Relato brevísimo de Mónica Bardi.
Sé que él me está mirando. Yo voy caminando y sé que él me está mirando. Lo sé porque mi caminar es elegante y cimbreante. Él me lo dijo. Me lo dijo un día que estábamos caminando por un sendero estrecho y yo me veía obligada a ir por delante. Y, mientras caminábamos, él me decía: "me encanta ver ese andar tuyo tan elegantote". Usó esa palabra inolvidable que me supo a miel: "elegantote", con una sonrisa deseante, inequívoca, que lamía mi espalda.
De eso hace mil años pero una chica caminando delante de mi me lo recordó. Y él ya no está pero su mirada si.
ELEGANTOTA TOTAL. ES DE FAMILIA. BETO
ResponderEliminarLa mirada es lo que no cambia con el paso de los años, el resto de los rasgos corporales y psicológicos sí, de ahí su importancia. Nuestras miradas dirigidas o recibidas es lo único que sobrevive a nosotros mismos. Hermoso relato Mónica!!!
ResponderEliminarMe encanta Mónica. Escribes y lo vivo!!
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