lunes, 1 de mayo de 2017

TODO PATAS PARA ARRIBA.

Hace tiempo que no escribo en mi querido blog. Es porque estaba viviendo intensamente. Cada vez que un tornado aparece en la vida de uno, hay poco tiempo para la reflexión. Eso viene después, con la perspectiva. Cada vez que quería comunicar algo a mi blog, no lograba acceder a NUEVA ENTRADA. Ignorancia entendible en una anciana con ínfulas computacionales y con la adrenalina a tope. Totalmente descolgada de la realidad, no es cierto? O demasiado hundida en la realidad? Y QUÉ SÉ YO!!!!!!!!!!
Esta época de vivencias intensas dejó valiosos aprendizajes, disgustos, preciosos momentos, desilusiones, dolor y felicidad. Un cóctel explosivo, como decíamos antes (ni puñetera idea como se dice ahora). NO IMPORTA.
Cuando una creía que ya era hora de vivir sin sobresaltos, aparecen nuevas y revolucionarias circunstancias que lo ponen todo patas para arriba...y, como dice MAFALDA, "si crees que ya tienes todas las respuestas, prepárate porque te van a cambiar las preguntas".
Bueno, también es una manera de evitar el del apellido alemán, al cual no quiero nombrar, pero que alude a la vejez cerebral en el peor de los sentidos. ¡CLARO! Como no se va a evitar, si estás en una montaña rusa emocional, tratando de razonar (totalmente al pedo), tratando de entender y tratando de no morir en el intento. De mis escasos conocimientos de neurofisiología soy capaz de imaginar nuevas conexiones neuronales indispensables para NO TIRAR LA TOALLA.
Se reordenan los lugares que parecían FIJOS en las personas que conocemos hace mil años. Se reordenan los lugares donde habitan idealmente los hijos, con los que nos conocemos hace mucho...bueno, DESDE QUE NACIERON.
Se reordenan incluso los lugares de gente a la que vemos de vez en cuando, compañeros de trabajo y hasta toman una nueva ubicación los "amigos" de Facebook. LO DICHO: todo patas arriba.
Cuando digo que se reordenan hablo de un feed-back, un camino de ida y vuelta que incluye a todos los personajes en esta obra de ficción que es la VIDA. Todos cambiamos en algún punto. Ellos y nosotros. Unos se van; otros, queremos que se vayan (o se queden, aunque ya no sea lo mismo) y algunos, inesperadamente, están caminando codo con codo, ayudándote, incluso estando en el ojo del huracán. No deja de ser interesante el asunto. UN VERDADERO DESAFÍO.
Un verdadero desafío para conocerse más todavía a una misma y a los demás y comprobar que nuestra NEUROSIS, aquéllo que nos particulariza, sigue intacto en nuestro interior.

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