viernes, 27 de enero de 2023

CRIMINAL

 Plaza Alta, Algeciras

CAMILO

Ayer me crucé con la muerte. Ayer, casi vi a un moro apuñalando a un cura hasta la muerte… Me libré de ver al pobre padre, trastabillando de espaldas y defendiéndose, hasta finalmente caer en la Plaza Alta, con el cuerpo y cabeza abiertos, delante de todo el mundo…

Un poco antes yo caminaba con mi perro, en Algeciras, por detrás de la Iglesia, cuando escuché golpes y vi a dos moros en una cuesta, peleándose. Uno muy frío, despiadado y ganando; el otro, con la cara ya marcada y con el miedo en los ojos, pero aún peleando. La gente separando… yo seguí mi camino pensando: mira, dos moros peleando.

…Al ratito a la vuelta, pude ver en las caras otro tipo de miedo. Un miedo seco e inquisitivo. Algo mucho más instintivo. Como si tuviesen un miedo que fuera capaz de defenderse. Sabían algo que yo no sabía. 

…El moro frío que iba ganando, al parecer después de esta pelea, subió la cuesta hasta llegar a la iglesia, que a esa hora estaba llena de niños, de abuelas y madres. Entró en ella al grito de Alá es grande y se encaró con el cura. Éste se defendió y corrió. El moro lo cogió ya en la calle que da a la plaza y con una enorme espada curvada, mora, durante muchos metros, lo cortó y apuñaló… luego simplemente se marchó caminando por el centro de la plaza con la espada sangrando en la mano y sin prisas, hasta que la policía lo encontró. Pero, por lo visto, era al segundo que mataba, pues antes de eso y de camino a la iglesia, pasó por una capilla que hay en el barrio de San Isidro. Ahí agarró al ayudante del cura y en el cuello lo apuñaló… una discusión teológica que en un principio tuvieron los tres fue, en realidad, todo lo que pasó. 

Al final y por suerte, sólo uno murió. 

Hoy amaneció, claro y soleado. El pueblo aún tenso y desconfiado sigue buscando. No sé muy bien qué, pero todos buscan… en los ojos, en la caras de la calle. También puedo ver que algunos buscarán venganza. Algunos otros, los menos, buscarán un entendimiento.

Hermano, sólo decir que loquitos hay en todas partes y que si me preguntas, tanto los moros como los cristianos, con su guerra de fe pueden irse al cuerno ellos solitos…que se pudran en ese maldito cielo, al que ellos llaman Paraíso y al que yo llamo simplemente (y te lo digo al oído): Humano Humo del Odio. Himno de un fanático creyente: Infierno.

4 comentarios:

  1. Por desgracia hoy se repite con otros nombres y muchas partes del mundo.

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    1. Cierto. Siglos y siglos y parece que no evolucionamos.

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  2. Recordemos a las 49 personas asesinadas en 2 mezquitas por un supremacista australiano

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  3. Buen relato para enseñar lo que es inherente e intrínseco. Al humano le es intrínseco e inherente el odio y otras miserias, tal vez.

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