jueves, 27 de mayo de 2021

PARA LA LIBERTAD

 

PARA LA LIBERTAD. Esta canción de Joan Manuel Serrat tiene una historia increíble. Si se la conoce, la letra adquiere mayor fuerza y relieve. Como algunos sabrán, otros no tienen por qué saberlo: la letra pertenece al escritor, poeta y dramaturgo español Miguel Hernández Gilabert. Nacido el 30 de octubre de 1910 en la comunidad valenciana de Orihuela y, muerto el 28 de marzo de 1942, en una cárcel de Alicante, prisionero de la dictadura militar del General Francisco Franco. Murió de tuberculosis y si bien apenas tenía 32 años, ya había realizado una vasta obra, era muy prolífico escribiendo. De hecho Serrat tiene todo un disco con canciones cuyas letras son de Miguel Hernández, por ej.: "nanas de la cebolla", Hernández la escribe cuando cae preso por primera vez, y estando en la cárcel recibe una carta de su esposa, dónde ella le cuenta que el pueblo español se moría de hambre; que lo único que había para comer era pan y cebolla. La letra de "Menos tu vientre" la escribe cuando su esposa queda embarazada de quién fuera su primer hijo varón. El clásico de Serrat "Elegía" (yo quiero ser llorando el ortelano, de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano), Hernández la escribe cuando muere su compañero y colega, también escritor, poeta y dramaturgo español, nacido en Orihuela como él: José Ramón Marín Gutierrez, más conocido por su nombre artístico: Ramón Sejé.

Pero vamos al punto central, como nace la canción "Para la Libertad". Poco antes de caer preso por última vez, Miguel Hernández publica un libro titulado: "Erase una vez un Hombre", que hablaba de la libertad y de los atropellos a las libertades individuales, las persecuciones, la cárcel, las torturas, los asesinatos y desapariciones del régimen dictatorial del General Franco. Dicho libro tiene una tirada de quinientos mil ejemplares, que son capturados y quemados por las falanges de Franco. Las falanges eran un grupo de soldados que hacían tareas "especiales". Increíblemente, el editor del libro, que era un fanático de las letras de Hernández, logra salvar del fuego dos copias; las restaura y esconde bajo siete llaves. Esas copias ven la luz cuarenta y dos años más tarde. Una de esas copias cae en manos de Serrat, que lee el libro y queda maravillado por un poema titulado: "El Hombre". Lo que hace Serrat, es copiar literalmente, sin cambiarle una sola coma, la segunda parte del poema. Solo le cambia el título, no le pone "El Hombre", le pone "Para la Libertad", así arranca la segunda parte del poema de Hernández, y así arranca la canción de Serrat: " Para la libertad, sangro lucho y pervivo". Lo único que hacen Serrat y el maestro de música catalán y pianista Ricard Miralles, es ponerle música. 

La otra parte interesante de la historia es, cómo se le ocurrieron esos versos a Miguel. Hernández va de visita a un hospital de línea, así se le llamaba en la España de aquella época a los hospitales de guerra. Por supuesto va de visita a un hospital de línea Republicano, porque él pertenecía a ese bando. Ahí, queda impresionado por la cantidad de soldados mutilados que observa, a algunos le faltaban los brazos, a otros las piernas y, sobre todo, se impresiona con un soldado al que le faltaban los ojos. Esquirlas le habían dado en la cara, y tenía las cuencas de los ojos vacías. Charla un rato con ese soldado, luego se va a su casa y escribe aquel famoso verso: " Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada. Y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada. Retoñaran aladas de savia sin otoño reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado que es retoño aún, tengo la vida". Escribe este verso, y luego termina el poema que cuarenta y tantos años más tarde, Serrat convierte en canción.

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