Los NEUTRINOS son parte de la lluvia cósmica que continua e impalpablemente llegan a nuestro planeta (y a nosotros) y nos atraviesan sin dejar rastro, como si no hubiese materia de por medio. No nos dañan. Nada de nada: pasan millones inimaginables mientras lees este artículo, pero nuestros sentidos no los detectan. Luego continúan su viaje hacia el infinito. No tienen carga (de modo que ningún artificio electromagnético los puede detectar) y apenas tienen masa, por eso es muy difícil estudiarlos. El sol es una de las principales fuentes de neutrinos, el centro de la Tierra también los emite y hasta nuestro cuerpo a partir del calcio y el potasio de nuestros huesos y dientes. (los átomos los producen en la radiación beta, que es baja). Si nuestros ojos fueran sensibles a ellos, el SOL NUNCA DEJARÍA DE BRILLAR, DE DÍA LO TENDRÍAMOS ENCIMA DE LA CABEZA Y, DURANTE LA NOCHE, NOS ILUMINARÍA POR DEBAJO DE LA CAMA, CRUZANDO TODO EL DIÁMETRO DE LA TIERRA. ¿Qué tal, alucinando o no?
Wolfgang Pauli los imaginó en 1914 porque no le cuadraba la teoría y les puso nombre. Pero no fué hasta 1956 cuando dos cientificos norteamericanos (REINES y COWAN) lo capturaron por primera vez. Hoy día se detectan en gigantescas piscinas subterráneas como la de la foto. El 23 de febrero de 1987 (¿Qué estaría haciendo yo? Ojalá lo hubiera sabido, aunque no sintiera nada) un flujo extraordinario de neutrinos nos atravesó: había EXPLOTADO una supernova en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea. (si, nuestra galaxia tiene satélites) Hoy día hay detectores de neutrinos en lo más profundo del mar y, con suerte, captan uno de vez en cuando. Así fué como a dos científicos italianos se les ocurrió agregar a esos detectores de neutrinos, hidrófonos para escuchar las voces de las ballenas. Este sistema de escuchas se llama LIDO y serviría para tratar de evitar los daños que los ruidos (perforaciones, maniobras militares, etc.)provocan a estos animales. Se avisaría (y se impediría, si se crea una ley), a los generadores de esos ruidos que desorientan, lesionan e, incluso matan a esas pobres ballenas que ¡¡¡¡ni en el fondo del mar se salvan del HOMO SAPIENS!!!! ¿Les gustó mi post?. A que sí.