domingo, 22 de julio de 2018

BORGES Y ELLA, capítulo 3

"Esta ciudad que yo creí mi pasado
es mi porvenir, mi presente;
los años que he vivido en Europa son
ilusorios,
yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires".
Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 en una casa con patio y aljibe, que aparecerán repetidamente en sus poesías. Por ejemplo: UN PATIO
"Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del patio
Esta noche, la luna, el claro círculo,
no domina su espacio.
Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena, 
la eternidad espera en la encrucijada de estrellas. 
Grato es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un aljibe".
Su familia pertenecía a una larga e ilustre estirpe de escritores y militares. El padre de Borges daba clases de Psicología, que en aquélla época debía ser algo así como hoy la física de partículas. Muy vanguardista; pero una ceguera progresiva (la misma que heredó su hijo) lo obligó a jubilarse y buscar tratamiento oftalmológico en Europa en plena Gran Guerra. Se instalaron en Ginebra, para evitar los bombardeos. Allí, Borges y su hermana Norah fueron al colegio. 
En las escuelas argentinas a él lo trataban muy mal. Se burlaban porque era tartamudo, tímido, anteojudo, culto y no le gustaban los deportes.
En cambio en Ginebra fué muy bien recibido y tratado. LO ADMIRABAN. Eso dice mucho de ciertos países...y de otros. Aprendió francés y él solito, con un diccionario, alemán. ¿Sería por esa remota razón que casi 80 años más tarde quisiera morir y ser enterrado allí?
Y hablando de muertes, no podemos olvidar la fuerte influencia que doña Leonor Acevedo de Borges ejerció en el gran escritor: fue inteligente, aprendió inglés de grande para ayudar a su hijo con las traducciones. Pero sobre todo fue dominante y, sin duda alguna, le arruinó la relación con las mujeres, sobre todo con Estela Canto. A pesar de ello, Borges adoraba y respetaba reverencialmente a sus padres. Y aquí transcribo un pedacito de un diálogo con Antonio Carrizo:


Juan Domingo Perón nació en Lobos, provincia de Buenos aires, el 8 de octubre de 1895 y fué el primer presidente en ser elegido por sufragio universal y el único en ser reelecto en 3 ocasiones.
Desde lo 2 primeros cargos favoreció a la clase obrera: impulsó los convenios colectivos, el Estatuto del peón de campo, los tribunales de trabajo y la extensión de las jubilaciones a los empleados de comercio, el voto femenino, los hospitales públicos y gratuitos y algo fundamental para ella: la universidad que ya era pública, la hizo gratuita. Todas estas medidas le pusieron en contra a quien ya sabemos...y al embajador de EEUU, por supuesto.
Durante la Guerra Fría se mantuvo equidistante de la Unión Soviética y EEUU. Se enfrentó con la iglesia católica (en esa época se agudizaron los enfrentamientos entre peronistas y antiperonistas, que duran hasta hoy mismo, y no sabemos por cuántos siglos más) y fué derrocado en septiembre de 1955.
Perón se exilió y en Argentina se  prohibió hasta mencionar su nombre (yo lo recuerdo), lo cual trajo como consecuencia la creación de la resistencia peronista. MÁS PROHIBICIÓN, MÁS RESISTENCIA.
En marzo de 1973, ganó las elecciones, en el exilio, con el lema: "Cámpora al gobierno, Perón al poder". Cuando volvió se produjo la masacre de Ezeiza, en los alrededores del aeropuerto internacional.
Pero él aterrizó en otro lugar y luego apoyó a los sectores más ortodoxos, dando lugar a la formación de los comandos parapoliciales, entre ellos la temible triple A. En 1974 murió y dejó la presidencia en manos de su esposa, que fué derrocada sin haber terminado el mandato por un golpe militar. Y luego se nos vino LA NOCHE: hubo 4 presidentes sin elecciones, o sea, dictadores militares: Videla, Viola, Galtieri y Bignone, la represión, los desaparecidos, los vuelos de la muerte, 340 centros clandestinos de detención, la inflación acumulada desde 1976 a 1983 fué del 517.000%., se enviaron 14000 hombres a la Guerra de las Malvinas. murieron 649 soldados y se suicidaron 350 veteranos, una vez finalizado el conflicto. ..y ¿para qué seguir?
¿Y ella? ¿Dónde estaba ella? Nació en el barrio porteño de la Boca, en Villafañe 337, el 26 de septiembre de 1947 (así quedó sellado su futuro profesional en la cavidad oral por siempre jamás. Justo ese mes se promulgó la ley electoral que permitía votar a las mujeres). Un año y medio más tarde nació un hermanito precioso y talentoso. Su padre tenía el consultorio en esa misma vivienda que compartía con un oftalmólogo. Hasta hace pocos años ella recordaba su nombre, pero se van muriendo las personas a las que se les puede preguntar lo que se va olvidando. Allí se reunían algunas noches los amigos de su padre a jugar al póker, juego que ella aprendió rápidamente y le sigue encantando hasta el día de hoy. Su hermanito enfermó y a ella la llevaron a la casa de su abuela Victoria Molfino de Bardi, en Burzaco, para que no se contagiara. Allí se afianzó su vínculo con su tío Menes (protésico) y su esposa MariEsther (radióloga), que perduró hasta la muerte de ambos y que tuvo una fuerte influencia en su manera de ver el mundo. Pasaron muchas cosas que los 3 personajes de esta historia real vivieron como contemporáneos: BORGES, PERÓN Y ella. Ella, con minúsculas, no sea cosa que alguien piense que se quiere poner al mismo nivel que esas dos personas que influyeron tanto a lo largo del siglo y siguen influyendo y que, todo hay que decirlo, no simpatizaban entre ellos para nada, aunque desconozco si alguna vez se vieron personalmente. De hecho, Borges se vió seriamente afectado en su trabajo, porque lo perdió, durante la presidencia de Perón. Era director de la Biblioteca Nacional y lo degradaron por razones políticas. Una gran injusticia. Pero eso es un asunto entre ellos. A esta jovencita los dos le llegaron desde distintos lugares y con diferentes consecuencias: gracias a Perón pudieron ella y su hermano concurrir a la universidad pública y gratuita. Gracias a Borges (y a otros escritores, pero sobre todo Borges), ella aprendió la música del idioma castellano y logró, muchos años más tarde, escribir decentemente para mantener viva la historia de su familia, pero, sobre todo, a leer y releer los cuentos y las poesías del maestro, saboreándolos cada vez desde un diferente ángulo y teniéndolos siempre cerca, como una compañía omnipresente a lo largo de la vida. Como un ser querido de verdad: siempre a su lado. 

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