jueves, 18 de abril de 2019

NOTRE DAME.

Hace pocos días fué el incendio de Notre Dame en París, lo cual nos llenó de pena y desató una catarata de los más variados comentarios, opiniones y condolencias en millones de personas en todos los medios informativos y en las redes sociales, cómo no.
Una de las cuestiones giraba sobre si se debía invertir tanto dinero en reconstruírla cuándo hay infinitas necesidades humanas en todas partes. Y es lícito hacerse estas preguntas porque las respuestas lo ponen a uno contra las cuerdas.
Esa maravillosa obra de arte ha sido destruída en parte (por suerte no ha sido un atentado) y accidentalmente  (por mala suerte ha sido un incendio).
Las obras de arte forman parte de nuestra vida desde el neolítico o un poco antes. Posteriormente (y hasta el día de hoy), importantes filósofos y pensadores nos han achicharrado el cerebro con la tan discutida relación entre la ética y la estética (Wittgenstein, sobre todo).
El romántico JOHN KEATS lo dijo: "la belleza es verdad y la verdad belleza/Nada más/ se sabe en esta tierra/ y no más hace falta".
Notre Dame guarda entre sus piedras y maderas el espíritu francés (y el europeo), las sombras de Víctor Hugo, de Napoleón, de De Gaulle y cuántos más... pero también nos recuerda la vulnerabilidad, nos recuerda que un día todo esto ya no existirá, ni siquiera sus recuerdos.  Sabemos de sobra que muchas de esas maravillas se han construído sobre sangre sudor y lágrimas, como corresponde a humanos depredadores donde mutuamente se machacan. En esto no hemos cambiado mucho aunque hay épocas mejores y otras peores.
Dentro nuestro anidan los demonios y los ángeles, ya lo sabemos. Pero no se puede negar que algunas veces algo sublime nos emociona y nos eleva frente a una obra de arte, casi rozamos lo angelical y por un rato, dejamos nuestras miserias a un lado.

Si algún millonario o político de turno decide invertir en la reconstrucción de Notre Dame, que lo haga. Seguramente esa obra no va a cambiar demasiado el destino de la humanidad, pero al menos va a seguir deslumbrando con su belleza y generando placer en almas sensibles. Este post continuará a la par de mis reflexiones.

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