sábado, 30 de julio de 2011

SIGUEN LAS NECROLÓGICAS.

A la gente le da por morirse estos días. Unos porque biológicamente les toca, otros porque parece que la pulsión de Tanatos es irresistible y otros porque un hijo de puta (perdonen la salida de tono pero es que no encuentro cómo decirlo de manera más suave en el caso de las víctimas de Noruega) decide llevar hasta el final sus odios (así, en plural). Bueno, volvamos a nuestros maravillosos lienzos: este extraordinario pintor, LUCIEN FREUD (nieto de Sigmund Freud), nos deslumbra con esa antomía trabajada hasta el desmayo, esas pinceladas inconfundibles, esas escenas extrañas...un genio.

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