martes, 6 de septiembre de 2011

Estoy realmente muy, muy enojada con los dueños del dinero y todos aquéllos que los rodean, los avalan y los protegen. ¡¡Muy muy enojada!! Creo que, después de lo que pasó y que todos conocemos más o menos ajustadamente, verdaderamente creo que, desde Reagan y Thacher, se han abierto las compuertas de los criminales de guante blanco y no han cesado en su inmoral pillaje. ¡¡Y siguen!! Parece que nadie los puede (o no quiere) detenerlos.
Ahora se cebaron con la especulación de los precios de los alimentos. ¿Consecuencia? Cerca de un millón de personas murieron de hambre. ¡¡DE HAMBRE!!
Y seguirán, porque para ellos nosotros, el común de los mortales, no somos más que mercancía.
El DIOS DINERO SE HA APODERADO DE TODO. (Seguro que lo que digo no es nada nuevo, pero es que el crecimiento cuantitativo de este concepto ha dado un salto cualitativo y nuestro destino es más sombrío que antes). "De 1945 a 1970, cuando había control de capitales y un claro predominio del capitalismo nacional basado en la producción de bienes y servicios, las crisis financieras se pueden contar con los dedos de una mano...Y SOBRAN" (Juan Torres López, Universidad de Sevilla).
Brooksley Born, mujer, presidenta de la Commodity Futures Trading Commission de los EEUU, compareció muchas veces ante el Congreso para reclamar la regulación de los productos derivados porque consideraba que eran peligrosos para la estabilidad financiera.  Clinton y Bush, ni BOLA.¿Y sben lo que le contestó el "GENIO" de Allan Greenspan: "que ella esencialmente no sabía lo que estaba haciendo y que podía causar una crisis financiera".
Mientras tanto, aquí, en España, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana y el ministro de economía Pedro Solbes, negaron lo que aparecía en el horizonte, a pesar de las advertencias de los inspectores.
"Estamos decididos(...) a alcanzar las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales" manifiestan enfáticamente los G20. Dos años y medio después NO HA PASADO NADA. NADA, ¡¡NADA!!.
 
 
Por todo esto, porque los gobiernos no son capaces de detener esta escalada criminal, es que pienso que, más que nunca, el destino de la humanidad está en nuestras propias manos. Más que nunca debemos actuar, presionar, manifestarnos, aprender cómo y qué debe ser rápidamente modificado.
ALAN GREENSPAN
Para evitar seguir poniéndome TAN dramática y catastrofista, transcribo una carta hilarante (que produce risa, la gente joven no conoce esta palabra, creen que tiene que ver con las hilanderías), enviada por una señora argentina jubilada a su banco. No tiene desperdicio y la recomiendo a todo el mundo para que nos amortigüe el sabor amargo de lo que leemos todos los días.
 

 


 




A continuación, una carta que fue enviada por una señora
insatisfecha al gerente de un banco. El gerente pidió permiso
para hacerla publicar en un diario del ámbito financiero.

       Muy señor mío: le escribo para darle las gracias por haber rechazado el cheque que libré para pagarle a mi plomero. Según mis cálculos, deben haber transcurrido tres segundos entre la presentación de su cheque y la llegada a mi cuenta de los fondos necesarios para cubrir su pago.  Me refiero, por supuesto, al depósito automático mensual de mi pensión completa, un arreglo que, lo admito, ha estado en vigor durante sólo ocho años.

Esos tres segundos fueron suficientes para hacer un débito en mi cuenta por $ 387 en concepto de sanción por las molestias causadas a su banco.

       El agradecimiento que ahora expreso nace porque este incidente me ha hecho repensar mis errantes procedimientos financieros y bancarios.

Me di cuenta de que, si bien yo personalmente contesto todas las llamadas telefónicas y cartas de su banco, cuando yo trato de contactarlos me enfrento a lo impersonal, a una sobrecarga de frases pre-grabadas, encuentro una entidad sin rostro, que es en lo que su banco se ha convertido.

       A partir de ahora, yo, como usted, elijo sólo hacer frente a una persona de carne y hueso.

Los pagos de mi hipoteca y de mi tarjeta de crédito, entonces, en adelante ya no se harán por débito automático. Llegarán a su banco cheques en un sobre, dirigido personalmente y en forma confidencial a un empleado de su banco que usted debe nombrar a la brevedad.

Tenga en cuenta que abrir un sobre dirigido a otra persona se trata de un delito, con arreglo a la Ley Postal Nacional.

Adjunto un juego de formularios que su empleado elegido deberá completar.

Lamento que requiera ocho páginas pero, como Ud. comprenderá, necesito saber tanto de él o ella como su banco sabe acerca de mí. No hay otra alternativa. Tenga en cuenta que todas las copias de su historial médico deben ser refrendadas por un Notario Público, y los datos obligatorios sobre su situación financiera (ingresos, deudas, activos y pasivos) deben ser acompañados de pruebas documentales.

A su debido tiempo, a mi conveniencia, proporcionaré a su empleado un número PIN que él/ella debe citar para tratar conmigo.

Lamento que no puede ser inferior a 28 dígitos, pero, de nuevo, me he inspirado en el número de botones que me requieren a mí para acceder a mi cuenta en vuestro servicio bancario telefónico.

Como se suele decir, la imitación es la forma más sincera de adulación. Por eso, permítame nivelar el terreno de juego aún más.

Cuando me llamen, pulsen los botones de la siguiente manera:

Inmediatamente después de discar mi número de teléfono, presione * para conversar. A continuación, pulse:
# 1. Para hacer una cita conmigo.

# 2. Para consultar sobre algún pago faltante.

# 3. Para transferir la llamada a la sala de mi casa en caso de que yo esté allí.

# 4. Para transferir la llamada a mi habitación en caso de que esté durmiendo

# 5. Para transferir la llamada a mi baño en caso de que esté atendiendo a la naturaleza.

# 6. Para transferir la llamada a mi teléfono celular si no estoy en casa

# 7. Para dejar un mensaje en mi ordenador. En este caso, una contraseña será necesaria. La contraseña será comunicada a su empleado una vez  que haya cumplido los requisitos ya descriptos.

# 8. Para volver al menú principal y escuchar nuevamente las opciones 1 a 7.

# 9. Para presentar una queja o una pregunta general. En este caso, el contacto quedará en suspenso, a la espera de mi atención. Si bien esto puede, en ocasiones, ocasionar una larga espera, escuchará música mientras dure la llamada.
Lamentablemente, pero de nuevo siguiendo su ejemplo, comunícole que también deberé cobrar una tarifa afines de sostener el  funcionamiento de estas nuevas disposiciones. Y recuerde: no haga que la gente vieja se vuelva loca.
No nos gusta estar viejos, por lo que no hace falta mucho para irritarnos.

Su humilde cliente  Clara Mabel Distéfano de Ordóñez

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