domingo, 6 de marzo de 2011

Moisés Naím

Dice este gran intelectual al que siempre leo que la de Túnez fué la revolución de Wikileaks y la de Egipto la de Facebook pero que hay mucho más como condiciones indispensables para explicar la tremenda convulsión que sufre el mundo árabe. Por ejemplo, en Libia y en Yemen hay muy pocas posibilidades de acceder a Internet y sin embargo, también allí hay grandes revueltas populares. Entonces ¿qué pasó? Las exigencias y los deseos de cambio frente a la frustración  y la desesperanza serían los resortes principales, además de los canales de noticias en árabe que llegan vía satélite y muestran mundos mejores.  Porque hasta hace poco los dictadores eran intocables.
Pero el papel de las Fuerzas Armadas en Túnez y Egipto ha sido más determinante que todo lo anterior. Los militares no apoyaron a los dictadores (por eso huyeron) y fué eso lo que hizo posible que las familias pudieran ir sin miedo a las plazas para manifestar su repudio al régimen.
En Libia, en cambio, las fuerzas armadas (mejor lo pongo en minúsculas, nunca me gustaron, je, je, comentario de argentina) se dividieron y algunos se pusieron del lado de Gadafi y otros del lado del pueblo.
Pero veremos en qué terminan todos estos quilombos: a lo mejor sólo cambian una élite corrupta por otra.
Dice Naím que, a menos que la presión popular continúe y obligue a las fuerzas armadas a cambios más profundos será "el cambio pequeño para que nada cambie"

No hay comentarios:

Publicar un comentario