martes, 29 de diciembre de 2015

HISTORIA DE NAVIDAD I (HISTORIAS REALES)

NAVIDAD DEL 2015

En navidad la gente se reúne con familia, con amigos. Hay risas, abrazos, broncas, borracheras, besos.....de todo. Ya lo sabemos y estamos hartos de leer y oír al respecto más de lo mismo.
Para mí, por el contrario, es una gran ocasión para escuchar historias. Historias comunes de gente común. O sea, extraordinarias, si uno las mira con otros ojos y les agrega algo de sal y pimienta porque como dijo la madre de Gabriel García Márquez: "Yo no sé por qué a mi hijo le dan el premio Nobel de Literatura por contar la vida de los vecinos". Bueno, a mí no me van a dar ningún premio pero igual me gusta contar historias de mis conocidos y amigos, porque los vecinos no me dan pelota
Y aquí va uno que oí hace poco.
Había una vez un hombre de mediana edad que vivía hacía varios años con una mujer y el hijo de ella, fruto de una anterior relación. Las cosas no marchaban demasiado bien porque la mujer sobreprotegía al hijo de manera compulsiva y el hombre sufría por ello. Pero como no podía hacer nada, hizo lo que muchos hacemos en estos casos: SE ENFERMÓ. Y fué una clara somatización por el tipo de dolencia: crónica con períodos de reagudización. Eso lo tuvo en el hospital entrando y saliendo durante un año. Su vida se deterioraba y no sabía que hacer. Entonces decidió hacer un viaje solo. Se fué a otro país, del que ni siquiera conocía la lengua pero que era famoso por sus playas y su clima.
Él sabía que huía del dolor y la enfermedad pero no sabía con lo que se iba a encontrar. En su largo recorrido por esas tierras conoce por una increíble casualidad a una mujer con una gran personalidad, viajera e independiente, aunque no especialmente hermosa.
Ese hombre sufrido y hermético se enamora como un loco. SÍ, COMO UN LOCO. Flechazo en toda regla. Como nunca pensó que alguien podía enamorarse. En sólo 24 horas. Otras 24 horas le tomó volver a su país y comunicarle a su mujer que lo dejaba TODO: su país, sus negocios, su pareja para irse a vivir un gran amor. Y así lo hizo. Por suerte, fué correspondido. La enfermedad NUNCA VOLVIÓ, a pesar de los peores pronósticos. El amor echó a la enfermedad a los guantazos, por lo visto. ESTA ES UNA HISTORIA REAL y con final feliz.


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