viernes, 9 de agosto de 2019

MIRADAS QUE MATAN.

Por Mónica Bardi

Hace unos treinta años, cuando yo era joven y guapa y recién llegada a España, estaba tomando algo con unos conocidos, en una especie de pub llamado "lugar de encuentro" en Algeciras.
Un hombre me miraba fijamente desde cerca, al otro lado de la barra. Es algo extraordinario como jamás olvidé esa mirada. ¿Por qué?
Ahora reinterpreto esa mirada de la siguiente manera: yo era una mujer libre, independiente económicamente, extranjera... una especie exótica o algo así, y se notaba. Ese extraño hombre, que ni se me acercó, me enviaba el siguiente mensaje: "eres libre pero yo te puedo domesticar". Su interés no era sexual, porque al menos se hubiera acercado, hubiera sonreído, hubiera intentado seducirme. Pero no, quería ejercer su poder.
Luego fuí entendiendo que la mujer en España recién empezaba a emanciparse y a salir de la cocina y los hijos. Por lo visto posteriormente, la única manera que el hombre ha intentado volverla a ese lugar es con la violencia.
RITA SEGATO es una antropóloga argentina que trabajó toda su vida con los presos condenados por violación en la penitenciaría de Brasilia y ha tratado de explicar esas conductas como parte de un MANDATO CORPORATIVO DE MASCULINIDAD.
"La precarización de la masculinidad por la precarización de la vida" que apuntaría al comportamiento de las MANADAS.
El problema con las leyes es que consideran estas agresiones como "crimen menor" porque el hombre no pone en peligro la propiedad ni la vida de los propietarios, es decir, no amenaza bienes jurídicos de valor universal y de interés general. La mujer es vista como bien jurídico de valor particular, de interés privado. Es el orden PATRIARCAL MODERNO Y MONOPÓLICO. El orden patriarcal es BINARIO y su estructura es muy diferente a la estructura DUAL del orden comunal.
Antes, el espacio comunal, el lugar de reunión de las familias y los vecinos era compartido, público; era un espacio de sociabilidad. Con la modernidad dicho espacio de prestigio y poder se pierde, se despolitiza y se privatiza. Ya no pertenece al mundo de la comunidad. Se margina y allí queda la mujer con sus hijos.
Afirma RITA SEGATO que los legisladores deben aprender, entender que las agresiones no son un tema de la LÍBIDO, sino del PODER.
"El crimen de género es un crimen de exceso de poder y la vulnerabilidad está del lado de la víctima, que es quien necesita la discriminación positiva, que es quien necesita de la acción afirmativa, pues es quien no ha adquirido todavía el ESTATUS de ciudadanía plena.
Y las pruebas son una gran cantidad de sentencias que no registran ni garantizan la dignidad de persona plena para las mujeres".

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