viernes, 17 de diciembre de 2021

SIDA

Este escrito es para aggiornar nuestras noticias sobre el SIDA, una enfermedad que nos llenó de perplejidad y dramatismo hace unos 40 años, cuando supimos por primera vez de ella, en 1981. 40 años después y con 40 millones de muertos, (60.000 en España, 11.500 mujeres), interesa saber en dónde estamos parados ahora, ya que los virus se han adueñado de nuestras vidas, nuestros hábitos y nuestro futuro. Un largo artículo ha sido publicado en EL PAÍS SEMANAL y me pareció interesante hacer un resumen de dicho artículo. 

Más de 10 millones de personas siguen sin tratamiento en África, Asia y Latinoamérica y fallecen otros 800.000, aunque parezca cosa del pasado ni cause alarma. Pero sigue matando. Los vulnerables son diferentes según dicta la geografía: en el primer mundo afecta a hombres que tienen sexo con hombres, sin protección y en los países en desarrollo, a heterosexuales. Se ha logrado desarrollar fármacos eficaces que lo mantienen a raya, incluso una terapia preventiva para no contraerlo en sexo con riesgo (PrEP, preexposición). Seguimos sin vacunas. 

Es increíble que con estos antirretrovirales hagan al virus indetectable, que está agazapado y latente en reservorios del organismo desconocidos, pero si se suspendiera la medicación se despertaría de su letargo y aparecería en sangre en unas dos semanas y, a partir de allí, avanzaría inexorable. Como un monstruo dormido que despertara y atacara. 

Los enfermos medicados no transmiten el virus, no necesitan mentir ni camuflarse, están limpios. Ni siquiera un análisis de sangre mostraría el virus. Sería indetectable e intransmisible y está donde hoy no llega la ciencia, escondido. Esas personas pueden tener sexo sin preservativo. Ellas, quedarse embarazadas y parir con seguridad: sus hijos no correrían peligro, como hace tres décadas. Hoy, por protocolo, se hace un test serológico en España y si resultan positivas, se las medica en el acto. 

Lamentablemente, hay aproximadamente 30.000 con VIH no diagnosticadas en España y ése es el eslabón más débil de la cadena de transmisión. Los hombres que tienen sexo con múltiples hombres sin protección deberían hacerse un test de 15 minutos en las farmacias. Así de simple. El diagnóstico precoz es decisivo pero como ya no se mueren, se le ha perdido el miedo y muchos llegan tarde. En España hay 4000 infecciones anuales y mueren cerca de 400. Y de ahí no baja. 

En 40 años hubo dos pandemia de VIH, desde 1981 hasta 1996 y otra, más esperanzadora, desde 1996 hasta hoy. "Cuando en 1996 llegaron los nuevos antirretrovirales, muchos enfermos estaban en tiempo de descuento, pero en dos meses les dimos la vuelta" explica JOSÉ RAMÓN ARRIBAS, jefe de la unidad de enfermedades infecciosas del hospital madrileño de La Paz y agrega: "Eran pacientes que nadie quería; pero siempre puedes hacer algo más por un enfermo. Es tu trabajo. Aquella generación de médicos aprendimos algo importante: no juzgar a nadie. Me es indiferente por dónde entra el virus, yo lucho contra él". 

Hoy es muy diferente a la época en que se moría gente muy joven en 6 meses, casi ciegos, con el cerebro destruído, diarreas terribles, tuberculosis, sarcoma de Kaposi;  era algo vergonzante, para ellos y sus familias y la medicina no podía hacer nada, recuerda EMILIO BOUZA, del hospital madrileño Gregorio Marañón, que atiende a 3000 personas con VIH. Fue la mayor pérdida de esperanza de vida de una generación. 

El esfuerzo de investigación médica y  farmacéutica fue único en la historia, impulsado por el creciente activismo político y social del colectivo LGTBI, ya que en sólo 5 años se identificó la enfermedad y se aisló el virus. 

La bióloga MARÍA ROSA LÓPEZ HUERTAS es desde el 2002 investigadora de la unidad del sida del Instituto Carlos III e intenta entender cómo algo tan sencillo complica tanto la existencia a algo tan evolucionado como es el ser humano y cuenta que es el virus más listo que conoce porque cambia miles de veces cada día en un mismo paciente. 

Por su parte MAYTE PÉREZ, bióloga, explica por qué la imposibilidad de una vacuna: "la tasa de mutación de este virus es grandísima, hasta 10 millones de veces al día; son docenas de miles de variantes en un solo paciente. Es el virus que más muta. Tanto que hoy, 40 años después, es completamente distinto al de 1981". 

El CENTRO SANDOVAL, en el barrio de Malasaña es un símbolo de esta prolongada lucha: " Aquí hemos dado respuesta a todos los que venían, fueran quienes fueran; con papeles o sin papeles; ricos y pobres; personas trans, gais y con todas las orientaciones; famosos y profesionales del sexo, toxicómanos y he tenido las mejores experiencias de mi vida" concluye el doctor JORGE ROMERO, hoy a punto de jubilarse, trabajando desde la época en que el virus aún no estaba bautizado. 

Lo de siempre: héroes casi anónimos, cuyo trabajo es un sacerdocio, nunca mejor dicho. Y aquí va una opinión personal: ya sabemos que los laboratorios farmacéuticos son un gran negocio y deberían liberar las patentes, si tuvieran algo que se parece a la vergüenza. Pero gracias a ellos, muchísimas personas continúan hoy con su vida. Éste es el mundo que tenemos y, por el momento, no parece que fuera a mejorar. Así que más que nunca, agradezcamos a aquéllos que siguen luchando contra los molinos de viento. 


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