lunes, 2 de agosto de 2021

UN SEDUCTOR

 

Mi papá me contaba anécdotas de su juventud que son inolvidables. En esos años divertidos, donde era el soltero de oro, estaba siempre trotando detrás de una atractiva joven, con aviesas intenciones, sentado en un café, tratando de convencerla ya sabemos de qué. Eran arduos años para los hombres, donde una encamada había que ganársela a pulso. 

Charla que te charla, haciéndose el encantador de serpientes, fue abruptamente interrumpido por el padre de la joven, que lo veía venir. Mi papá, muy ceremonioso, se puso de pie sonriente y saludó amablemente al otro, a pesar de su cara de bulldog. Y entonces éste le contestó: "¡Doctor Bardi, usted siempre tan simpático DE MIERDA!"

No hicieron falta más adjetivos ni sustantivos. El doctor en cuestión se evaporó como por ensalmo. FIN DEL CUENTO. 

3 comentarios: