jueves, 21 de abril de 2011

QUE LA SUERTE TE ACOMPAÑE, AHIJADO, POQUE LO QUE ES EL SISTEMA EDUCATIVO...

Tengo un ahijado que es un empollón y que desde pequeño quiere, fervientemente, ser médico cirujano. Está intentando llegar a la nota máxima posible para luego promediar con selectividad y acceder a esa carrera que exige nota muy alta. Es sobresaliente en ciencias en general y brillante en matemáticas. Pero no se le da bien la historia y la filosofía. En este sentido los profesores no lo ayudan, sólo le exigen. Las estudia con tesón
porque sabe que las necesita para el promedio, pero a la historia la está llegando a odiar.
Lo de la filosofía ya es de risa: el profesor opina que NADIE puede tener nota alta, salvo él, que sabe mucho y que se pondría un 8, quizás y un 10 se lo pondría sólo, a, por ejemplo, IMMANUEL KANT.
Estos señores nunca van a convencerme a mí, que he sido docente en la universidad, que esto tiene sentido.
Mi querido ahijado corre el riesgo de no llegar a la nota exigida por dos señores que tienen un punto de vista profundamente erróneo de lo que es la educación formal, la vocación y hasta demuestran un desconocimiento supino del ser humano. (mejor no entro en temas como la comprensión o la solidaridad o el cariño hacia un esforzado joven... ¿para qué?)
En vez de dejarle al alumno que demuestra claramente una tendencia el camino abierto para que se sienta estimulado y motivado y haga una buena carrera y luego, lo que es infinitamente más importante, sea un profesional con amor e interés por su trabajo diario, lo cual lo beneficiaría a él (porque se sentiría realizado) y beneficiaría a sus pacientes (porque serían bien atendidos), no, le ponen piedras en el camino.
Si trabajando 40 años en algo que a uno le gusta es difícil no caer en la rutina y, a veces, en el desánimo, cuando las cosas se ponen en contra y dan ganas de tirarlo todo por la borda, no quiero imaginarme lo que debe ser trabajar en algo que a uno no le guste o no le interese, pero que llegó allí porque era era lo que le daba la nota cuando era jovencísimo.
Los profesores ¿creen sinceramente que a fuerza de exigencias lograrán que el alumno quiera esa materias?
 Ellos mismos ¿quieren esas materias y las transmiten con interés?
¿No sospecharán siquiera que, una vez que el joven se las saque de encima, jamás volverá a interesarse por ellas, con lo importante que es la parte humanística de la educación?
Y a la inversa, si alguien aborrece la ciencia, entonces qué,¿ plato doble?. Y, por supuesto que no estoy refiriéndome a los que no les interesa nada, que también los hay y son muchos, lamentablemente.
UNA ANÉCDOTA: cierta vez, viniendo de Inglaterra, leí en el avión diarios de allá. En un artículo sobre la educación hacía hincapié en que el sistema educativo estaba estimulando, potenciando y fomentando aquéllas asignaturas en las cuales el alumno demostrara aptitudes, habilidades e interés y dando sólo lo BÁSICO de aquéllas que no le atrajeran. ¿Será por eso que tienen tantos premios Nóbel?

2 comentarios:

  1. Lo que pasa es que la vocación ya no existe. Esos profes están amargados y se creen dios, más o menos, y lo único que consiguen es fastidiar al personal.
    Ahora la nota ya no depende de lo que sepas, sino de tener la suerte de caer en un buen colegio, con profesores motivantes o que les guste su oficio, que te transmitan los contenidos de forma amena y te hagan amar el estudio y los deseos de conocer cada día más.
    Tengo una sobrina que siempre ha sido la primera de la clase, hasta que hace dos años tuvo que cambiar de colegio. Resultado: una pedagogía obsoleta que chocaba de lleno con sus inquietudes, y un suspenso tras otro. Ahora por fin ha conseguido "colarse" en un centro más humano y con profesores más cercanos. Resultado: notazas de nuevo. ¿No está claro el problema?
    O sea: tu media y tu futuro están en manos de la suerte, no de tu esfuerzo ni inteligencia.
    O lo que es lo mismo: la educación va para atrás.
    ¡Que paren el mundo que yo me bajo!

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  2. Madre del ahijado15 de mayo de 2011, 14:56

    Como buena madre, estoy deseando que termine éste maratón de estudios hasta la meta de la dichosa Selectividad, por un motivo muy importante, no ver frustrado el sueño de mi segundo hijo.Si, porque a diferencia del primero, que le importaba un comino que estudiar,no porque no quisiera, si no porque como no se esmeró demasiado, pues estudia para lo que le alcanzó en su día la dichosa nota, aunque también he de decir que ahora es Feliz, pero a lo que íbamos, el segundo no es igual, no se conforma con lo que le den,el está ahí todo el día, dale que te pego, muy bien..., pero yo, que para algo tengo mas años y creo yo que algo mas de experiencia en ésto de la vida he decidido que a mi me VALE MADRES EL SISTEMA EDUCATIVO DE MI QUERIDA ESPAÑA!!!!!!!!, que si mi hijo quiere ser médico y aquí por cualquier motivo, fuere el que fuere, no obtiene la nota dichosa, pues se irá a otro país,mi España querida se lo pierde, pues la verdad si otro país le brinda la oportunidad de estudiar lo que tanto desea, porque vamos a tirar la toalla,yo al menos, pues él pobre mío no tiene muy claro eso de irse a otro país, pero sabéis por qué?,agarraos a la silla...!, pues los que capatan alumnos de las Universidades Españolas les comen el cerebro diciéndoles que por supuesto hay que estudiar aquí, en España, pues lo de fuera no está tan reconocido, ¡toma ya...!, yo me pregunto, cómo se mide eso, quién dá el OK?.
    Me parece lamentable hasta donde llevan algunos el patriotismo,lo nuestro es patético.Esto si lo llevo mal y me pregunto por qué cualquier Licenciado de aquí tiene que ser mejor que otro igual de Licenciado de allá?.
    En definitiva, espero que mi niño logre su objetivo, tanto si es aquí como allá.

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