sábado, 18 de junio de 2016

EL QUE SE CALIENTA, PIERDE

Estoy leyendo un artículo de DANIEL INNERARITY en el cual se explaya sobre las sociedades exasperadas. Estamos todos enojados, enfadados, emocionalmente irritables con nuestros sistemas políticos. Eso, por un lado viene bien, porque es la cólera contra la injusticia, por ejemplo. Si no, sería la apatía y el pasotismo, cuando no la indiferencia frente a lo que ocurre.
La impotencia ha dado lugar a nuevos movimientos políticos que regeneran el sistema pero también apareció esa "derecha sin complejos" tipo Trump, el Tea Party y los neonazis.

Ahora textual: "A la indignación le suele faltar REFLEXIVIDAD. Por eso tenemos buenas razones para desconfiar de las cóleras mayoritarias, que frecuentemente terminan designando un enemigo, el extranjero, el islam, la casta o la globalización, con GENERALIZACIONES tan injustas que dificultan la imputación equilibrada de responsabilidades. Hay que distinguir en todo momento entre la indignación frente a la injusticia y las cóleras reactivas que se interesan en designar a los culpables mientras que fallan estrepitosamente cuando se trata de construir una RESPONSABILIDAD COLECTIVA."
"Una sociedad exacerbada puede ser una sociedad en la que nada se modifica, incluído aquello que suscitaba tanta irritación.". "Se trataría de acabar con las exasperaciones improductivas y reconducir el desorden de las emociones hacia la prueba de los argumentos".


3 comentarios:

  1. "Se trataría de acabar con las exasperaciones improductivas y reconducir el desorden de las emociones hacia la prueba de los argumentos".
    Y SI LOS PATITOS NO ACEPTAN EL ARGUMENTO DE PONERSE EN FILA ? NO ME DEJARÍAS SEDUCIR POR LA IDEA DE EVOCAR EL "DESORDEN" DE MIS EMOCIONES ?

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  2. Yo creo, Roberto Sola, que hasta las revoluciones y las rebeliones deben ser pensadas en términos de equilibrio de fuerzas, en astucia, en estrategias...sino, ganan los de siempre.

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  3. Y te agradezco mucho tu comentario. Eres uno de los pocos y eso estimula.

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