domingo, 17 de abril de 2011

COCO CHANEL: ÚNICA

Gabrielle (Coco Chanel) de apellido Bonheur no tuvo una infancia que pegara con su apellido (bienestar) porque ésa fué desgraciada y triste, sin padres a los 11 años . Creció en un orfanato donde por primera vez se cruzó con unas tijeras de costurera y ya nunca se despegó de ellas. A veces se las colgaba del cuello. En los grandes hoteles y en los lujosos pisos que  compartía con sus amantes las dejaba en la mesita de luz, a su lado.
Fué amante del duque de Westminster quien jamás se casó con ella y, para compensarla le regalaba joyas carísimas (pulseras de esmeraldas, collares de perlas), que ella, displicentemente, tiraba al mar. UNA DIOSA.
Murió a los 87 años minada por la soledad, la artrosis y la morfina, con las tijeras en la mano.
Sin ningún ánimo de comparación (jamás se me ocurriría ante semejante fuerza de la naturaleza como Coco), yo adquirí la costumbre durante algún tiempo, de besar a mi título universitario al terminar la jornada. porque él me permitió casi todo lo que hice en mi vida. Lo primero, mi independencia, lo segundo, un desarrollo práctico de unas teorías aprendidas que jalonaron toda mi vida, anclándome, de paso, en una realidad circundante (no hay nada tan material como unos buenos dientes) , lo tercero, pude elegir donde vivir y mantener a mis hijos yo solita.
Gracias a mis padres que me permitieron sobrevivir en un hogar (al revés que la pobre Coco), que, con su esfuerzo me pagaron los estudios, aguantaron mi mal carácter y mis injustas críticas de adolescente ( y no tan adolescente, porque criticar a los padres era el sino de mi época: éramos RUPTURISTAS), gracias a ellos y a un país que me brindó un entorno favorable con educación universitaria gratuita (y a mí, algo habré hecho), tuve una vida con satisfacciones profesionales y este hecho no sólo me reportó los garbanzos necesarios sino que modeló mi manera de ver el mundo y mis relaciones con mis congéneres.
Coco Chanel murió con sus tijeras y yo quiero morir con el título en mis manos. ¡¡HE DICHO!! (ja,ja)

3 comentarios:

  1. No te preocupes Doc, que ya me ocuparé de ponerte el título entre tus manos y luego te tiraré al contenedor de basura como en su día referístes, me explico: un día en la consulta de Zurbarán, apareció el señor del Ocaso, conocido popularmente como el de los muertos, ofreciéndote una nueva claúsula en la que te maquillaban para que no se te viera el mal color que al fin y al cabo, tenemos cuando nos morimos, a continuación salió de tí un tremendo alarido que provenía de lo más profundo de tu ser, vamos, del orto, y dijístes: "a mí me tiráis al contenedor de la basura!!!!", la cara de los pacientes que estaban en la sala de espera era digna de ver, pena de cámara que nunca tienes a mano en momentos como esos...Aunque soy fiel a tus deseos mi querida Doc, yo preferiría congelarte, así en un futuro podrías revivir, porque una persona como tú debe de ser disfrutada en muchas generaciones, y te aconsejo que además del título, agarres la homologación que a saber las leyes como andarán por entonces.

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  2. Querida Mónica, que buena nota, pero lo que más me gusta además de ella, por supuesto, son tus acotaciones. Sos agradecida a tus padres que en aquellas épocas no era poca cosa mandarnos a estudiar, además agradecida a Nuestro País que muchas veces ni los propios argentinos, saben agradecer, sos una dulce, amiga del "Cole", y eso del ´"Título,en la mano" está muy bien - pues tu te lo hás sabido ganar!!. Beso y cariño.Betty

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  3. Rezaré por ello, pero sólo porque has dicho "con el título en la mano", y no "con los dientes en la mano", que sería ligeramente patético.
    Ja, ja, ja. Eres un aparato.

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