sábado, 19 de agosto de 2023

CHICLEA

 


CHICLE PREHISTÓRICO O TESORO ARQUEOLÓGICO

Apenas comenzaba a asomar el Neolítico por el norte de Europa cuando una mujer mascaba tranquilamente por allí un "chicle" compuesto de resina de abedul. Cuando se cansó de masticar lo escupió y siguió con sus tareas. Unos 5.800 años más tarde, un equipo de la Universidad de Copenhague bajo la dirección de Hannes Schroeder encontró el chicle que aún mantenía las marcas de los dientes de su dueña, apodada como "Lola". Tras un análisis exhaustivo del chicle los resultados han sido asombrosos.

¿Qué han descubierto?

- En primer lugar, lo más increíble, es que Schroeder y su gente han conseguido secuenciar el genoma completo de Lola. Algo inaudito hasta el momento en restos que no fueran dientes o huesos. Y así sabemos que Lola era una mujer de pelo y piel oscuros y ojos claros. Algo que no cuadra muy bien con el fenotipo de los cazadores-recolectores locales pero sí con otras comunidades europeas.

- En segundo lugar, Lola estaba complicada de salud. El microbioma oral (es decir, el zoológico de virus y bacterias que esa mujer tenía en la boca) que revelan las muestras de ADN no humano nos cuenta que portaba el virus de Epstein-Barr y el Streptococcus pneumoniae. Respecto a las bacterias, aparecen Porphyromonas gingivalis , Tannerella forsythia y Treponema denticola.

- Y por último, también encontraron muestras de ADN ni humano ni microbiótico que sugieren lo que comió Lola antes de masticar su chicle: avellanas y carne de ánade real.

Así que gracias a este “chicle” hemos podido conocer mucho más sobre cómo era la vida de aquella gente en ese periodo tan apasionante que es el salto hacia el Neolítico.

La maravillosa imagen que os mostramos es la reconstrucción de Lola vista por el fabuloso paleoartista Tom Björklund.

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