viernes, 4 de noviembre de 2022

Segundo ejercicio para teatro

 En un aula de un colegio una mujer morena de media edad está limpiando mientras canturrea. Está sola. 

En ese momento entra una mujer alta y elegante y se dirige a la otra.

"Hola, Sara, buenos días".

"Buenos días, María Eugenia".

"Contigo venía a hablar". 

"Usted dirá". contesta la limpiadora interrumpiendo su labor. Las dos están muy serias.

"Me gustaría saber cuándo termina tu contrato, Sara"

"Usted sabe que no estoy contratada porque por el momento sigo indocumentada. Estoy esperando mis papeles".

"¡Ah, pero es cierto! Por momentos se me olvida que eres extranjera de tan bien que te has adaptado a nuestras costumbres. Pero bueno: iré al grano. Como ya sabrás, los inspectores de trabajo andan merodeando por el barrio y para esta institución es un serio compromiso tener una persona sin contrato".

Sara enmudeció breves segundos pero al fin reaccionó y contestó con firmeza:

"¿Qué inspectores? Yo vivo en este barrio y no he oído nada de eso"

"¿Pones en duda mi palabra?" contraatacó María Eugenia. 

"Si, la verdad es que si" contestó desafiante Sara y siguió: "pero sigamos yendo al grano. ¿Usted quiere que me vaya?"

"Has dado en la diana, cariño"

"Yo no soy su cariño pero le aclaro que ésta es mi única fuente de ingresos para mis hijos y para mi. Me perjudicaría gravemente dejar este trabajo".

"Pues creo que ése es tu problema, cielo"

"Yo no soy su cielo y con todos mis respetos le digo que no dejo este trabajo".

"¡Pero qué atrevimiento! ¿Quién eres tú para decidir eso?"

Sara reanudó su trabajo barriendo el suelo y luego de unos segundos contestó: "Es que...es que...una tiene sus contactos" dijo en tono de ironía.

María Eugenia enmudeció y esperó.

Sara siguió barriendo hasta llegar a pocos centímetros de la cara de la otra. Finalmente montó la escoba cual bruja y mirándola fijamente susurró algo a su oído. 

Lo que le dijo provocó una inmensa sorpresa en María Eugenia. Trastabilló, retrocedió con los ojos fuera de las órbitas y tartamudeando en voz creciente soltó un "¡¡serás hija de puta!! ¡Esto es un chantaje!"

"Así parece" dijo Sara bajándose de la escoba y mirándola gravemente. Y agregó: "Pero esto es lo que hay, como suelen decir ustedes". 

María Eugenia salió precipitadamente por la puerta con tan mala suerte que rodó escaleras abajo mientras Sara retomaba sus tareas. ¿Habrá sobrevivido a la caída María Eugenia? ¿Habrá sobrevivido Sara a las exigencias de las autoridades de inmigración?


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario