domingo, 23 de noviembre de 2014

SUEÑO DE UNA TARDE DE VERANO.

Bueno...ya pasó el 15 de noviembre del 2014. Nos abrazamos, nos alegramos, nos charlamos todo, nos fotografiamos,  nos enteramos cómo nos fué en estos años, lo bueno, lo malo....prolongamos la fiesta, en otros sitios y el parloteo parecía no tener fin.
¿Y ahora qué? AHORA, vuelta a la rutina. Pero con algo más: cada vez que, los que estamos en activo, veamos un premolar a lo mejor nos acordamos de ese colega que extrajo el 34 y el 35, en vez del 34 y el 44 y, quizás nos dé un ataque de risa en la propia jeta del paciente (mediante barbijo, espero), y que éste no podrá comprender.
Cada vez que empuñemos la Carpule nos acordaremos del Dr. Cureta y sus ojos hipertiroideos, preguntándonos: "¿con o sin anestesia?.....Sin es más barato".
O lo que le pasó a alguien que quiso luxar el 46, pero puso el elevador al revés y luxó el 45...y alguien allí presente dijo: "Bueeeennnnooooo, si igual estaban los dos perdidos" Y cuando se había terminado la anestesia y alguien jeringa en mano, le daba una patadita disimulada al equipo, con la consiguiente exclamación "UYYYYYY, se cortó la luz del equipo...no podemos hacer nada!!!" Y mil anécdotas más...pero lo que yo soñé esa noche después de la reunión sólo yo lo sé....y lo compartiré en parte con quien esto lea sólo para que las risas, una vez más sean compartidas.
Estaba yo redondeando la treintena, cuando me dirijo a mi lugar de trabajo...que no era la odontología, sino la veterinaria. Allí trabajaban unos compañeros míos muy simpáticos (llamémoslos Macarena y Truman) que me recibieron con bombos y platillos. Había más compañeros de cursada, ayudantes de cátedra, profesores y demás yerbas.
Estuvimos recorriendo las instalaciones y ellos me iban instruyendo en mi recién estrenado trabajo.
Gallinas, gansos, peces, perros, gatos....con sus respectivas vacunas y carteles con los desarrollos intraorgánicos de las larvas, y sus tratamientos, tipos de alimentación, etc....
En ese momento alguien la llama a Macarena, quien sale corriendo al requerimiento de otros y él, Truman, impulsiva e inesperadamente, cierra la puerta de la habitación donde estábamos y baja el interruptor de la luz: "Ehhhhh, alcancé a exclamar......¿Qué pasa?"Imagínense el panorama; sin luz, sin poder abrir la puerta porque era electrónica y oyendo los gritos del personal tratando de resolver el desaguisado.
Él, en medio de la impenetrabilidad del ambiente, empieza a hablarme nerviosa y apresuradamente, generando en mí la necesidad imperiosa de ver y comprender qué CARANCHOS  estaba ocurriendo allí.
Ese hombre tan conocido, al que había tratado durante años me estaba susurrando sorpresivamente una declaración de amor absolutamente inesperada: confusa, enredada, plagada de explicaciones, mientras me sujetaba con fuerza del brazo cuando yo lo único que quería era salir corriendo de allí.
No es que no me gustara el mino, pero en medio de tal confusión, no tenía mucho margen para considerar sus apasionadas propuestas. No había valses vieneses, luz de velas y manos entrelazadas.....no, nada de eso. Lo que había era aroma de heno, un pálido resplandor de la calle y olor a caca de conejo.
Por fin logré manotear el interruptor, todas las luces se encendieron y la puerta se abrió. Pero entonces todo había cambiado de manera radical: eso era AHORA una clínica dental, La gente iba y venía normalmente, y el guapo joven proseguía con sus explicaciones sobre el funcionamiento de la empresa, como si todo lo anterior no hubiera existido. Los compañeros de trabajo saludaban alegremente y los pacientes pasaban con el dique de goma puesto.
En ese momento me desperté SOBRESALTADA:...... rebobiné mi sueño, tratando en vano de encontrarle una lógica.
Lo único que había persistido era esa mirada masculina, que, entre suplicante y seductora, seguía clavada en mi almohada. ALLÍ ME DÍ CUENTA, 42 AÑOS MÁS TARDE, QUE YO NO ME HABÍA CONFESADO ESE JUVENIL ENAMORAMIENTO NI A MÍ MISMA. ¡¡Y, por supuesto, nadie sabrá nunca a quién me refiero!!¿Por qué pasarán estas cosas?

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