EL ENCARGO
Adentro del vientre de su madre, enroscada y aún tibia, Serena sueña. Sueña que están soñando con ella.
Después del largo parto en el piso de la celda, el hombre envuelve a Serena en la manta marrón con que la entrega ahora. Su encargo, señor, dice. Felicitaciones y que tengan ustedes buenas noches.
El hombre despide un fuerte olor a sangre y a flores podridas, un olor que permanecerá impregnado en la casa hasta muchos años más tarde.
LIDIA BARUGEL
🥹🥹
ResponderEliminar¡Un relato vibrante!¡Me gustó!
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