miércoles, 19 de enero de 2022

EINSTEIN

 CUANDO ALBERT EINSTEIN ESTUVO VIVIENDO EN LLAVALLOL



POSTEO OSCAR HORACIO ÁVILA

Albert Einstein estuvo en nuestro país, invitado por la Asociación Hebraica y la Universidad de Buenos Aires para dictar una serie de conferencias. Arribó al puerto de Buenos Aires a bordo del Cap. Polonio, un buque de bandera alemana la mañana del 25 de marzo de 1925. Gobernaba un país próspero Marcelo T. de Alvear.

Einstein ya era un científico consagrado. Había obtenido el Premio Nobel de Física en 1921 y su presencia en Argentina causaba gran expectativa. Se alojó en la lujosa residencia que Bruno Wassermann, un comerciante judío alemán poseía en la esquina de Zabala y Villanueva, en el barrio de Belgrano.

Como era de esperar, fue saturado por homenajes, banquetes, visitas, recorridos por la ciudad, entrevistas periodísticas –hasta tuvo su bautismo de vuelo en un Junker- además de las conferencias que brindó en francés a los asistentes ávidos de conocer más sobre la famosa teoría de la Relatividad.

Las conferencias se transformaban en charlas, ya que el científico había solicitado se le interrumpiese ante la menor duda. En el salón de actos del Colegio Nacional de Buenos Aires brindó la mayoría de ellas y otras las dio en las universidades de La Plata y de Córdoba, siempre ante una multitud de estudiantes.

Eran escasas las horas del día en que el científico podía disfrutar de tranquilidad. Donde halló la paz que buscaba fue en la quinta que los Wassermann poseían en la localidad de Llavallol, en el sur del Conurbano, por entonces un caserío con calles de tierra y mucho verde. Los Wassermann tenían su casa de descanso en la calle Moldes y Néstor de la Peña. 

No estuvo más de una semana descansando en este lugar, pero le alcanzó para recorrer la reserva de Santa Catalina, considerada una de las primeras colonias agrícolas que tuvo el país, formada por escoceses en 1825. Y, tal vez, disfrutando de su anonimato, era posible verlo sobre el puente peatonal de madera, cercano a la estación del ferrocarril, contemplando el paisaje. Se lo recuerda como una persona afable, tranquila, siempre de buen humor. También se hizo del tiempo para visitar la catedral de Lomas de Zamora, la escuela aledaña y Adrogué.

Dijo sentirse tan relajado en Llavallol que estuvo trabajando en una idea sobre la conexión entre la gravitación y el electromagnetismo. Poco duró la paz ya que los actos y visitas continuaron, con viaje a Córdoba incluido, donde visitó el Hotel Eden, en La Falda, propiedad de los Eichhorn, quienes fueron aportantes claves a la campaña de Adolf Hitler al poder.

Einstein dejó el país el 23 de abril. En La Plata se negó a cobrar por las conferencias que dio pero, ante la insistencia de sus anfitriones, aceptó la mitad. Su visita a la Argentina no había pasado desapercibida. Hasta se dio el lujo de escribir una columna en el diario La Prensa, donde ahondó en el concepto de una "pan Europa", con lo que se adelantaba casi ochenta años a la conformación de la Comunidad Europea. Un genio en todo sentido.


Posteo Oscar Horacio Ávila

No hay comentarios:

Publicar un comentario