martes, 10 de diciembre de 2024

VILLA CARIÑO

 HUELLAS.

GUSTAVO JASSIN



“El micro espacio  y Villa cariño”

Teníamos una edad que la definiría como “edad Previa”. Las amistades con derecho a roce, el metejón, el noviazgo. Finalmente, es un proceso de rodaje para la proyección y extensión de la especie humana.

Cuando bajo código se establecía la aceptación recíproca, algo que si mal no recuerdo,  se producía con la mirada. Bajo determinadas circunstancias, los ojos se transforman en esos semáforos de fórmula uno en que se está pisando acelerador y embrague a la vez, esperando el pisotón a fondo. Cuando las luces verdes coinciden, brota el efecto mágico del beso y a partir de ahí, el lenguaje mas universal. Se podía decir “estoy metido” que significaba que a partir de ese beso inicial, comenzaba el proceso de fin de casting temporal y a probar esa maravilla del compartir, abriendo paso a paso, las compuertas de la intimidad. En esa edad previa, no era fácil tener espacio para el revolcón .Por si fuera poco, los primeros pasos motorizados se solían hacer en coches tipo Fiat 600 y si ya tenías un Peugeot 404 o 504 es que realmente eras un campeón, afanando el coche al viejo, o tal vez, tenías la suerte que al terminar bachillerato te habían premiado con un buen segunda mano.

Hablando de mano, eso era arte de maniobra y control. En la capital porteña teníamos un par de sitios para aparcar y proceder. Uno de ellos, era Villa Cariño y el otro, el Planetario que tenía la ventaja que los camareros ya estaban entrenados en el tema de la discreción y te llevaban los sándwiches de lomito y bebida. Lo que no recuerdo es si era, antes, o después de la puesta en escena. En esa época era común que lo coches tuvieran palanca de cambios al volante, lo que facilitaba, o mejor dicho, evitaba algunos posteriores incómodos moretones . Por un lado, tener palanca al piso y asiento reclinable era un lujo contradictorio. Al volante y cama, ya era una van King Size. Al menos, por experiencia personal, mujer manda a hombre y el stop era todo un tema muy vinculado a la proyección, o  un carpe diem, o sino, lo que podía ir hacia la etapa siguiente, tal fue mi caso en feliz matrimonio. Que entre un coche y la boda, también teníamos espacios por hora, pero ese es otro tema que también tiene lo suyo.

Esos maravillosos sesenta  fueron quebrándose a partir del 66 derivado en causa  POR ONGAnía (¿a que esta no las pillado, IA?) hizo que  una sociedad , con un gran presidente como fue el Dr.Arturo Illía cayera en un apagón social. Paradójicamente, se encendieron las luces en Villa Cariño y fue que todos los que estaban, en ese momento de entrega al amor, terminaran presos en comisaría. Estoy convencido que esas luces que se encendieron aquella noche, tal oxímoron, apagaron la esencia de la libertad. 

Cuando un hecho, se transforma en código cultural, si se lo anula , se termina atropellando  a la felicidad que de eso trata, el paso por la vida.Que bueno sería que todo el planeta fuera una Villa Cariño, con la propia luz del alma y un poquito..de transgresión:)

6 comentarios:

  1. Tan cierto, tan ingenuos los metejones para las primeras experiencias del amor carnal.
    Me quedaron 2 copas de recuerdo
    y una acelerada.

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  2. Una preciosura este recuerdo. Uf. Mejor no hablar. Y si no era en Palermo, era a la vuelta de tu casa. Maravillas de juventud.

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  3. Sííííí. ¡Qué linda época! ¡Plena de ilusiones!

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  4. Disculpen, soy Cristina.

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  5. Que época tan linda,ese despertar al amor, lástima que tengamos que asociarlo a ese apagón de libertad ,barbarie y todo lo que siguió luego..

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  6. Me quedé sin conocer esos icónicos lugares ... Nunca tuve auto en Argentina ...😢

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