lunes, 14 de junio de 2021

CRIPTOARTISTA

 


Javier Arrés (Motril, 1982) entra en una nueva categoría, la de los NFT. Empecemos (odio las abreviaturas) ¿Qué coño es una NFT? (con perdón por el exabrupto). NFT es, literalmente, NO FUNGIBLE TOKENS. 

Ah, divino, ahora entiendo menos. Expliquemos: Javier Arrés, dibujante digital triunfaba con sus GIF (odio las abrev....), ya saben, juguetes digitales, dibujitos breves que usamos para expresar cosas. Se reproducen millones de veces, pero el creador no cobra un duro porque se venden muy poco. Dice Javier Arrés: "era imposible certificar un GIF. Es una pieza única que sólo le interesa a los coleccionistas que buscan la autenticidad de la obra". 

Fue entonces cuando DANNY FU, fundador y CEO (odio las abre...) de MakersPlace (una especie de plataforma digital de subastas) le propuso que se uniera a su plataforma como CRIPTOARTISTA. 

Los NFT (odio las...), creados en 2017 por la red blockchain ETHEREUM, son las escrituras de Internet: un certificado de propiedad y autenticidad sustentado en tecnología blockchain que distingue a un archivo digital original y, aunque pueda ser descargado mil veces, sólo hay un dueño y un original porque pagó por ello en la subasta digital. A Javier Arrés le satisface que los NFT puedan ayudar a reducir la precariedad de los artistas. ¡Claaaroooo, es como la foto de LAS MENINAS que tengo en la biblioteca: no vale nada!

¿Qué coño es un blockchain? El Doctor Google define así: "servicio de exploración de bloques de bitcoin", pero no sólo eso, "también proporciona gráficos de datos de la criptomoneda, estadísticas e información de mercado". ¿Queda claro? ¿No? Pues a joderse porque el mundo moderno nos pasa por encima: ya lo aprenderán de tanto verlo, como yo los GIF. 


Ahora es el momento de aprender un nuevo verbo: TOKENIZAR, ¿recuerdan? De NFT, no fungible tokens. No, no entiendo nada, mejor un ejemplo: el 5 de marzo de 2021, o sea, ayer, un cofundador de Twitter tokenizó (registró como propiedad intelectual) el primer tuit de la historia, publicado por él mismo en 2006: "simplemente configurando mi Twitter". En 24 horas la subasta superó los dos millones de euros y el tuit fue adquirido por un ejecutivo asiático. 

"Para mucha gente es un enigma que se paguen esas cantidades de dinero por algo que sigue disponible en Internet, pero al coleccionista le interesa la obra auténtica, la que llegará a los museos digitales. Te puedes descargar lo que quieras pero sin NFT no tiene valor".


2 comentarios:

  1. 😂😂😂 muy bueno...mejor imposible y el que lo entienda mejor que lo explique....a ver si se anima 🤣

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  2. Eso!!! A mover el neuronaje (neologismo mío?

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