lunes, 1 de mayo de 2023

COMEJÉN

 


El sacrificio de un amigo.

En medio de arengas, explosiones, piedras y gas lacrimógeno, los manifestantes exigían la abolición del Consejo Superior Universitario el cual contaba con la participación del clero y según debates ideológicos de la izquierda obraba como dispositivo de control implantado por el Gobierno de los Estados Unidos. 

La historia registra este hecho en medio una serie de protestas lideradas por movimientos estudiantiles en Latinoamérica, Colombia haría parte de este fenómeno de masas en el año de 1971; lo que no registra la historia, ni la academia es la participación en la protesta social de “Comején” un caballo criollo, tan latinoamericano como la arepa, los tacos o, el café en las mañanas. Comején fue reclutado por la Policía Nacional siendo muy joven, fue el menor de sus hermanos, aprendió rápido el oficio, su carácter airoso lo hacía sobresalir entre los demás llegando a ocupar el primer puesto de su promoción, solo le faltaban tres meses para la pensión cuando sobrevino el trágico día.

El día 16 de febrero de 1971 se había programado una actividad lúdica liderada por los carabineros y destinada a los niños de una escuela pública en donde Comején representaba al glorioso y majestuoso Rocinante, pero la actividad debió ser aplazada por los hechos de protesta que se venían registrando en el país, la Universidad Nacional de Bogotá se había sumado a esta ola de protesta con sus estudiantes. Comején hizo presencia a las afueras de la Universidad junto con su binomio, con quien había estado en otros tropeles, ambos eran aguerridos. 

El servicio de vigilancia se encontraba conteniendo a los estudiantes quienes con violencia exigían que las demandas expuestas fueran atendidas por el gobierno, como resultado de este choque uno de los policías se separó del grupo y pronto se vio rodeado por varios manifestantes quienes lo atacaron con piedras, palos, y patadas, nadie parecía haberse percatado de la situación del policía dada la convulsión del momento; pero Comején si, de inmediato halo la rienda con dirección a donde estaba el policía necesitado de socorro, pero su compañero lo acarició para tranquilizarlo, Comején volvió a halar las riendas y relinchó más fuerte, pronto el compañero entendió lo que pasaba, ambos salieron abriéndose paso entre piedras, explosiones y manifestantes, Comején se alcanzó a llevar a unos cuantos por delante, mientras su compañero blandía el bastón de mando cuál caballero medieval. Llegaron donde estaba el uniformado herido y haciendo retroceder a los agresores generaron la oportunidad para que el herido escapara, jinete y caballo se plantaron en la línea del frente, Comején se paraba en las dos patas mientras su compañero daba golpes de ciego, pronto se vieron acorralados, las bombas molotov crearon un cerco de fuego, su compañero había sido impactado en la cabeza la sangre caía sobre el cuello de Comején. Al ver que los manifestantes los cercaban cada vez más, Comején comprendió que se encontraba en la zona de muerte, de dicho lugar solo se sale combatiendo y de frente, así, cuando su compañero parecía darse por vencido recostándose en su cuello, Comején se abrió paso entre los violentos manifestantes, sintió las piedras estrellarse contra su cuerpo, una le rompió la ceja izquierda, los protectores de sus patas echaban fuego, sintió tres punzones sobre el lado derecho del vientre, vio como un molar salía expulsado por el aire, sintió la pata delantera izquierda flaquear, casi cae al suelo, pero su caída hubiese sido la condenación de su compañero, así que salto con todas sus fuerzas sobre el fuego y logró sacar a su amigo; faltaba poco para coronar la esquina, pero sus cascos tropezaron con bolas de cristal lanzadas por los estudiantes, Comején cayó aparatosamente, siempre buscando proteger a su compañero, su cuerpo recibió todo el impacto y los vidrios que se hallaban en el suelo se clavaron en su piel, bocanadas de sangre salían de su vientre, los refuerzos llegaron al rescate del compañero, todos pensaron que Comején se levantaría, pero él seguía en el suelo, lo intento, pero el dolor era insoportable, se había dislocado el pecho y ya no tenía fuerzas, las piedras continuaban cayendo sobre su cuerpo, Comején se alegraba de que su amigo estuviera bien; agacho la cabeza en resignación, fue cuando escucho la voz de su amigo, lo llamó por su nombre, cuando alzó la mirada vio un 38 Smith Hueso especial y a un hombre que lloraba desconsolado mientras le apuntaba, Comején lo miro, inhalo profundo y acentuó con la cabeza, con las lágrimas rodando sobre las mejillas, su amigo dobló la falange del índice derecho empujándola hacía dentro, el martillo liberado daría inició a la combustión de gases que expulsaron el proyectil; limpio y sereno entro por la cien poniendo fin al dolor del valiente Comején.

Jairo Román 

01/05/2023

https://historiapolicianacionaldecolombia.blogspot.com/2015/11/leyenda-del-caballo-de-nombre-comejen.html

2 comentarios:

  1. Valiente animal, solo estaba en el bando contrario.

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  2. Cien escorias humanas, no valen la vida de un caballo

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