martes, 11 de enero de 2011

OBSOLECENCIA PROGRAMADA

El país africano GANA converida en le gran vertedero electrónico de Occidente. Miles de niños allí recogiendo los despojos de ordenadores, móviles y televisores que han ido a parar allí en contenedores. El lugar dantesco se llama AGBOGBLOSHIE y la historia ha sido captada en un documental de la alemana DANNORITZER.
Baterías de litio con una vida corta, impresoras que se bloquean al llegar a un número determinado de impresiones, bombillas que se funden a las 1000 horas. Son ejemplos de OBSOLECENCIA PROGRAMADA, modelo de la economía moderna, que se resume en comprar, usar y tirar y vuelta a comprar. Merece un visionado especial para concierciarnos de cómo vivimos en esta sociedad de consumo y cómo, al final de la cadena, hay niños que dejan de ir a la escuela para quemar cables y obtener el preciado cobre mientra su sangre es contaminada con humo. ATERRADOR.
Y no crean que es de hoy, no, esto, según van apareciendo evidencias, empezó en 1920, cuando presionaron a los ingenieros para que diseñaran bombillas que se quemaran después de cierto tiempo, medias de nylon que se rajaran, etc, con el argumento incontrovertible de que si fabricaran cosas para toda la vida de una persona, se detendría dramáticamente el consumo y la sociedad capitalista quebraría.  Los partidarios de la OBSOLECENCIA PROGRAMADA aseguran que sólo volveríamos a una especie de años 60, pero con más tecnología, aunque sus detractores dicen que sería como una Edad de Piedra . Y claro, ¿ellos, qué van a decir? Tendrán sus intereses en entredicho. Personalmente, a mí me parece que así como vamos no podemos seguir y estudiaré la factibilidad de esta corriente para, eventualmente, unirme a ella. De entrada, me parece inmoral programar algo para que se quede obsoleto, es una manipulación comercial y tecnológica que debería estar prohibida.  Y A USTEDES ¿QUÉ LES PARECE?.

1 comentario:

  1. Que la tendencia tenga un nombre desde hace décadas ya me pone los pelos de punta, y lo de "programada" me hace pensar que al final los ciudadanos estamos aquí o bien para ser números o para ser robots.
    ¡Pero cómo nos manipulan!
    Andrea.

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