sábado, 29 de septiembre de 2012

¡HAZME UN REGALITO, AMOR!

El Pentágono tenía por allí, en algún trastero, como yo tengo un ventilador en invierno, algo bastante valioso; unos 1500 millones de dólares. Nada menos que dos telescopios equivalentes al HUBBLE, el telescopio que está más allá de nuestra atmósfera, la joya de la corona de la astronomía y que nos ha inundado de imágenes inimaginables.
Como al Pentágono ya no le servían para observarnos a nosotros, los pobres terráqueos de a pie, pues generosísimamente se los regaló a la NASA. Y no les sirven porque ya tienen objetos infinitamente superiores que desconocemos por completo. Los de la NASA dudaron porque con esos telescopios tan caros y delicados podrían recibir un "regalo envenenado". Además, una cosa es mirar el espacio profundo y otra es enfocar a la cercana Tierra. Así que consultaron con un batallón de astrónomos que les aseguraron que les vendrían de perlas. Se ahorrarían unos 2500 millones de dólares y unos 4 años de trabajo para seguir buscando la materia oscura, esa tan escurridiza que explicaría los vaivenes de la gravitación universal. Aceptaron los regalitos porque "sólo" necesitarían los medios para llevarlos al espacio. A continuación transcribo textualmente un articulito del nº 94 de la revista ESPACIO titulado "Espías de alta tecnología". "Que las grandes potencias utilizan las más avanzadas tecnologías en el terreno militar no es una sorpresa para nadie pero aún así no deja de llamar la atención hasta dónde llega ese nivel de equipamiento. Durante décadas se ha definido al HUBBLE como una de las herramientas más valiosas, caras y sofisticadas de la astronomía moderna, presentándose a menudo como un instrumento de valor incalculable por su potencial para hacer avanzar la ciencia espacial más allá de lo posible hasta entonces. Por ello resulta cuanto menos chocante para muchos, descubrir que, durante todos estos años, el ejército norteamericano tenía no UNO, sino QUINCE de estos telescopios en órbita terrestre, en misiones de "reconocimiento". Y, sin embargo, los satélites KH-11 hace tiempo que no eran un secreto; su existencia, número y características principales, como el telescopio con que iban equipados, era conocida hace años, aunque es cierto que estos detalles no suelen llegar al gran público. Pero lo que probablemente nos dejaría a todos boquiabiertos sería conocer las capacidades de los satélites verdaderamente secretos del Departamento de Defensa, aquéllos de los que aún no se ha revelado nada." Javier Casado

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