domingo, 12 de abril de 2015

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Hoy hablé con una vieja amiga que vive en Nueva York y trabaja como niñera de dos criaturas desde que nacieron. Ella es como su abuela full time, por que no estamos hablando de una jovencita sino de una persona de más de 60 años.
Cumple a la perfección con su trabajo. Los padres de los chicos confían en ella más que en ellos mismos, porque son muy jóvenes y trabajan todo el día como animales al mejor estilo de vida norteamericana. Le pagan bien, pero no tanto como le pagarían en otras familias con la enorme recomendación que ya se ganó de su vida laboral. Aunque no cambia porque allí la tratan bien y con respeto, cosa que no está segura de obtener en otro lado. A esas criaturas ella los levanta, los cuida, los lleva a sus actividades deportivas, los alimenta, los viste y los acuesta, todo con amor ...después se acuesta ella con un ojo siempre abierto por lo que pudieran necesitar, aunque ya hayan llegado los padres. Es que son muy chicos, 3 años y medio la nena y 1 y algo el nene.
Hasta acá todo normal...o no tan normal, ya que es una niñera excepcional, que los educa, les pone límites, pasa todo el día con ellos y los padres y los abuelos nunca cuestionan su autoridad. GENTE INTELIGENTE.
Pero lo excepcional es como lo vive ella. Ella entiende que la vida le ha dado una segunda oportunidad para hacer las cosas mucho mejor que como las hizo con sus propios hijos, ya que, en aquéllos años era muy joven, muy inmadura y con mucho trabajo para poder criarlos con la serena autoridad y la dedicación que puede ofrecer ahora.
Ella me cuenta que interpreta y se interesa profundamente por los avances madurativos y los cambios que van sufriendo con cada mes de crecimiento.
Son, dice, como un libro en blanco que ellos mismos van escribiendo. Ninguna señal que emitan esos niños la pasa ella por alto, pero no por obsesiva sino por una profunda curiosidad por ver cómo se metamorfosea un bebé en un infante y luego en un niño...como desarrolla su motricidad, cómo van manejando los dos idiomas, el inglés paterno-materno y el castellano de ella, cómo se evidencian sus emociones, cómo descubren el mundo....ESTÁ FASCINADA.
 Hablamos muchísimo tiempo por teléfono, como siempre, pero casi todo el tiempo escuché con enorme interés sus amorosas descripciones de esos nenes que ya me parece conocer en persona.
Siento una enorme ENVIDIA porque ella esté haciendo lo que a mí me gustaría hacer. No sé si
podría hacerlo y menos tan bien como ella. No es que mi vida no me guste, al contrario, me encanta, pero me gustaría también tener esa segunda oportunidad de hacer las cosas mejor con mis hijos...más serenidad, más seguridad, más demostración de amor, menos ansiedad, menos trabajo, menos prisas...
En fin, no se puede. EL LIBRO YA ESTÁ ESCRITO, PARA BIEN O PARA MAL.

2 comentarios:

  1. Muy bonito,tu relato.No soy crítica literaria pero,me impresiona mucho como lo describís .Pero yo creo que lo que hace tu amiga no todos podemos ,primero por la oportunidad y segundo por la entrega, ya que la edad es muy importante.En su momento cada uno ha hecho lo que buenamente ha podido.Si naciéramos de nuevo?.....?

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  2. Esto que dices es objetivamente correcto. Diferente es como uno se siente consigo mismo...eso es inmanejable.

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