jueves, 30 de diciembre de 2010

WOLE SOYINKA

"Creo en las rocas y en los mares, pero no en los países". Esto dice el primer premio Nobel de Literatura africano (1986) Pasó 22 meses encarcelado por su oposición al régimen político de su país, Nigeria. Una vez escribió un artículo titulado "Que se mueran los países" y dice: "cuando hablo de Nigeria como país, no hablo de ese constructo artificial que se nos impuso sin nuestro consentimiento cuando el Imperio Británico dividió el continente. Y cuando la gente va a la guerra como nosotros lo hicimos, para preservar las fronteras nacionales, la circunstancia es de lo más estúpida, porque matas y mueres por el constructo ideado por otra persona".
El periodista le pregunta por este nuevo mundo de la globalización y contesta: "Es inevitable. La expansión de las religiones es una forma de globalización y el comercio ha transferido la cultura, las costumbres y las convenciones de un sitio a otro. Esto a veces es una colisión y otras veces una simbiosis. El cristianismo intentó globalizar el mundo. El Islam, también. Y, en la actualidad, algunos grupos del Islam siguen queriendo globalizar el mundo. El problema empieza cuando la globalización se vuelve peligrosa, cuando un trabajador de Filipinas, por ejemplo, fabrica lo que luego se vende en Europa muchísimo más caro. Pero en cuanto a la circulación de bienes si funciona no necesariamente con una igualdad absoluta, sino simplemente con respeto a los seres humanos que los fabrican y a su cultura, si ayuda a fomentar esa cultura, entonces la globalización es positiva. ASÍ QUE NO ES LA GLOBALIZACIÓN SINO LA RECOLONIZACIÓN DE OTRAS PARTES DEL MUNDO A TRAVÉS DE MEDIOS ECONÓMICOS LO QUE ES NEGATIVO.
...países retrógrados y regímenes malvados reciben los efectos liberadores de la globalización, cuando puedes estar sentado en un rinconcito de un minarete en Irán y comunicarte con el resto del mundo".

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