Austral me habían decepcionado de mi querido país. No era, a todas luces, un amor eterno, de esos del tipo "hasta que la muerte nos separe". Luego vino la hiperinflación, el corralito, etc., pero yo ya estaba fuera. 

El desapego es otro de los requisitos indispensables para poder emprender un viaje sólo de ida. Emigrar no es para todo el mundo. 

Las circunstancias políticas y económicas impulsaron mi decisión. Por eso me sorprende que ahora, año 2023, el recordar a mis niños en aquél avión casi me hace lagrimear de pena. Por ellos, no por mí. A mi me fue muy bien y a ellos... bueno... el desarraigo lo tuvieron que gestionar. Y lo hicieron bien. 

Cuando una envejece la piel se adelgaza y las espinas enseguida la atraviesan: las vivencias propias y ajenas nos tocan hoy con enorme facilidad. Somos más vulnerables.

Ese chico de 15 años con grandes expectativas para su futuro, esa chica de 13 años con el corazón roto al tener que dejar a su primer amor y ese chico de 11 años que no alcanzaba a imaginar lo que era un viaje solo de ida por mucho que se le explicara, dormían a pata suelta en un bello y rojo amanecer español, ocupando varios asientos de un avión medio vacío.  Y yo estoy ahora acá, en otro vuelo,  recordándolos nítidamente, 40 años más tarde. Estamos los cuatro en una máquina del tiempo agridulce, esperanzada y arriesgada. 

El que emigra jamás deja de preguntarse como hubieran sido sus vivencias si se hubiera quedado en su país de origen.  Pregunta que, naturalmente, no tiene respuesta. Si ya es insondable para un adulto pasa a la categoría de misterio absoluto para 3 adolescentes que ahora ya son adultos y llevan su vida actual lo mejor que pueden, como todo el mundo.

Pero entonces, si al final todo salió relativamente bien, ¿por qué duele tanto? ¿Duele recordar el largo período de adaptación que vino luego? Las marchas y contramarchas para solventar burocracias, sistemas educativos, documentos y situaciones inéditas con un sistema desconocido siempre es complicado. Si habíamos salido de una montaña rusa ahora estábamos en un laberinto. 

 ¿Se suma al dolor de haber dejado las padres atrás, que nunca se animaron a venir? ¿O duele porque en aquél momento a ellos les dolió y ahora, al evocarlo, me pongo en su lugar y me duele a mí? Estas remontadas en tiempo y espacio traen emociones nuevas de lo que fue y de lo que pudo haber sido. Lo pasado se revive en un presente distinto, con otra narrativa. 

Eso. Simplemente duele ahora como no dolió en aquél momento porque los años agigantan la imaginación y profundizan en las experiencias propias y ajenas. Es otro calado: ya se fue la anestesia y la gran paradoja es que ahora a ellos no les duele ese pasado. O eso parece. Son jóvenes y están imbuidos en sus propias luchas con otras alegrías y otros dolores. Todo aparenta caminar a destiempo ¿no?

 Perdonen el tópico pero hay que vivir toda una vida para volver a ser niño, cuando el lienzo está pleno de colores saturados. Luego, esa pintura siempre inacabada va sumando capas y capas de texturas y matices. Es historia. Lo llaman VIDA. 

jueves, 5 de octubre de 2023

HERTA MÜLLER

 

La literatura me abrió los ojos al mundo. Cuando empecé a leer en el instituto, tenía la impresión de que el autor, da igual que fuera sudamericano o australiano, me hablaba a mí directamente. Años más tarde, cuando en la fábrica donde trabajaba me acosaban por no colaborar con la dictadura, cuando me expulsaron del despacho y tenía que trabajar en las escaleras, entonces empecé a escribir mi primer libro. No quería hacer literatura, quería saber cómo iba a sobrevivir. Era una forma de no perder la razón, que era mi mayor miedo. Pensaba que bajo ningún concepto podía volverme loca, porque entonces ellos habrían ganado. No era tan raro. Vi a amigos a los que les pasó.



jueves, 28 de septiembre de 2023

SEPTIEMBRE

 

Hoy 26 de septiembre de 2023 cumplo 76. Y, salvo el breve período de un par de enfermedades hace años, puedo decir que gozo del mayor de los privilegios: una buena salud. Casi una obscenidad poder decir esto, pero es lo que me tocó. 

Estoy de vacaciones en mi querida Argentina. Uno de esos amores atípicos, con los cuales hay momentos de acercamiento y otros de alejamiento. Pensándolo mejor, es un amor típico porque con todos los amores pasa precisamente esto. Son etapas. 

Emigré de este amor hace muchísimos años porque me hacía daño. No podía soportar tanta inestabilidad económica y política. Yo seguía especializándome, estudiando y trabajando. Pero por poco no podía pagar el teléfono y ya tenía 3 hijos con padre ausente. Había hecho la experiencia  del interior (Neuquén, 8 años) donde me fue bien pero me agarró el "rodrigazo" (fuerte devaluación de la moneda). Decidí volver a Buenos Aires a especializarme en ortodoncia. (Fracasó el plan Austral de Alfonsín) y solo me faltaba la última: EZEIZA.

Sorprendentemente, apareció una oportunidad única. Y, sin pensarlo demasiado, me fui a un país hermano: España, en el año 1988. (Dos meses después fue la hiperinflación). Algunas decisiones solo se pueden tomar así, sin tanta reflexión y un poco a lo loco, porque si no, uno no hace nada. Todo implica riesgos. 

Después de una vida entera trabajando muchísimo y viviendo resolutivamente  puedo mirar hacia atrás y, perdonen la vulgaridad, hacer balance. 

Soy afortunadísima de haber tenido como cuna a Argentina, enorme estimulante intelectual, con su enseñanza primaria, secundaria y universitaria gratuitas. Mis 3 hijos nacieron en hospitales públicos. Mi preciosa familia jamás me cortó las alas. Tiene que pasar mucho tiempo para que se valore la enorme influencia que tuvieron un padre y una madre presentes, con sus más y sus menos, en la vida futura de una persona. 

Y sigo siendo afortunadísima que mi profesión fuera justo en ese momento lo que necesitaba España. Ese maravilloso país me brindó su estabilidad política y económica para poder desarrollarme como persona y como profesional. ¿Se puede tener 2 amores sin comparaciones antipáticas y siempre parciales? Si, se puede. Porque por encima de los países y sus siempre azarosas e imprevisibles circunstancias están las personas. A éstas las elegimos y mantenemos su continuidad amistosa de la misma manera que se cuida un jardín. 

Cuando se tiene un jardín hay que fomentar las plantas y árboles autóctonos o especies exóticas que se adapten al entorno. Saber sus diferentes necesidades lumínicas, fijarse si una plaga las amenaza, podarlas en las estaciones del año en que están en reposo, pero sobretodo, regarlas. 

Saber extirpar las especies invasoras a tiempo es muy importante. Interpretar su lenguaje es lo más difícil y la observación atenta de sus síntomas es primordial. Y como dice mi amiga Magnolia: "a un jardín hay que darle tiempo". Agrego yo: "A la gente también".  Trato de ignorar las sabias palabras de un colega de profesión, que me miraba con ironía y afirmaba sin cortapisas: "a la gente hay que darle tiempo para ser hdp", lo cual me provocaba estallidos de risa, pero no le faltaba razón. 

A poco que pensemos veremos las similitudes entre un jardín y las personas. 

Bueno, el balance de lo que viví en estos 76 años está hecho. Afortunadamente el platillo de lo positivo pesa más pero tampoco está para tirar manteca al techo, como decían mis padres. Todo desarraigo implica un duelo, aunque el siguiente arraigo suma descubrimientos y enriquecimiento. En este viaje tormentoso hubo de todo y cicatrices quedan, aunque prevalece la mirada cariñosa y la satisfacción de ver crecer el césped y florecer las buganvillas. Ahora tengo dos mundos, dos vidas y creo sinceramente que valió la pena, aunque todavía no sé con certeza dónde preferiría pasar mis últimos días: si en la seguridad y estabilidad de la querida Andalucía o en la entrañable cercanía de mis verdaderos amigos de la inestable Argentina. Otra vez los caminos que se bifurcan. 



domingo, 17 de septiembre de 2023

EL JARDINERO

 

“Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio adonde ir Cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. No importa lo que hagas – decía – en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí. El jardinero estará allí para siempre”.

—Farenheit 451, Ray Bradbury
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PUNTA RASA

 


Punta Rasa. MARGARITA GRIGERA

Cuando les entregaron las cenizas él le dijo: - Mamá era una persona adaptada a los cambios. La podemos llevar a Punta Rasa. Ahí donde el agua del río se mezcla con el agua del mar.

Y… total, mamá ya no la llamaría para que cuando fuera a Lomas le trajera algo de La Lanera. Tampoco iría a ocuparse de pagar en el Centro Comercial, ni las cuentas de la carnicería, verdulería o pagarle a las chicas. Ni la escucharía decirle -¿qué te hiciste en el pelo?  O, -qué gorda estás. Ni pedirían pizza y cerveza para estar y reírse un rato.  Ni el día en que de forma imprevista le dijo: - Yo espero que lo que te di en la vida te haya servido para algo.  Se lo dijo así, como si le dijera: - alcanzame la sal. O como cuando le dijo: -´Sos un amor´ y  ella le pidió a Beti una silla para no caerse de la emoción. -¿Quién soy, mami? Preguntó casi riendo o llorando. -¡Margarita! Le respondió como ofendida, sintiendo que dudaba de su cordura.

Ya. 

Esa noche, desde el colchón improvisado en el piso junto a la cama,  mientras oía atenta su respiración, en un momento escuchó como una breviiiiiísima tos, como cuando nos aclaramos la garganta para decir algo y no se oyó nada más y supo que algo cósmico había ocurrido.  Ni se animaba a acercarse. Y así fue. Así se fue la vida. No más. Nada de nada. Y llamar a su hermana y mirar juntas, la muerte. Es algo tan privado y personal el morir. Tan digno y tan abismal. Las lágrimas son un ingrediente apenas. La cosa es la eterna presencia a partir de la ausencia definitiva.

Y después, esperar a estar los que estuvieron. Y en ese instante en que sin pensar siquiera decís: a mamá  le gustaba… mamá siempre decía…y hablás en un pretérito instantáneo que marca el antes y el después. 

Después de los abrazos y los pésames  y los papeles: una caja contenedora de sus cenizas. 

Entonces fue cuando él dijo: - Mamá era una persona adaptada a los cambios. La podemos llevar a Punta Rasa. Tan vaga idea de qué era eso. 

Y ella dijo: -Vamos.  

Total... ¿qué?

Y lo demás es una simple crónica de ir en micro. Caminar esos diez kilómetros de playa entre San Clemente y Punta Rasa. Había llovido tanto, el cielo era tan espectacularmente gris-azul como esos cielos que pintaron tanto tanto en el taller. Ese Gris de Payne en el cielo, en esos nubarrones, con esas gaviotas y otros pájaros que atravesaban esa soledad de ser huérfanos definitivamente, siendo tan grandes y tan ínfimos.

Y debutaron en eso de tirar cenizas al mar. Al río mar. Al viento que llevaba como quería tantos años de vida hechos polvo sagrado. Y rieron ahí, tristemente solos. Todo ese vacío repleto de vida estrenando un pasado.

En Punta Rasa hay algotodo.

De mi mamá.

viernes, 1 de septiembre de 2023

AIRES BUENOS

 


Hace pocos días nos ha dejado el querido cantautor Chico Novarro y lo despedimos recordando su "Cantata a Buenos Aires"

Cómo no hablar de Buenos Aires

Si es una forma de saber quién soy

Si es la única ciudad donde se puede

Estacionar el corazón a toda hora

Cruzar el sol de contramano y en un baldío

Ver un show de grúa y topadora

Una ciudad donde siempre hay un lugar abierto

Y en cada bar, una mesa donde arreglan el mundo

Los que quedaron despiertos

Una ciudad donde todos opinan

Si hasta se forma una selección en cada esquina

Cómo no hablar de Buenos Aires

Si es una forma de saber quién soy

Buenos Aires

Donde quiera que te nombre una canción

Nace un bache

Y en el medio del asfalto hay una flor

Yo te encuentro apretando en un zaguán el metejón

A la vuelta de un nostálgico salón

Tras un baile de disfraz

Típica y jazz, pálido adiós

Y una luna que se pinta para entrar por el balcón

Una ciudad que se cuelga

En los ojos de los que van llegando

Y se hace nudo en el alma de los que la van dejando

Que tiene tanto como tanto le pidan

Angustia, soledad, piedad y cuento

Un carnet de coqueta y los mil y un inventos

Una farmacia de turno el 24 a la noche

Una pareja en coche

Un domingo flaco y porteño

Dos plateas para el cielo atendido por su dueño

Un buzón, un balcón

Y una escalera para subirse a un sueño

Cómo no hablar de Buenos Aires

Si es una forma de saber quién soy

Buenos Aires

Una estrella va subiendo al tobogán

Piedra libre para un tango de Cadícamo y Cobián

Yo te encuentro en el tránsito infernal de una estación

En la breve intimidad de un ascensor

Compartiendo la emoción

Por la final de un nacional

Muzzarella de cemento y bodegón

Tu corazón, tu corazón, tu corazón


viernes, 25 de agosto de 2023

DÍAS DE VERANO

 





DÍAS DE VERANO. Por Mónica Bardi

Mi gato Tito cree ingenuamente que el universo es nuestra casa y el jardín. Más allá el NON PLUS ULTRA, o sea, lo desconocido. Otra cosa: a mi me avisaron desde la sonda Voyager 2 (fuera ya del sistema solar, a 19.900 millones de km de mi jardín), que han captado un maullido lejano de la gata Tita y han enviado una respuesta que esperamos con ansiedad hace unos 30 días. 

En cambio, el ganso Cuaco ha volado por lejanas latitudes hasta que aterrizó en mi jardín y allí se quedó. Por momentos parece resignado y hasta contrariado pero no se va. El Rover Curiosity, que hace años que aterrizó en Marte desearía tener alguna presencia viva para alegrar su corazoncito robótico de vez en cuando pero el Cuaco se niega. No tiene ganas de largos viajes. 

Mi gato Tito todavía es muy chico para emprender riesgosas aventuras por el desconocido mundo exterior pero ya pispea desde lo alto del albaricoque al vecindario llenos de misterios. Le habla a la Luna porque mi gato es un poeta. 

Mi ganso Cuaco tiene grandes altibajos emocionales según la estación del año en la que se encuentra: en verano se acerca mucho más a nosotros. Hasta parece festejar nuestra llegada con grandes exteriorizaciones de sus blanquísimas alas y no ataca. En primavera se torna hostil y vive más alejado, como si estuviera enojado por no tener pareja. Ya se sabe, la primavera la sangre altera. Pero la gran sorpresa de su vida plumífera estaba esperándolo a la vuelta de la esquina: una gansa guapa. Pero claro, él todavía no lo sabe. A nosotros ya nos avisaron desde la Estación Espacial Internacional, que todo lo ven desde una visión panorámica, que se aproxima la gansa guapa.  

Mi gato Tito es apegadísimo a compartir cama con humanos durante la noche. Solo que, a veces, los humanos no lo dejan y entonces se queda maullando en la puerta del dormitorio hasta que se cansa y se tumba en las toallas del baño con celestial resignación. Pero nunca le perdonaré que haya destruido mi orquídea y por eso lo he mandado al ostracismo... pero no quiere ir. Dice que no sabe dónde queda.

Mi ganso Cuaco entra a la cocina exigiendo más cereales para el almuerzo y sistemáticamente caga. ¡Pato criollo, a cada paso una cagada!

Y así transcurre la vida entre animales y vegetales. Nosotros, igual que Tito, pensamos que nuestro universo son los lugares donde nos movemos porque mirar al abismo es acojonante ¿Y si el abismo nos contesta?

sábado, 19 de agosto de 2023

CHICLEA

 


CHICLE PREHISTÓRICO O TESORO ARQUEOLÓGICO

Apenas comenzaba a asomar el Neolítico por el norte de Europa cuando una mujer mascaba tranquilamente por allí un "chicle" compuesto de resina de abedul. Cuando se cansó de masticar lo escupió y siguió con sus tareas. Unos 5.800 años más tarde, un equipo de la Universidad de Copenhague bajo la dirección de Hannes Schroeder encontró el chicle que aún mantenía las marcas de los dientes de su dueña, apodada como "Lola". Tras un análisis exhaustivo del chicle los resultados han sido asombrosos.

¿Qué han descubierto?

- En primer lugar, lo más increíble, es que Schroeder y su gente han conseguido secuenciar el genoma completo de Lola. Algo inaudito hasta el momento en restos que no fueran dientes o huesos. Y así sabemos que Lola era una mujer de pelo y piel oscuros y ojos claros. Algo que no cuadra muy bien con el fenotipo de los cazadores-recolectores locales pero sí con otras comunidades europeas.

- En segundo lugar, Lola estaba complicada de salud. El microbioma oral (es decir, el zoológico de virus y bacterias que esa mujer tenía en la boca) que revelan las muestras de ADN no humano nos cuenta que portaba el virus de Epstein-Barr y el Streptococcus pneumoniae. Respecto a las bacterias, aparecen Porphyromonas gingivalis , Tannerella forsythia y Treponema denticola.

- Y por último, también encontraron muestras de ADN ni humano ni microbiótico que sugieren lo que comió Lola antes de masticar su chicle: avellanas y carne de ánade real.

Así que gracias a este “chicle” hemos podido conocer mucho más sobre cómo era la vida de aquella gente en ese periodo tan apasionante que es el salto hacia el Neolítico.

La maravillosa imagen que os mostramos es la reconstrucción de Lola vista por el fabuloso paleoartista Tom Björklund.

viernes, 18 de agosto de 2023

PRIMER AMOR

 


INSTITUTO LOMAS DE ZAMORA. (BUENOS AIRES, ARGENTINA). COOPERATIVA LTDA. DE ENSEÑANZA

MARTES DE LECTURA 📚

La estudiante Valentina Amaya de 5to B Sociales compartió este bello texto del educador CARLOS SKLIAR

PRIMER AMOR

Se acerca a mí. Está a unos pocos pasos.

Camina siguiendo la forma de la brisa y los árboles

parecieran obedecerle.

Ya está a menos de dos metros.

Al fin podré decirle todo lo que siempre imaginé.

Por ejemplo que medio cuerpo suyo es sonrisa y el

otro medio cuerpo un vendaval.

Tiemblo, como si la tierra se abriese por encima,

como si el mundo fuese una lluvia a punto de

detenerse.

Aquí está, ya casi a mi lado.

Pero me quedo callado cuando pasa. ¿Cómo decirlo?

 ¿En qué lengua? ¿Con cuál respiración? 

Ojalá siga pasando por aquí cada día y que alguna

vez pueda decirle algo. 

Espero que no sea demasiado tarde.

Espero que no pase demasiado tiempo.

Espero. 

Por ahora sólo tengo nueve años.

Y tengo tiempo. O eso creo.