EFECTOS SECUNDARIOS
María Mercedes Vendramini
A pesar de la niebla
de la llovizna
(nimia)
de tu desgano
de mi cansancio
fuimos al mercado.
Los zapallitos seguían siendo verdes
muy rojos los ajíes, amarillos los pomelos
naranja intenso el interior de los zapallos
seguíamos callados
pero yo me moría por decirte
que al elegir
las mandarinas
vi
que me iluminaban las manos.
Hermoso.
ResponderEliminarPrecioso!!!
ResponderEliminarLas mandarinas iluminan las manos y dejan también un olor maravilloso en ellas durante horas.
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