A mi amiga Mónica que no olvida…
(a su hermanito Mario)
MEMORIA
En el camposanto de un pueblo olvidado
yacen enterrados los cuerpos de dos contrarios.
No se distingue el bando combatiente,
ni el emblema, ni la bandera.
En una sola fosa común
las partes desmembradas
forman una eterna unión.
Sobre la loza blanca recién pintada
señalada está la última fecha,
la inscripción advierte
la presencia de dos restos sin nombre.
Una mujer reemplaza las flores marchitas,
entre susurros, le reza a los sin nombre.
Llora mientras acaricia tiernamente la cruz pintada de negro,
llora a los olvidados que yacen enterrados;
llora en memoria de su hijo Agustín;
el desaparecido.
Jairo Roman
13/05/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario